Pandemias y medioambiente

Firmas
Pilar Bermejo

LA Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Po-lítica sobre Biodiversidad
y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes), nacida en el año 2012, es un organismo internacional del que forman parte más de cien gobiernos y que está avalado, entre otros, por la Unesco
y la ONU. Esta plataforma, ha emitido recientemente un informe sobre las posibles causas de la pande-mia actual de covid-19 y de la ya llamada “era de las pandemias” y han propuesto soluciones para reducir los riesgos.

En el comunicado de prensa emitido se recoge un resumen de los aspectos más destacados y se proporcionan algunos datos preocupantes. En primer lugar, se anuncia que “las pandemias en el futuro serán más frecuentes, se propagarán más rápidamente, tendrán un mayor impacto en la económica mundial
y podrán matar a un ma-yor número de personas”.

Se estima que existen más de medio millón de virus diferentes, muchos desconocidos a día de hoy, que podrían pasar a ser activos para infectar a personas. La covid-19, como todas las pandemias, tiene su origen en microorganismos transportados por animales que, como consecuencia de las actividades humanas, pasan de los animales al hombre.

Se trata de las mismas actividades humanas que están relacionadas con el cambio climático, con la pérdida de biodiversidad y con el deterioro ambiental, como consecuencia con la ruptura del llamado equilibrio ambiental. Esto no es nada nuevo, llevamos más de 50 años denunciándolo, pero por razones diversas (principalmente económicas y políticas), miramos hacia otro lado, pensando que este problema no nos va a afectar a nosotros.

Se puede disminuir el riesgo de pandemias si se reducen las actividades humanas relacionadas con la explotación insostenible de recursos naturales, promoviendo cambios para reducir los tipos de consumo, etc.

No todo está perdido. Cada vez tenemos mayor capacidad para predecir las pandemias, pero no la estamos usando. En vez de avanzar en la prevención, centra-mos todos nuestros esfuerzos en contener y controlar las enfermedades con vacunas y medicamentos, pero no trabajamos para evitar que se produzcan. ¿Por qué? ¿A quién le interesa esta situación?

Se estima que el coste de reducir los riesgos para prevenir pandemias es unas 100 veces menor que el necesario para resolverlas. Este dato es muy importante, porque normalmente priman los criterios económicos sobre el impacto medioambiental.

Esta pandemia ha puesto sobre la mesa la importancia de la ciencia y del conocimiento para informar a la población en general, pero también a los que nos gobiernan para que tomen las decisiones adecuadas con visión de futuro y con una perspectiva global.

En este momento, cuan-do además de los negacionistas del cambio climático han surgido con fuerza los negacionistas de las pandemias, es necesario volver a insistir en la importancia
de la formación de todos los ciudadanos.