Éxito. Los visitantes pudieron disfrutar de un recorrido de una hora por el Museo de la Catedral y de 40 minutos en la conocida torre // Casi todas las entradas de hoy ya están vendidas // El objetivo es atraer tanto a locales como forasteros TEXTO A.Bernárdez

Aforo completo en la primera jornada de visitas a la carraca

Andrés Bernárdez
Una de las primeras visitantes se asoma al balcón de la torre. Foto: A.B.

La Catedral de Santiago estrenaba ayer una nueva atracción turística que prometía atraer de nuevo a los visitantes que, pese a haber estado anteriormente en Santiago, no habían tenido la oportunidad de disfrutar de la vista de la ciudad desde lo alto de una de las torres más emblemáticas del templo.

Así, durante la mañana de ayer empezaron a subir a la torre de la carraca los primeros visitantes, que pudieron acceder a un espacio hasta ahora cerrado al público general. Se trata de la torre situada más al norte de las dos estructuras gemelas, dejando a su derecha la conocida como torre de las campanas. Desde allí, los afortunados que ayer subieron las 140 escaleras que conducen hasta el primer balcón pudieron disfrutar de una estampa difícil de conseguir de toda la ciudad, desde una perspectiva poco habitual, a cincuenta metros de altura por encima de la plaza del Obradoiro.

Tal fue el revuelo de esta atracción, que el día de su inauguración consiguió vender la totalidad de las entradas disponibles. Debido a las restricciones de aforo, los grupos tienen que albergar como máximo a 15 personas. Así, repartidos en cinco turnos, durante la jornada de ayer subieron a la torre, que combina el estilo románico y el barroco, un total de 75 visitantes.

Además, según informan los servicios de prensa de la Catedral, los tiques para esta actividad, que además incluye la entrada al Museo de la Catedral y al Palacio de Xelmírez, están volando. Tanto es así que ayer por la mañana ya se habían vendido el 90 por ciento de las entradas para el día de hoy. Así, parece que este tipo de rutas por las alturas llaman la atención de muchos visitantes. Ya en su momento conseguir plaza en una de los paseos por los tejados de la Catedral era una misión casi imposible. Un atractivo, el de las vistas compostelanas, que han querido volver a explotar con la esperanza de recuperar así parte de los visitantes perdidos a raíz de la crisis del covid.

No es para menos, según explicaba hace unos días Daniel Lorenzo, director de la Fundación Catedral de Santiago. La torre ofrece unas “expléndidas vistas panorámicas” que resultan muy atractivas, tanto a forasteros como a los propios compostelanos que nunca han tenido la oportunidad de observar su ciudad desde esa perspectiva. Es por ello que la visita se presenta como una oportunidad de llamar la atención de muchos gallegos e invitarlos a volver a la ciudad, para disfrutar de una experiencia imposible de vivir hasta el momento.

HISTORIA Y TRADICIÓN. Uno de los principales atractivos de la torre de la Carraca es el instrumento que alberga en su interior y que le da nombre. Una enorme estructura que cumple la función de caja de resonancia en forma de cruz de San Andrés, con brazos de más de dos metros de longitud cada uno. Tiene una especial relevancia, además, porque el de Santiago es uno de los pocos grandes templos del país que aún conserva uno de estos instrumentos funcionales. De hecho, hasta el año 2010, los vecinos de Compostela llevaban cerca de medio siglo sin escuchar el característico sonido de la carraca el Viernes Santo y el Sábado de Pascua, una tradición que surge para sustituir, durante estos días tan señalados para el cristianismo, el sonido de las campanas por otro más tenue, en señal de pesar por la muerte de Cristo.

En este sentido, la carraca que reposa hoy en la torre de la Catedral es una réplica exacta de la que existía anteriormente y que tuvo que ser sustituida para asegurar su conservación.

Finalmente, hace diez años se pudo estrenar el nuevo instrumento, que fue construido tras una intensa investigación para conseguir un sonido lo más similar posible al del aparato original y que tuvo que ser elevado hasta su posición definitiva por una grúa, debido a sus grandes dimensiones y 200 kilos de peso.

La reapertura de la torre al público supuso un revuelo tanto en los grupos de amigos del Camino de todo el mundo, como en múltiples medios autonómicos y nacionales que se hicieron eco de la noticia. Cabe esperar ahora que esta actividad consiga atraer a nuevos visitantes que, ya de paso, ayuden a levantar el debilitado sector turístico de la ciudad, en un verano especialmente difícil.

ENTRADAS. Los interesados deben saber que, si deciden adquirir una de estas experiencias, podrán pasar cerca de una hora visitando la colección permanente del Museo de la Catedral. En lo que se refiere a la torre de la Carraca, la visita durará alrededor 45 minutos, aunque, debido al reducido espacio del balcón de la construcción, es posible que se tengan que establecer pequeños turnos para evitar aglomeraciones a la hora de asomarse para disfrutar de las vistas.

Las entradas tienen un coste de 12 euros para todas aquellas personas que no cuenten con ningún descuento. Por su parte, los miembros de familias numerosas, los desempleados, los estudiantes, los peregrinos acreditados y los mayores de 65 años, podrán hacerse con sus tiques por 10 euros. La entrada será gratuita para los sacerdotes, religiosos y religiosas, los socios ICOM y los Amigos de la Catedral. Todas las entradas se pueden adquirir a través de la página web tickets.catedraldesantiago.es.