Cientos de vecinos cabreados por una movida totalmente desmadrada

Se registraron casi 50 denuncias, la mayoría por fiestas en pisos, por beber alcohol en la calle y por orinar en la vía pública // Las peores aglomeraciones se vivieron en la plaza Roja y en Ruta
Sandra Cuiña
Chavales en medio de la calle Curros Enríquez, donde se reunió mucha gente

Aglomeraciones de gente, muchos gritos y vomitonas por las calles. Ese fue el resultado de la noche de movida de la madrugada de ayer en Santiago, que trajo por la calle de la amargura a los sufridos vecinos del Ensanche y a la Policía Local y Nacional.

En total, hubo 48 denuncias, catorce de ellas por fiestas en pisos, siete por orinar en la vía pública y diecisiete por consumo de alcohol también en la calle; otra por depositar basura en la vía y por no llevar mascarilla.

Además, la Policía Local tuvo que dispersar varios botellones en parques como el de Belvís, e incluso a un grupo de cincuenta chavales que ya estaban bebiendo a las siete de la tarde en Alexandre Bóveda, y que fueron disueltos por tres patrullas. También actuaron en la avenida de Coimbra y Alfredo Brañas con sendos grupos que se dispersaron ante la presencia policial; y en Marcial Villamor Varela, donde identificaron a ocho personas por consumir alcohol en la calle.

Una vez más, la peor parte se la llevaron los vecinos de la plaza Roja y de Curros Enríquez, donde está situada la discoteca Ruta, que tuvieron que soportar grandes concentraciones de jóvenes durante toda la noche, aglomeraciones que incluso dificultaron el paso de alguna ambulancia.

En esta zona, la madrugada fue especialmente dura, dados los cientos de universitarios que se reunieron en el lugar, y que al no poder entrar en el establecimiento optaron por hacer la fiesta en la calle, invadiendo incluso la carretera y armando un barullo insoportable.

De hecho, incluso hubo estudiantes que se unieron a la movida desde las ventanas de sus casas poniendo música a través de sus altavoces a todo volumen.

Fue en estos puntos donde los agentes de la Policía Nacional y Local tuvieron que emplearse más a fondo. Y es que tal y como confirmó el concejal de Seguridad Ciudadana, Gonzalo Muíños, a EL CORREO GALLEGO, “las aglomeraciones de gente fueron lo peor de la madrugada”. De hecho, el edil calificó “la noche como muy dura”.

El responsable de Seguridad Ciudadana es consciente de “que los jóvenes vienen de una época complicada, sin tener apenas interacción social y tienen ganas de fiesta, pero nosotros vamos a seguir con el mismo dispositivo policial para controlar la situación y hacer presión”, señaló.

Gonzalo Muíños mostró su preocupación de cara a la entrada en vigor de la “nueva normativa”, que es más flexible. “Va a ser un problema. Es muy complicado controlar este tipo de comportamientos”, añadió.

Lo que más preocupa al Ayuntamiento son, sin duda, las aglomeraciones, tanto por el riesgo de contagio que conlleva como por las molestias que se ocasionan a los vecinos, principalmente del Ensanche, aunque también afecta en ocasiones el casco histórico.

Y es que la mayoría de los jóvenes que participan en estas aglomeraciones no llevan la mascarilla puesta, y si la tienen se la bajan. Además, no mantienen la correspondiente distancia de seguridad.

MUY POCA EMPATÍA DE LOS JÓVENES. Asimismo, tal y como muestran en redes sociales, muchos de estos universitarios se sienten orgullosos de ese tipo de comportamientos y no muestran ni la más mínima empatía con los ciudadanos que no pueden dormir. Más bien al contrario, presumen en sus cuentas de Instagram de lo bien que se lo pasaron invadiendo la vía pública y molestando a los vecinos.

Desde la discoteca Ruta intentaron minimizar las molestias a los ciudadanos poniendo en marcha un sistema de reserva de entradas, que evitara las colas desde las seis de la mañana en la calle, con los jóvenes sentados en aceras y portales.

Sin embargo, lo que tiene una solución más complicada son las concentraciones de estudiantes, que prácticamente se suceden todos los días en Curros Enríquez y alrededores, y que tienen completamente desquiciados a los residentes. Desde la semana pasada, prácticamente todos los días la Policía Local ha dispersado en esta zona grupos, de al menos, trescientas personas.