debate El Parlamento de Galicia celebra sus 40 años de vida democrática espoleada por el Estatuto de Autonomía. Muy diferente era la vida de quienes ocuparon los primeros escaños del legislativo gallego, en una sociedad analógica, y se podría decir que aún en blanco y negro. No disponían de ordenadores portátiles, ni de teléfonos móviles y tampoco restricciones a la hora de fumar en sus asientos, provistos de los correspondientes ceniceros.
Aquel arranque de la autonomía se ve a día de hoy muy lejano con una sociedad absolutamente digitalizada y con modos de vida y derechos y libertades muy asentados. En este contexto, esta semana la portavoz nacional del Bloque, Ana Pontón; y el secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, apostaron en el debate sobre el estado de la autonomía por una actualización del Estatuto del que emanan todas las instituciones gallegas. Cuatro décadas después Pontón y Caballero apostaron por abrir de nuevo este debate aparcado cuando el socialista Emilio Pérez Touriño presidía la Xunta y fue imposible un consenso con el PP de Alberto Núñez Feijóo, entonces en la oposición. Si Feijóo era reacio y España estaba en plena ola de debates sobre cambios estatutarios, ¿alguien puede pensar realmente que hoy puede ser más proclive?
Siendo así las cosas, se deduce que el BNG y PSdeG son conscientes de que su planteamiento es un brindis al sol para calentar motores en sus organizaciones pero sin relevancia social. Realmente, ¿está caduco el Estatuto de Autonomía? ¿Se puede avanzar en el autogobierno sin reformarlo? Sin opción de reformarlo ¿no habrá que mirar a las transferencias? a. vidal