Disfrutar de las actividades acuáticas terapéuticas en un entorno seguro

El centro AwaSan ha vuelto a abrir sus puertas tras ampliar sus instalaciones e instalar los aparatos más punteros para desinficionar el aire // Ha implantado un protocolo de limpieza y desinfección
Ana Iglesias
todas las salas de vestuarios se desinfectan tras cada uso. Foto: Antonio Hernández

Rodeado de campo y situado en la zona de Roxos, a mediados de 2012 AwaSan abría sus puertas al público como un novedoso centro de actividades acuáticas terapéuticas y educativas, pionero en Galicia, en el que un equipo interdisciplinar de profesionales trabaja en mejorar la salud de los usuarios aprovechando los beneficios que ofrece el agua.

Cerrado desde el pasado mes de marzo por la crisis sanitaria, el centro abrió sus puertas hace dos semanas tras varios meses dedicados a la adaptación de las instalaciones y la puesta en marcha de un nuevo protocolo de limpieza y desinfección diarias para garantizar la seguridad de personal y usuarios.

En este proceso, ha sido clave el papel de Alberto Abeijón, al frente de Astyco, una empresa compostelana con casi treinta años de experiencia dedicada al mantenimiento y conservación de sistemas de climatización, y cuyo equipo se encargó de la instalación de dos nuevos sistemas recuperadores de aire.

Alberto recuerda que “está demostrado por la comunidad científica que la principal vía de transmisión del covid-19 son lo aerosoles, por lo que se recomiendan las actividades en exteriores, y si no es posible, en interiores con una ventilación adecuada”.

Hace meses un experimento en Corea mostraba cómo se producían contagios en un restaurante por el aire acondicionado, algo que no ocurriría si éste estuviese desinfectado, que es básicamente lo que ocurre en AwaSan tras la instalación de dos recuperadores.

“Con el Wolf CKL Evo 2200 estamos introduciendo aire exterior en el recinto”, señala Alberto, quien aclara que “la dilución del covid-19 en el aire exterior es muy elevada y por ello se recomienda aumentar la cantidad de aire exterior que introducimos en los locales”.

“Con esto estamos renovando el aire interior con aire exterior y estamos reduciendo las posibilidades de contagio en caso de existir alguna persona contagiada en el interior”, afirma, ya que estos recuperadores “extraen el aire interior e introducen aire exterior recuperando energía hasta más de un 90 % con la máxima eficiencia, menor consumo posible y con flujos totalmente estancos”.

En definitiva, se trata de intercambiar el aire, sacar el del interior e introducir el del exterior, tras haberlo pasado por baterías filtrantes para eliminar partículas y por un equipo de ultravioletas para matar todos los gérmenes en suspensión en ese aire. Y en la zona de piscinas, además, la máquina empleada recupera también la temperatura.

Así, incide, “el aire acondicionado que se introduce en AwaSan estaría ya desinfectado”. Una medida que ha supuesto una gran inversión para el centro de A Silvouta, cuya prioridad es “ofrecer seguridad a todos sus usuarios”.

“Además, nos gusta trabajar con empresas de la zona, como Astyco, y es importante que todos nos apoyemos”.

Aparte de la instalación de estos dos recuperadores de aire, la dirección de AwaSan implantó también un protocolo de desinfección que conlleva dos procesos diferentes, uno con nebulización y otro con pulverización sobre superficies, y de los que es responsable Moncho Vigo, jefe de mantenimiento del centro.

“Cuando surgió todo esto nos planteamos también cómo desinfectar en espacios específicos, y estuvimos buscando el producto menos agresivo y nocivo para la salud. Con la ayuda de Francisco Alonso Picón, doctor en Químicas, llegamos a la conclusión de que lo mejor era una combinación de peróxido de hidrógeno diluida con un ácido acético”. Una mezcla que se aplica mediante nebulización con microgotas que permanecen horas flotando en el ambiente, en un proceso que Moncho repite a diario cada noche y cada mediodía, mientras que entre un grupo y otro de usuarios, aplica un nebulizador desinfectante sobre superficies de contacto.

organización. Con el 50% de aforo y todavía en fase de reprogramación de actividades, las clases se han iniciado de forma escalonada tras la puesta en marcha de un protocolo de organización y actuación para conseguir los mejores niveles de seguridad sanitaria.

“Las actividades siguen siendo las mismas”, dicen, “pero se están reprogramando los horarios por la reducción de turnos debido al tiempo de desinfección entre las clases”.

Por ejemplo, se han ampliado las instalaciones con dos vestuarios grandes más, y una nueva sala de espera para veinte personas, y se ha abierto otro acceso. Cada puerta de entrada tiene asignado un vestuario con su horario correspondiente por grupos de edad, y por todo el centro hay señales indicadoras de circulación, con entradas y salidas independientes y muy organizadas para evitar que la gente se cruce.

“Se han tomado todas las medidas necesarias y puesto en marcha protocolos que garanticen seguridad en unas instalaciones saludables”, insisten desde la dirección de AwaSan, convencidos de que “nuestros usuarios ya tienen claro que somos un centro seguro, porque les hemos ido explicando paso por paso todo lo que fuimos haciendo, y además, cuentan con las normas de organización y actuación que hay que cumplir para tener esa seguridad”.

“Aquí vienen bebés con 3 meses y adultos de 96, y gente con patologías”, dicen. “Para nosotros es prioritario poner todos los medios a nuestro alcance para lograr que sea un entorno seguro, y darles esa confianza para venir y disfrutar de nuestras instalaciones”.