Pemón

Firmas
Xurxo Fernández

Está, sigue estando, en la memoria de todos, la esencia de la Guerrilla en Galicia. Todos recuerdan las aventuras del Piloto. Eran, en origen, simplemente, republicanos. Al final de la Guerra Civil, el fascismo los trató de una forma brutal, y muchos decidieron, o se vieron obligados a la fuerza, a echarse al monte. Perseguidos con saña, y con métodos cada vez más salvajes, esa huida se haría eterna. Muchos, los que buenamente pudieron, se exiliaron en Francia, o bien en Argentina, utilizando el canal portugués (pasar la frontera clandestinamente y luego sortear a la GNR y tratar de embarcar en Porto). El ante citado fue un superviviente, por decirlo de alguna manera. Fue de los más longevos. Piensen que Xosé Luis Castro Veiga, el Piloto, cayó, cerca del Salto de Belesar, el 10 de marzo de 1965. Y, como casi siempre, debido a la delación de un vecino. Pero, insisto. Hacía mucho tiempo que su cabeza estaba puesta a precio y el hecho de que hubiera durado tanto es sólo producto de su habilidad, entre otras cosas, para disfrazarse. Una anécdota muy famosa lo sitúa en un bar de Escairón, jugando a las cartas con las fuerzas vivas y disfrazado de cura. Antes de marchar dejó una nota muy explícita diciendo quién era bajo un plato. Pero el año clave de la gran guerra contra ellos fue el de 1951. Fue el año del asesinato de Manuel Girón Bazán...

UN MITO BERCIANO. El gran escritor Pemón Bouzas (quien, entre otras muchas cosas, ganó el prestigioso Premio Ateneo Ciudad de Valladolid en 2013 gracias a La voz del viento), periodista de la TVG, acaba de publicar, en Xerais, Cando os lobos escoitaban a radio. En él se novela la vida (y muerte) del guerrillero Girón. Es una novela, sí, pero basada en datos certeros y constatados por compañeros (como Francisco Martínez López, alias Quico) y familiares directos (como su compañera Alida y el hijo de ésta, Esteban Losada) de ese que fue un mito mayor en su época. La narración de todo lo que pasa es, en honor a la verdad, intensa y durísima. Cuenta qué es lo que hace la gente de la partida de Girón, que, en resumidas cuentas, es sobrevivir, y cómo se les cerca una y otra vez. También, cómo se van librando en situaciones extremas, y en condiciones que parecen imposibles. Se narra, por ejemplo, una batalla campal en donde se enfrentan Guardia Civil y falangistas en número de casi 100 contra cuatro guerrilleros y cómo estos consiguen escapar ilesos. Se habla también del respeto que generan en la gente los bandoleros, como son llamados. La crueldad de los falangistas, la historia macabra de los delatores (Cañueto)... Una obra muy dura, sí, pero magistral y necesaria...