Hay vigilancia policial las 24 horas para las vacunas en Santiago

Patrullas de la autonómica custodian de forma constante los viales que llegan a Biorepos: quiere evitar robos o destrozos
María Martínez

“Vamos a presenciar robos, allanamientos de almacenes y ataques durante el transporte y en los lugares donde se almacenen las vacunas”. La alerta la lanzó el alemán Jürgen Stock, secretario general de Europol en la revista Wirtschaftswoche, a finales de diciembre cuando se iniciaba el reparto de los inmunizadores en Europa.

Ante esa posible amenaza y la advertencia policial, que se completó con otra alerta amarilla desde la sede central de Interpol, todos los países de la UE establecieron planes preventivos para impedir los asaltos de grupos negacionistas y, sobre todo, luna hipotética actuación de mafias criminales procedentes de los países del Este, dispuestas a todo para hacerse con uno de los materiales más preciados que hay hoy en el mundo: los servicios de Inteligencia habían detectado movimientos en un floreciente mercado ilegal en la denominada Deep Web, la internet profunda.

España no se quedó atrás y activó un plan para evitar el robo de vacunas o sabotajes durante su reparto inicial. Todo funcionó a la perfección pero la amenaza sigue latente no en vano durante estos meses se están moviendo millones de dosis y eso provoca que ladrones profesionales y grupos criminales de distintos países se estén movilizando con el objetivo de robarlas para venderlas en ese mercado negro en la internet profunda, según consta en un documento de Europol.

¿Puede pasar? Ya está ocurriendo y existe el precedente: al inicio de la pandemia se robaron millones de máscarillas, respiradores, equipos sanitarios de protección que después se revendían en otros lugares ante su escasez.

Santiago no fue ajena a este problema. El empresario Javier Conde Fiestras fue detenido en el mes de abril de 2020 por agentes de la Policía Autonómica acusado de robar dos millones de mascarillas almacenadas en una nave del polígono del Tambre y vendidas posteriormente en Portugal. Sigue imputado a la espera de que se concluya la investigación abierta en un juzgado de la capital gallega

Ahora el objetivo son las vacunas y por eso una patrulla de la misma autonómica gallega permanece las 24 horas al día en las instalaciones de la empresa Biorepos donde se almacenan los viales de Pfizer que se distribuyen en nuestra comunidad. Periódicamente otras patrullan se acercan por las instalaciones de esta firma compostelana que, paralelamente, incrementó sus medidas de seguridad. Hay, además, controles exhaustivos en las inmediaciones para detectar cualquier movimiento sospechoso.

“La alta demanda combinada con un suministro limitado va a hacer que las vacunas COVID-19 sean el equivalente al oro líquido para las redes del crimen organizado tan pronto como las primeras partidas estén disponibles”, se puede leer en el documento de Interpol en el que se pide establecer mecanismos y dispositivos de control en los centros de producción y distribución de las vacunas. “Es probable que las redes delictivas se dirijan a las instalaciones de almacenamiento y a las redes de distribución”, aparece subrayado en rojo en el citado informe, convertido en una alerta mundial. En él se insiste en que las vacunas son “objetivo prioritario de la delincuencia organizada”.