Espectacular exhibición de luz, color y pólvora en unos Fuegos para la historia

Miles de compostelanos vibraron con el impresionante universo de efectos visuales que iluminaron toda la ciudad // Finalmente, se lanzaron desde seis localizaciones
Fiestas del Apóstol
Jacobo Táboas

El intenso ritmo y la gran variedad de efectos y colores marcaron los Fuegos del Apóstol 2020, condicionados en su organización por la pandemia y también, a última hora, por el riesgo de incendio, que obligó a suspender los lanzamientos previstos desde el Monte de Deus (Vite) y la Granxa do Xesto, en las faldas del monte Pedroso.

Así pues, el espectáculo se desarrolló finalmente en seis puntos de la ciudad: Santa Susana (Alameda), Cidade da Cultura, parque Carlomagno (Fontiñas), parque Luis Pasín (Conxo), A Almáciga y parque Eugenio Granell. Lo excepcional del momento por la crisis sanitaria, provocó que Raxoi idease un nuevo modelo para celebrar la gran noche del 24-J, y apostó por un espectáculo que envolviese toda la ciudad, con lanzamientos simultáneos desde distintos puntos. De esta forma, miles de personas pudieron seguir en la calle o desde sus casas la enorme exhibición pirotécnica que iluminó anoche toda la capital gallega. De hecho, numerosos compostelanos, y también turistas, muchos de ellos ataviados con mantas, se acercaron a los distintos escenarios de lanzamiento para ver los Fuegos.

Durante el espectáculo, que se alargó durante 20 minutos, se proyectaron más de 100 formas diferentes, mostrando gran variedad de colores y efectos diferentes, utilizados en cuatro alturas distintas, que oscilaron entre los 30 y los 180 metros, en función del momento del espectáculo.

Para el lanzamiento de los Fuegos se emplearon más de 4.000 unidades de disparo, utilizadas en más de 500 fases. Asimismo, se utilizaron más de 1.000 kilogramos de masa pirotécnica, con los que se crearon efectos como tronos, mosaicos, dalias, anillos, intermitencias, crisantemos, crepitantes, estrellas, huevos de dragón, volcanes, medusas, pescados, corazones, abejas y cambios de colores.

Además, tal y como anunciaran desde Pirotecnia Zaragozana, la empresa encargada del diseño, producción, montaje y realización del espectáculo, la cadencia de los disparos fue muy corta, para poder obtener un ritmo alto de explosiones y mantener el fuego de forma constante. “Ritmo, variedad, potencia, luminosidad y brillantez son las señas de identidad del espectáculo que hemos diseñado para la gran noche de los Fuegos del Apóstol”, comentó el director de Pirotecnia Zaragozana, Miguel Pérez, quien agradeció al Concello que, pese a la situación actual provocada por el covid-19, apostase por “mantener los Fuegos del Apóstol, buscando una alternativa técnicamente viable y segura”, frente a la decisión de otros ayuntamientos de cancelar los espectáculos pirotécnicos, “ayudando así mucho a nuestro sector en estos momentos de dificultades”, señaló Pérez.

En este sentido, para garantizar la seguridad a lo largo del espectáculo, el operativo especial lo formaron 30 agentes da Policía Local, 50 vigilantes de seguridad, más de 25 efectivos de Cruz Roja, más de 65 voluntarios de Protección Civil y efectivos de bomberos.

Desde Raxoi incidieron en las últimas horas en la importancia del cumplimiento de las normas de seguridad por parte del público, tanto aquellas relacionadas con el propio espectáculo como las vinculadas al respeto de los perímetros de seguridad, las restricciones de estacionamiento y circulación. Asimismo, en la víspera del Día del Apóstol, el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, animó a los compostelanos “a gozar das festas, pero sempre con seguridade e prudencia”. Recordó, además, que “o virus sigue ahí”, por lo que puso el foco en la importancia de “manter as distancias e seguir utilizando a máscara”.

El modelo elegido anoche supone romper con más de más de 400 años de tradición en el Obradoiro, epicentro de la celebración de los Fuegos durante más de cuatro siglos. La necesidad de conservar el patrimonio histórico, puesto que los técnicos no aconsejan que se siga celebrando este espectáculo pirotécnico en el casco histórico, y la crisis sanitaria, que impide las aglomeraciones de público, han motivado el cambio de escenario. A partir de ahora, habrá que esperar al año que viene para ver qué decisión toma el Concello.