Estremoz

Ángel Núñez Sobrino

Cómo se desenvolvió y se extendió una ciudad, un pueblo, un lugar ? Determinó la orografía el espacio que ocupa? Fue por necesidad, por lógica o por tanteos con probabilidades de acierto la colocación y la situación de esta ciudad? Estremoz puede ser una muestra geográfica de ello. Estremoz se compone de dos partes : la medieval, la estática durante siglos, la zona de la mirada hacia arriba ; y la moderna, la activa, con su gran explanada para ferias y mercados, y exposición de su cerámica, famosa por otra parte. No convergen desigualdades ; sino que conviven complementos de estilos, fachadas, edificios con diversas funciones, iglesias, en suma, representaciones arquitectónicas de diversas épocas.

El espacio de la feria, con árboles dispersos, es un gran escenario para la etnografía, para las antigüedades y para los productos del campo alentejano, así como para la venta de los animales. Se trata de enseñar el patrimonio a los otros. Dentro de Estremoz, con todas las vibraciones que suscita, entran el gozo de la descripción, la necesidad expresiva del relato, el desarrollo agradable del recuerdo, la satisfacción ante el hallazgo de un rincón conectado con el Arte, o donde nació un capítulo de la Historia, o simplemente la anotación de una vivencia deleitosa y provechosa.

Entonces , participamos completamente con el Estremoz ya hecho, construido, preservado , completo en el presente; pero también colaboramos con él. Y de qué manera ? Pues extendiendo bien con la palabra , con eficacia, las cualidades -que también son sus características -del Estremoz dentro del que estamos, en contrapunto directo de vivencia y sueño, de percepciones mil y de descubrimientos incesantes. A lo que hay que añadir que Estremoz es un paraíso para el dibujante, para el fotógrafo y para el documentalista. Pero también es verdad que Estremoz mismo incita -y excita- a ser dibujado. Todo lo que irradia conlleva una perfección. Ahí están, como ejemplo, la torre del Homenaje, el gran estanque cuadrado de la explanada junto a la feria , y la fachada de la iglesia de San Francisco. En Estremoz todo es mármol trabajado - materia para la construcción- y paisaje verde en llanuras de olivos.

Estas ciudades pequeñas cumplen con la misión de hacer mejorar el ánimo de quienes las visitan, y desde la adquisición de una pieza de cerámica -los tradicionales muñecos de barro-, al estudio del sepulcro medieval-famoso-de Esteves Gato, (1401), o un vino fuerte producto del Alentejo, de Borba, como meros ejemplos. Porque se trata de la experiencia antropológica de la ilusión : nos ilusiona poseer, y por tanto disfrutar, aquello que nos atrae, nos interesa, o , sencillamente, lo necesitamos. Estremoz esto lo cumple perfectamente.

Esta construcción fue en otro tiempo el palacio real construido por D. Dinis, ( 1261--1325 ), pero ahora quedan restos. Fué destruido por una violenta explosión de pólvora , almacenada allí a causa de la guerra con España en 1689. Sin embargo, y pese a los torpes embistes de la guerra, una galilé : un edificio fortificado con arcos y columnas de mármol deja que desde dentro se haya creado una atmósfera espléndida de luz y escultura -sus capiteles labrados con escenas diversas (y de caza)- lo que conlleva una invasión de maravillosas sensaciones espaciales.

Estas arcadas en su pasillo son todo lo contrario de un claustro, donde, justo, no hay paisaje. No puede haberlo. Aquí se nota una apertura a la exterioridad, un asomo a la vigilancia, y un mirar en lejanía desde este habitado promontorio de 448 metros. Es fácil imaginar a los de dentro dialogando con los de fuera, desde un cobijo de la luz con todos los tonos del día, y desde luego los días de lluvia este era -y es- el pórtico de la protección : la vida transcurriría en su cotidianeidad gracias a este hermoso y formidable invento de techumbre con sostenido -- labrado, hermoso-- hueco lleno de arte, solidez y perduración. Y como un claustro, este elemento arquitectónico llegado a nosotros, serviría para reflexión política -qué hacer, o no hacer ; combatir o no combatir-, etc, y a lo largo y arriba esta exquisitez labrada serviría para escenario de silencio, compañía oportuna para la decisión acertada. La “presencia “ de Estremoz se muestra con su escudo sobre la puerta de entrada : una afirmación cívica con voluntad plástica y heráldica. Tiene paralelo como galería con el castillo de Leiría , con ese pórtico de delgadas columnas que saluda al paisaje y a toda Leiría. Desde esta estética de la elegancia no se olvide que D. Dinis fue también un rey poeta, por lo que no es de extrañar que hubiera un dictamen de la sensibilidad, en compañía de su esposa, la Reina Santa Isabel (1271--1336). También , elegante, superalta es la torre del homenaje, la última vez que fui era una Pousada de lujo. Me recordó mucho a la torre de Beja, y acabo de encontrar que también se parece a la torre de Quintela, no lejos de Vila Real. Esta torre no sólo fue fortaleza, también es gracilidad gótica con sus balcones que asoman desde lo alto, en aéreo combate contra el viento, y, en tiempos, contra las flechas.

EL INMENSO ESTANQUE DE AGUA. En la explanada de abajo, llamada Rossio, quizá el verdadero Estremoz, por actual y activo , se dan edificaciones realmente atractivas , con una elaboración sorprendente, y que denotan que venían ideas de fuera, de Italia, por ejemplo. Sucede así con la llamada iglesia dos Congegados de S. Felipe Neri (1697--1700). Al parecer su fachada ondulada, para nada recta y austera, viene de la influencia de Borromini. La gracia elegante , pensada y lograda de este detalle es muy atrayente. Al inmenso estanque de agua, cuadrado, se le llama en Estremoz “lago de Gadanha”. En medio se yergue una ingénua estatua de Neptuno -señor de las aguas-. El pueblo le llama así porque Neptuno se encuentra inclinado sobre una hoz ( o también tridente ), y quizá por inadecuada postura. Pero la fascinante de este gran estanque urbano es porque contiene agua viva, agua sin cesar renovada, agua que juega con el cielo y con sus nubes, agua que acompaña al transeúnte , agua que derrite encanto ante la mirada. Es un constraste de la sequía y de la sequedad, por allí mismo, por donde creo que no pasa ningun río. He aquí el elemento de la vida encerrado entre bloques de mármol ; el efecto es mágico, y yo diría que también hipnotizante; sólo le faltaba encontrarse entre cuidados jardines. También inyecta el calor en Estremoz la acción de su grandeza. Pero para eso no hay nada mejor que acercarse al renombrado café “ Águias d´ Ouro “ : una buena Sagres muy fría, un refresco alentejado o un cubata stándar, pero siempre delicioso Aceitunas en el recuerdo y mármol gris -labrado, pulido- en la visión desde el coche me dicen que Estremoz conjugó con éxito la parte práctica -las inmensas canteras de mármol y la arte estética-todos sus edificios, que siguen provocando estudios, visión y formas nuevas.