Fallece Pío Aller, pionero del ‘beat rock’ compostelano

Experimentado batería, formó parte del grupo The Blue Sky, cuyo origen se encuentra en el Colegio Minerva en los años 60
Música
ECG Redacción
the music stars, otro grupo compostelano de los 60, en el Burgo. Foto: Tony López.

Cuando Pío José Aller García unió su nombre al de los Blue Sky todavía no tenía una batería entre manos. Tocaba los bongós, que era para lo que les daba el presupuesto, y lo hacía en pequeñas fiestas que organizaba el Colegio Minerva. Eran los primeros años de la década de los 60, y ya había bastantes grupos en España que se pirraban por el ‘beat’ de las guitarras eléctricas. Siguiendo la inspiración del movimiento que se estaba extendiendo en Madrid, gracias a iniciativas como las Matinales de Price, los estudiantes de Santiago también fueron creando sus propios grupos.

Aller se dedicó a la música con The Blue Sky hasta los años ochenta, tras haber recorrido toda Galicia, traer a España las Hofnner y ganar algún que otro concurso organizado por Televisión Española. Este pasado miércoles murió a los 75 años y, tras una despedida en el Tanatorio de Boisaca, sus restos descansan en San Sebastián de Castro, en Mesía. “Don Pío José Aller García, batería de los Blue Sky, los 5 de Santiago”, se puede leer en su esquela. Entre los ensayos y las actuaciones de esos ‘5 de Santiago’ llegó a estar Pepe Domingo Castaño, antes de irse a Madrid.

Según cuenta Alfonso Espiño, autor de la tesis doctoral Beat, pop y rock en Santiago de Compostela (1954-1978), desde los años 50 había grupos juveniles en Santiago de ‘música moderna’, como Los Teseos, formados por universitarios de las facultades de Farmacia o Medicina. El éxito arrollador de The Shadows en los sesenta, unido a esos primeros conjuntos, hizo que fuese bajando la edad de las agrupaciones. Y es así como nació The Blue Sky.

Pío Aller, cuando se unió a The Blue Sky, lo hizo a un grupo con compañeros relativamente experimentados. Dos de los componentes ya habían tocado juntos en Los Danubio, también originado en el colegio Minerva. En 1963, la revista escolar publicó la primera imagen de los cuatro amigos. El estreno de Aller en el escenario tuvo tono benéfico, en un acto de recaudación de fondos para un viaje a Lisboa. Así empezó, con actuaciones en el colegio y con ensayos en su casa de San Paio de Antealtares. Ese era el lugar de experimentación del grupo, que tenía instrumentos acústicos y eléctricos.

Los bongós que dieron ritmo a las primeras actuaciones del grupo fueron sustituidos por una caja y un pequeño plato. Después, Aller consiguió uno de mayores dimensiones. Tocaba prepararse para el éxito que esperaba a la formación. Para hacernos una idea de su crecimiento, cabe señalar que aún no había terminado el año 1963 cuando The Blue Sky hizo su primera sesión fotográfica promocional. Ya habían dado el salto del auditorio de su colegio compostelano, y se movían por diferentes ubicaciones de la ciudad, así como otras zonas de Galicia, como Tui o Campo Lameiro.

Al margen de ser ya conocidos en Santiago, gracias a sus actuaciones quincenales en La Estila, Aller y sus compañeros de faena se pasaron a la televisión nacional. Lo hicieron, tal y como narra Alfonso Espiño, gracias a su participación en el programa Primer Aplauso. La emisión les valió para llevarse el segundo premio, y alojamiento gratuito durante unos días en Madrid. ¿Qué harían con el dinero? Invertirlo en el grupo con la compra de vestuario.

La música a la que ponía ritmo Aller con sus bongós, primero, y con su batería, después, versionaba éxitos del momento como los que tocaban por el mundo sus ídolos de The Shadows. Y también se lanzaron a versionar temas de grupos históricos como The Beatles con su Twist and Shout. Y una de las claves para que el grupo fusionase los éxitos internacionales con su estilo, conocimiento y medios, la tenía Pío Aller. Él fue el encargado de plasmar lo que escuchaba en las fiestas populares, o lo que llegaba a sus oídos por cualquier fuente. Lo hacía tirando de oído, de papel y de bolígrafo. Así, se hacía su propia versión para que sus compañeros pudiesen tocar. Entre canción y canción, Aller y el resto de músicos cultivaron amistades como la de Pepe Domingo Castaño, que se unió a la formación un tiempo.

Los cuatro de The Blue Sky fueron también 5, Los 5 de Santiago, e incluso 6. Estuvieron en activo, Aller incluido, hasta los 80. Por esa época, en declaraciones precisamente a este periódico, contaron que contaban con unas 200 canciones en su repertorio, incluidos pasodobles, y que su grupo español favorito eran Los Tamara.

Pío Aller era parte de la historia musical compostelana. Al tiempo que cambió sus bongós por los instrumentos de una tienda de Zaragoza, cambió también el libro sonoro de Compostela.