Las instalaciones herculinas no han recibido nuevos residuos sanitarios de bajo riesgo procedentes de los centros adscritos al Servizo Galego de Saúde desde el 11 de marzo TEXTO J. Garnelo

Parón en la planta COVID de Sogama ante una mejor situación epidemiológica

Residuos
Jorge Garnelo
recinto temporal de Sogama en Cerceda dedicado a la gestión de residuos COVID (A Coruña). Foto: Sogama

Las buenas cifras que arroja el territorio gallego respecto al COVID y la mejor situación epidemiológica que continúa pronunciándose entre sus fronteras han concluido en el “stop” de la planta provisional que Sogama había adaptado en sus instalaciones medioambientales de Cerceda a fin de gestionar los residuos derivados del coronavirus: distintos deshechos sanitarios de bajo riesgo.

Así lo manifestaban desde la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda ayer, apuntando que el progresivo descenso de los casos activos en la autonomía desembocó en “una notable reducción” de diferentes restos contaminados por el virus, tal como guantes, mascarillas, EPIS y demás productos. Todos ellos usados en los hospitales durante la batalla contra el SARS-CoV-2 que cada vez estamos más cerca de ganar.

Con el detrimento de “basura viral”, Sogama cree conveniente que la misma vuelva a ser tratada íntegramente por aquellos recintos gallegos dedicados a gestionar esta clase de despojos pandémicos.

MÁS DE 285 TONELADAS. Así las cosas, durante la corta vida del espacio coruñés, operativo de abril al pasado marzo, pasaron un cómputo de 285.280 kilos de residuos sanitarios de bajo riesgo a los cuales se les aplicó un proceso de valorización energética a una temperatura que rebasaba los 850 grados, con el propósito de asegurar que todos y cada uno de los patógenos u otros agentes nocivos que contenían fuesen eliminados de forma controlada.

En este contexto, la planta temporal de Sogama llevó a cabo dicha labor en los peores instantes de la pandemia, coincidiendo con las tres olas que Galicia fue surfeando hasta este momento: la actualidad. Un presente en el que la incidencia del coronavirus ha bajado significativamente, como también se redujo la entrada de este tipo de materiales en las instalaciones herculinas.

De hecho, la entidad pública situada en Cerceda no recibió nuevos residuos procedentes de los múltiples espacios adscritos al Sergas desde el pasado 11 de marzo, por lo que considera que esta circunstancia permite prescindir completamente de la tarea de este complejo, que siempre operó “de forma independiente, con personal externo contratado y horarios diferenciados a los del resto de trabajadores” de la infraestructura.

DOS OPCIONES DE TRATAMIENTO. Justo cuando el COVID llegó para cambiarlo todo, aquel marzo del lejano 2020, el Gobierno de Sánchez dictó una serie de directrices en las cuales se contemplaban dos opciones a la hora de gestionar los desechos mencionados. Por un lado, estaba el tratamiento de depósito en escombrera. Por el otro, la valorización energética. Consecuentemente, daban prioridad a la segunda fórmula frente a la primera por ser un método más eficaz y seguro.

Entre las comunidades que cuentan con plantas que incluyen esta última modalidad están las de Cantabria, País Vasco, Cataluña y Baleares, además de Galicia, con Sogama que, dadas las circunstancias de este desafío que ahora finaliza, dio las gracias a todos los componentes humanos del ente como consecuencia de su esfuerzo ante una situación inusual que terminó “con éxito”.