Díaz fija un plazo de seis meses para su proceso de escucha

Ayuso asegura que no hay un choque de estilos entre su forma de hacer política y la de Feijóo
Política
Mario Álvarez
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Foto: Eduardo Parra/E.P.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, aseguró este miércoles que el “proceso de escucha”, con el que decidirá si concurre o no a las próximas elecciones generales, tendrá una duración de seis meses.

Así lo trasladó durante un desayuno informativo en el que estuvo arropada por el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; el de Consumo, Alberto Garzón, y las representantes de Más Madrid y Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, Mónica García y Carolina Alonso; así como por la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, Rita Maestre, entre otras personalidades políticas, según informa Efe.

Consideró que actualmente “no está en condiciones de dar un paso adelante” hacia concurrir a las elecciones generales, y será cuando finalice ese proceso de escucha cuando concluya “lo que estime conveniente”.

“Levantando ese país, un país diferente, ahí me van a encontrar. No quiero políticas que confronten ni que dividan. Estoy dispuesta a dialogar. No soy pura. No tengo miedo a conversar con nadie que no piense como yo y tengo mucho a favor para llegar a puntos de encuentro”, afirmó durante su intervención.

Así, defendió que “no quiere reinventar el mundo” sino que “quiere cuidarlo con políticas públicas” porque su intención es lograr “un país que permita que cuando gobernemos, la gente no se acuerde de nosotros (los políticos)”.

La vicepresidenta reivindicó la política “que no divide, que no hace ruido, que no crispa y no se espanta con los insultos y con el mal hacer” porque ella apuesta por la política “que suma y que hace feliz a la gente”.

Recalcó que quiere levantar “un país plural y diverso”, a lo que dijo que el futuro de España “no son las elecciones binarias -bipartidismo- sino los comicios mixtos”, en una clara referencia a la coalición con los socialistas en las elecciones del año 2023.

Además, atacó a la política “muy masculina” del siglo XX, mientras ella apuesta por un proyecto de futuro focalizado en el siglo XXI porque todos los partidos tienen que “modernizarse” para así hacer “autocrítica” y poner el foco en cuidar a la gente.

“Da la sensación de que en el viejo siglo XX y en el nuevo siglo XXI, los partidos siguen tratando a la ciudadanía como si fueran menores de edad”, consideró.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afirmó por su parte que no existe “un choque de estilos” entre el suyo y el del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sino que son “distintos pero complementarios”.

“No hay dos personas iguales en dos familias iguales como para serlo él y yo, que somos hombre y mujer, de distintas generaciones, de distintas edades y procedencias”, señaló Ayuso en una conferencia organizada por Europa Press, en la que aseguró que “no hay choques” entre ella y el presidente del PP.

Recalcó que Feijóo está aportando “serenidad” y “paz” en el partido, y “no tiene que demostrar nada a nadie” tras dieciséis años de mayorías absolutas en Galicia.

Asimismo, continuó, es “solvente”, “respetuoso” y “concita apoyos”, y “entiende las peculiaridades” de cada una de las comunidades.

“Estaremos a su entera disposición”, aseguró Ayuso, al tiempo que se mostró convencida de que Feijóo será el próximo presidente del Gobierno de España.

Precisamente, la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP consigue frenar el ascenso de Vox, alcanzar al PSOE y otorgaría a la derecha una mayoría suficiente para gobernar, según el barómetro de mayo de 40dB para El País y la Ser.

Según el estudio, realizado con dos mil entrevistas, el PSOE obtendría el 26,2 de los votos y el PP el 25,5 %, pero los populares ganarían en diputados (108 frente a los 106 que lograrían los socialistas).

De esta forma, el PP consigue, por primera vez en lo que va de año, según este barómetro, igualar al PSOE y disputarle el primer puesto en unas hipotéticas elecciones generales.

La pujanza del PP de Feijóo logra además contener el crecimiento sostenido de Vox, que pierde casi un punto.