Shakira y ‘Pam’

Luis Pérez
Abel Caballero, alcalde de Vigo y presidente de la FEMP. Foto: autorfo

PORTUGAL acaba de aprobar un sistema para evaluar la idoneidad de los aspirantes a altos cargos. Afecta a ministros y secretarios de estado. En los últimos tiempos el gobierno del socialista Costa, con mayoría absoluta en la Asamblea de la República, trata de esquivar las acusaciones de corrupción, que están haciendo buena mella en su honorabilidad. El método consiste en firmar un compromiso de honor y responder a un cuestionario de 36 preguntas. No parece mala iniciativa, aunque soy escéptico sobre su eficacia. No impide el engaño. Además, no incluye una pregunta importante: ¿Ha realizado en su vida algún trabajo, tiene alguna experiencia fuera de la política? Y para acreditarlo el aspirante debería presentar un certificado de su vida laboral. Un ministro o un secretario de estado debiera haber conocido el mundo laboral, como sus administrados y contribuyentes, al menos durante un par de meses. Si así fuere en España, seguramente nuestra secretaria de Estado de Igualdad, la gallega Angela Rodríguez Pam no hubiera cometido los deslices por los que ahora ya es famosa. Salvo que esta sea precisamente su intención con vistas, quién sabe, a competir en un futuro no muy lejano en el campo de batalla autonómico.

El currículum oficial de Pam incluye una licenciatura en Filosofía, dos master (violencia de género y arte contemporáneo), diputada en el Congreso, asesora de la ministra Irene Montero y asesora política del Ayuntamiento de Parla (?). No cotizó, pues, ni un solo día a la Seguridad Social como hace el común de los mortales. Y su salario actual ronda los 8.000 euros mensuales. En su día le proporcionarán una buena pensión de jubilación. No es la única persona en España en situación igual o similar, con altas responsabilidades públicas sin dar palo al agua en lo laboral. No hay regla sin excepciones, pero no es su caso. Y no lo es por esas ofensivas declaraciones, que un calentón lo disfruta cualquiera, sino por su empeño en mantener una ley, la del solo sí es sí, cuyos resultados favorecen a los delincuentes y está por ver si protege a las mujeres. De momento, la alarma por los asesinatos machistas se ha disparado en las últimas semanas.

La actualidad es protagonizada hoy por dos mujeres bien diferentes, si bien vinculadas con el relato del feminismo como nexo de unión: la susodicha Pam y la que canta valer “por dos de 22”. Sobre Shakira hay división de opiniones, mas los peros que se le puedan poner (hijos en común, fisco, respeto al ex y su otra, a la exsuegra,...) palidecen ante la enorme empatía urbi et orbi y el beneficio generado para su carrera profesional. Ella sí hace méritos para el puesto que ocupa, ahora también como icono de empoderamiento femenino. No precisa superar ningún cuestionario a la portuguesa. E incluso “está guapa”, sí, como opinaba ayer Francisco Castro, escritor y director de la Editorial Galaxia, en un artículo, aunque para estar bonita ayuda bastante serlo, y ser más o menos agraciada no es solo mérito propio. Es un don que depende de la madre naturaleza.