Girón y BR

Firmas
Xurxo Fernández

¿Es Bad Religion mucho más que una banda de Punk Rock? Eso afirma Esteban Girón, el fan nº 1 del grupo californiano, líder de Toundra y promotor de eventos como el glorioso Resurrection Fest. Aquí nos cuenta su forma de ver las cosas. A lo largo de mi vida hay muchísimos artistas que han ido marcando mi personalidad como persona y como músico. Desde bien pequeño. Muchos de ellos lo hicieron durante sólo una época. La influencia de otros es notable en mi día a día. Algunos desaparecerán de mi vida y habrá quienes aparecerán. De manera latente o de manera patente e inmediata. En mi casa siempre sonaron John Lennon, AC/DC, Sabina, Aute, Lou Reed, Pink Floyd, Beethoven... . El punk jamás sonó en el equipo stereo de mis padres. Quizás por eso me atrapó tanto cuando, al llegar en el autobús del equipo de fútbol donde jugaba y que mi padre se confundiese de hora para ir a buscarme (vivíamos en pleno monte a kilómetros de cualquier acera o alcantarillado), me senté a ver cómo Mario, un chico popular en mi instituto, patinaba. Se acercó, me dijo “me han dicho que tú tienes una guitarra eléctrica. Quiero hacer un grupo de este estilo. Escucha esta cinta y si te gusta, lo montamos”. En aquella cinta estaban las primeras canciones de Bad Religion que escuché en mi vida: el “Suffer”.

¿Qué significó ese primer encuentro? Como comentaba al comienzo, hay artistas que vienen y van en tu impronta. Hace años que no escucho Fugazi, por ejemplo, aunque fueron parte capital de mi educación adolescente. Bad Religion son una excepción. Desde que escuché esas canciones jamás he dejado de tocar con una banda. Ya tocaba la guitarra desde hacía años, pero ellos me hicieron tener una banda. Cambiaron mi vida para siempre y he de agradecerles, en una pequeña parte, el haber conocido a tanta gente, el haber viajado tanto y el haber vivido tanto y tan bonito que he vivido con Toundra. Jamás se han ido de mi vida y siempre les he seguido escuchando. Hay bandas (como me pasó con Pink Floyd) de quienes incluso reniegas durante unos años, para luego volver a abrazar su obra. Eso con Bad Religion no me pasó. He seguido escuchándoles, he seguido yéndoles a ver en directo por toda España (más de diez veces), he seguido comprando sus discos... incluso les he conocido en persona y me han temblado las piernas al hacerlo. Soy un puto friki de Bad Religion. Incluso, en una ocasión en la que me escapé sin previo aviso en casa a verles actuar, mi padre, cuando se enteró, me dijo “bueno, claro, es que tocan Bad Religion”... asimilando la obsesión que he tenido desde hace ya más de veinte años con la banda californiana.

Y hoy, en perspectiva, ¿cómo los ves? Hay un millón de cosas que me encantan de Bad Religion. Pero más que cada una de ellas, es el compendio de ellas y el buen porcentaje de cada una de ellas como parte del todo. Es un sistema bien regulado... como un buen cocido de tu madre. Son como Luka Modric, no sabes cuál de sus cualidades te gusta más y no sabes cuál es la predominante exactamente... no serán recordados como la mejor banda (o como el mejor jugador) de una década tan siquiera.