Terremoto político con centro en Madrid y ramificaciones en Murcia y Castilla León

Ayuso adelanta los comicios al 4 de mayo y se anticipa a las censuras de PSOE y Más Madrid, que se decidirán en los tribunales // Socialistas y Cs pactan tumbar al presidente murciano López Miras
Moción de censura
Alberto Vidal
Ayuso ayer en su breve comparecencia ante los medios sin preguntas. Foto: Efe

Un terremoto de la máxima intensidad política remueve desde este miércoles al ámbito autonómico español. El foco principal se sitúa en la Comunidad de Madrid, pero el origen o las ramificaciones son mucho más amplias y tocan a varias autonomías, como la Región de Murcia como factor detonante o la Comunidad de Castilla y León como afectada, pero que también podría extenderse al Ayuntamiento de la capital murciana e incluso no quedarse ahí. De hecho, la onda expansiva ya está dando muestras de haber llegado al ambiente político de la comunidad de Andalucía.

La presentación de una moción de censura en Murcia para tumbar al popular Fernando López Miras tras un acuerdo alcanzado entre Ciudadanos y Partido Socialista que llevaría a la dirigente naranja Ana Martínez Vidal a la presidencia del Gobierno actuó como activador de todo el proceso.

Este pacto, con luz verde de los máximos responsables de PSOE y Cs, Pedro Sánchez e Inés Arrimadas, respectivamente, motivó una reacción inmediata de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que en concordancia con la dirección nacional del Partido Popular, se anticipó a los acontecimientos en su territorio y optó por un adelanto electoral convocando a los madrileños a las urnas el 4 de mayo.

La agilidad de Ayuso permitió, de entrada bloquear las inminentes censuras que el PSOE y Más Madrid presentaron en el registro de la Cámara. La Mesa de la Asamblea las aceptó a trámite , con los votos de los representantes socialistas y de Ciudadanos, que tienen mayoría.

Ahora serán los tribunales los que decidan ya que Ayuso firmó la disolución de la Cámara a las doce de la mañana y los documentos para tumbarla fueron llevados a registro una hora más tarde, tramitándolos los mesa pasadas las dos de la tarde.

El PP da por hecho de que ambas mociones quedarán invalidadas ya que la presidenta firmó el decreto antes de que se registraran.

PSOE y Más Madrid interpretan que los documentos rubricados por Ángel Gabilondo e Íñigo Errejón tienen validez puesto que el decreto no fue publicado aún en el Boletín Oficial, de la Comunidad de Madrid.

La calificación por la Mesa augura una confrontación judicial para establecer qué prevalece, si la disolución o las mociones de censura.

Más allá del enredo jurídico, la situación tanto en Madrid como en Murcia refleja las amplias divergencias y el clima de conflicto que viven los gobiernos de coalición conformados por el Partido Popular y Ciudadanos con el apoyo externo de Vox. En la Comunidad de Madrid la presidenta cesó de inmediato a los seis representantes naranjas en el Gobierno, quedando en manos de los siete representantes conservadores el Ejecutivo en funciones hasta la celebración de los comicios.

Ciudadanos pierde así su principal bastión institucional logrado en la época en la que la formación estaba en la cresta de la ola del apoyo de los votantes.

Los comicios generales posteriores en España abismaron a la organización que únicamente logró sentar a una decena de diputados en la Cámara Baja y vio como el PP se hizo con el liderazgo de la oposición frente a Vox, un nuevo competidor emergente por la derecha.

Con el cambio de liderazgo en Cs de Albert Rivera por Inés Arrimadas la formación varió el eje de la balanza. Con Rivera estaba inclinado hacia el PP con el apoyo externo de Vox y con Arrimadas se abrió la puerta a jugar a la banda derecha e izquierda, en pactos con el PSOE.

La censura en Murcia no es más que una evidencia. El apoyo en la Mesa de la Asamblea de Madrid al registro de las dos mociones es otro gesto de esa distancia entre los modelos de gobierno que ansía Arrimadas por un lado y el PP de Pablo Casado por otro.

También refleja la fallida apuesta del propio Casado por la concurrencia común a las elecciones de ambas formaciones, como así sucedió en Euskadi, en clara discrepancia con el modelo que plantea el líder gallego de la formación y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que apostó por preservar las siglas y el proyecto propio.

En la misma onda se sitúa, aunque con distintos mimbres, la moción que impulsa el PSOE en Castilla León con la que buscó que el popular Alfonso Fernández Mañueco pudiese adelantar los comicios como Ayuso.

Ayuso convoca contra su voluntad En su declaración institucional Ayuso argumentando que no podía asumir el riesgo de que Cs y PSOE presentaran una censura después de la registrada por ambos en Murcia.

“Me he visto obligada a tomar esta decisión por el bien de Madrid y de España y contra mi voluntad repetida de agotar la legislatura “, explicó.

Ayuso aseguró que “Madrid necesita un gobierno estable, ideas claras, soluciones ambiciosas, estabilidad y sentido de Estado”, algo que “en las actuales circunstancias no se puede asegurar”, por lo que pidió disculpas a los madrileños, que ahora pueden elegir en elecciones entre “el socialismo o la libertad”.

“Quiero poner en manos de los madrileños su futuro. No quiero que se lo arrebaten en los despachos sin que ellos hablen en las urnas. Estamos en un gran país de ciudadanos libres, en una democracia plena. Y aquí los ciudadanos son adultos, son responsables, así les hemos tratado durante la pandemia y estamos orgullosos por eso”, comentó.

La presidenta tomó esta decisión “pensando antes en el beneficio de España y de Madrid” que en el suyo porque no puede “permitir que Madrid se pare ahora”, con una pandemia y “una crisis económica y social sin precedentes”. “No puedo consentir que todo lo peleado por los madrileños en estos meses se derrumbe. No puedo aceptar que suban los impuestos, que entren a adoctrinar en los colegios, que cierren los comercios y la hostelería o que destruyan el tejido empresarial de Madrid. O que ahora nos impongan cómo pensar o cómo vivir. El daño que se provoca a España no lo quiero también aquí”, concluyó.