La Catedral pone en marcha una App que permitirá acumular en el teléfono móvil los sellos de la peregrinación // Ya pueden registrarse los emisores TEXTO Arturo Reboyras

Adiós a la tinta corrida y al rastro de sudor en la credencial jacobea

Camino de Santiago
Arturo Reboyras
Aplicación móvil que permitirá acumular los sellos

Las nuevas tecnologías permiten hoy en día que con cualquier dispositivo móvil, como un simple teléfono, puedan realizarse todo tipo de gestiones de nuestra vida cotidiana. Prácticamente todo se ha convertido en telemático: una sencilla tarea como hacer y pagar la compra en el supermercado, asistir a una reunión de trabajo o poner en marcha el aspirador inteligente de tu casa desde la otra esquina del mundo es posible con un smartphone en la mano.

Obtener la Compostela sin poseer la tradicional credencial sellada por establecimientos y entidades, habitualmente muy deteriorada por todo el trajín de la peregrinación, también será posible a partir de ahora. Y es que este documento también se digitalizará y se podrá llevar en el teléfono móvil, de manera que al llegar a cualquier iglesia, albergue o cafetería se añadirá el sello correspondiente sin necesidad de estampar un cuño.

¡Cuántos peregrinos lucen con orgullo y marco noble en el salón de sus casas las credenciales con decenas de marcas, recuerdos inolvidables en muchos casos, de su travesía hacia la Casa de Santiago! Muchas con el rastro del sudor, que recuerda el sacrificio del caminante; y la tinta corrida de las más originales rúbricas que demuestran ante el Cabildo metropolitano haber recorrido las diferentes etapas de la Ruta que conduce a la ciudad del Apóstol.

Es la Catedral la que pone en marcha ahora esta nueva iniciativa. En su último boletín informativo, la Basílica compostelana indica que, como paso previo a la puesta en funcionamiento de la credencial digital del peregrino, se presenta la herramienta de generación de sellos para que los diversos puntos de acogida al caminante puedan crear y registrar sus sellos, que se irán incorporando a las credenciales de los peregrinos, como señal de las diferentes etapas de la peregrinación hasta la tumba del Zabedeo.

Así, añade la publicación, desde esta semana se puede acceder a esta herramienta online desde las webs de la Catedral de Santiago y de la Oficina de Acogida al Peregrino. En ella los diferentes puntos de acogida de los caminos (parroquias, albergues, asociaciones de amigos del Camino de Santiago...) pueden inscribirse y registrar su sello, previamente digitalizado, o crear uno predeterminado en el caso de no tenerlo en formato digital. Una vez validado el cuño, se descargarán un código QR que podrán poner a disposición de los peregrinos para que lo incorporen a su credencial digital.

En todo caso, la Catedral de Santiago quiere dejar claro que “la credencial digital no sustituye a la credencial tradicional en papel, sino que la complementa, sobre todo en lo que tiene que ver con limitar los contactos interpersonales y agilizar el sellado, en estos tiempos de pandemia que vivimos actualmente”. Esta aplicación para móviles estará disponible tanto en dispositivos Android como iOS.

Se trata de uno de los proyectos impulsados por la Oficina Internacional de Atención al Peregrino, ubicada en la rúa de Carretas y dirigida por el deán de la Catedral, Segundo Pérez, con motivo del Año Santo compostelano, que se inició la tarde del pasado 31 de diciembre con la apertura de la Puerta Santa.

En una reciente entrevista concedida a EL CORREO, el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, reconocía que la pandemia del coronavirus marcará este jubileo, que finalmente se extenderá hasta finales de 2022 por concesión del papa Francisco. El prelado admitía en la conversación que en circunstancias normales se notaría ya en el mes de enero una notable presencia de peregrinos en la meta del Camino. Sin embargo, no ha sido así. Según datos del pasado día 20, apenas habían llegado a la ciudad del Apóstol medio centenar de caminantes; y en estos últimos diez días la cosa no ha mejorado dadas las restricciones impuestas por la pandemia. La esperanza ahora está puesta en 2022.