En el entorno del viaducto medieval existen 3 cruceiros, 4 escudos y 21 hórreos que ya son BIC // Ahora se sumarán varios palomares, molinos, capilla, pazo, escuela y presa entre Ames y Negreira // Los vecinos reclaman servicios TEXTO Marcos Manteiga

Tramitan que A Ponte Maceira se declare Ben de Interese Cultural

Cultura
Marcos Manteiga
Viaducto de A Ponte Maceira sobre el Tambre, que divide la localidad entre Ames y Negreira. Foto: Puri Sangiao

La Xunta, y más en concreto la Consellería de Cultura que dirige Román Rodríguez, acaba de iniciar el procedimiento para que A Ponte Maceira sea declarado Ben de Interese Cultural, “o que supón que se aplique de forma inmediata e provisional a protección establecida” en la Lei de Patrimonio Cultural. La medida alcanza al viaducto medieval, pero también a los elementos patrimoniales repartidos en la localidad que divide el río Tambre entre Negreira y Ames.

Según aportan los técnicos autonómicos, “trátase dunha infraestrutura que vertebrou a actividade comercial desta contorna da Galicia interior desde a Idade Media e funcionou como nexo e límite territorial entre o poder eclesiástico dos Fonseca e os Condes de Traba”. Y es que, a su alrededor, medró una próspera localidad en la que ya existían unos elementos que “contarían xa coa condición” de BIC, como pueden ser sus tres cruceiros, veintiún hórreos o los cuatro escudos señoriales, pero a los que se añadirán los palomares, molinos, capilla de San Brais, una presa tradicional, el pazo o la vieja escuela, entre muchos otros.

En cuanto al viaducto, en cuyas bases se han querido ver cimientos de época romana, conserva la estructura clásica de los puentes medievales, y el grueso de la estructura data del lapso entre el siglo XIII y el XIV. Cuenta, así, “cun longo perfil alombado cara ao centro, cun arco apuntado e dous arcos de medio punto a cada un dos lados, de entre 6 e 14 metros de luz do arco central”, incluyendo en su estribo izquierdo, en el sentido de la corriente, “dous arcos de carácter máis recente que teñen por obxecto facilitar o desaugadoiro”, protegidos según los expertos “con potentes tallamares de perfil apuntado e remate escalonado nos dous sentidos da corrente”. Todo su recorrido, asimismo, está protegido con un pretil de cantería sobre un pavimento pétreo contemporáneo, “actuación xustificada tanto pola funcionalidade como pola integración material, dimensional e cromática coas estruturas históricas”, precisan.

Actualmente, su integración en el ambiente se califica por la Xunta como “óptima, xa que os percorridos da calzada e dos peitorís se estenden cara as beiras, con accesos aos muíños e ao leito de grandes bolos de granito naturais que no tempo de augas baixas, poden ser empregados como zonas de baño”, en una zona además cruzada por la Prolongación del Camino.

El estado de A Ponte Maceira, sin embargo, saltaba hace unos años a estas páginas por la existencia de grietas en al menos uno de sus arcos y el pésimo estado de los antiguos molinos aledaños, circunstancias que se achacan a la acción de las raíces de la vegetación y a las periódicas inundaciones del Tambre. Además, y pese a entrar en la asociación de los Pueblos más Bonitos de España, los residentes han acudido a este periódico de forma recurrente desde hace años para criticar la falta de alcantarillado en parte del núcleo, así como de traída o telecomunicaciones. También siguen a la espera de que se ejecute la ansiada senda entre este puente y el intermedio, el de A Ponte Nova, por sus evidentes alicientes para el turismo y la movilidad local.