Feijóo y los obispos españoles hacen fuerza para que el papa visite Santiago

“Los abusos cometidos por algunos miembros de la Iglesia nos causan dolor y vergüenza”, afirma el cardenal Omella durante la peregrinación de la Conferencia Episcopal a la tumba del Apóstol
Arturo Reboyras
Monseñor Argüello, en el centro, durante la rueda de prensa en Carretas

Los obispos españoles se reafirmaron ayer junto con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en el deseo de que el papa Francisco visite Compostela el próximo año. “Sería estupendo que coincidiese con la Peregrinación Europea de Jóvenes”, afirmó el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Argüello, en una comparecencia ante los medios en el Centro Internacional de Acogida al Peregrino, antes de matizar que todavía no hay nada cerrado, puesto que se trata de una decisión que depende exclusivamente de la Santa Sede.

Durante un desayuno en la Hospedería de San Martín Pinario con más de sesenta prelados españoles, que se desplazaron a la ciudad del Apóstol para ganar el jubileo, Núñez Feijóo ha vuelto a pedir que el obispo de Roma visite Compostela en 2022 con motivo del Año Santo. Manifestó una vez más esta petición a la Santa Sede dirigiéndose al nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza, “quien siempre suele traer buenas noticias a Santiago. Él sabrá si puede darnos alguna o no”, afirmó Feijóo, que recordó que los dos predecesores de Francisco, tanto Juan Pablo II (en 1982 y 1989) como Benedicto XVI (en 2010), acudieron a la capital gallega.

Todo esto ante el anfitrión de esta jornada, el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, quien estuvo acompañado por el alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo; el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Juan José Omella, y otros purpurados, arzobispos y obispos.

Feijóo se mostró “muy agradecido al papa” por su decisión de prorrogar el Año Santo 2021 a 2022, por la incidencia de la pandemia de la covid-19, lo que permitió redoblar la celebración del jubileo compostelano y “tener la oportunidad de mostrar Galicia al mundo”.

También aprovechó el mandatario gallego para recordar que esta semana, durante su viaje a Bruselas, diversas autoridades comunitarias, entre ellas la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, “acreditaron su compromiso” con los caminos de Santiago.

En su alocución, el presidente de la Xunta destacó a Galicia y a su capital como “meta de las peregrinaciones” cristianas “desde hace más de mil años”. “Nuestro carácter tiene que ver con ser un pueblo acogedor”, declaró. En este sentido, reivindicó que Europa “es una unidad gracias a los caminos de Santiago”. Además, ensalzó la decisión de rehabilitar tanto los exteriores como el interior de la Catedral, “uno de los templos de la cristiandad desde el punto de vista técnico, pero también desde el espíritual”, manifestó.

Por su parte, el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, también aprovechó la presencia del representante diplomático de la Santa Sede para pedirle que traslade al papa su agradecimiento por su decisión de prolongar el Año Santo.

Asimismo, el regidor recalcó la vinculación de la ciudad con la Iglesia y la cristiandad, por lo que dio a todos los religiosos una bienvenida: “Todos vienen a su casa, que es la casa de Santiago”.

En sus palabras de bienvenida, el arzobispo agradeció su presencia en una ciudad “que es espiritual desde el momento en que el Apóstol la eligió como sepulcro”, lo que posteriormente daría lugar a la construcción de la basílica.

Monseñor Julián Barrio hizo suyas las palabras del sumo pontífice al afirmar que “en Santiago convergen el centro y la periferia”. “Sabemos que, efectivamente, a lo largo de toda la historia, Europa se ha ido construyendo a través de la memoria del Apóstol Santiago”, explicó. Así, el titular de la Mitra compostelana expresó su deseo de que la cultura de esa Europa que peregrina “ilumine a todos los demás continentes”. “En nombre de esta Iglesia que peregrina a Santiago queremos ofrecerles lo mejor que tenemos. Y lo mejor que tenemos dentro de muchas realidades es esta memoria y el sepulcro del Apóstol”, zanjó.

Concluido el desayuno, todas las autoridades allí presentes realizaron un pequeño paseo desde el Monasterio de San Martín Pinario hasta la plaza de A Quintana, donde protagonizaron una foto de familia. Tras esto, los religiosos, recibidos por el deán, José Fernández Lago, accedieron a la Catedral a través de la Puerta Santa para celebrar la Misa del Peregrino, en la que el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Juan José Omella, realizó la invocación al Apóstol.

PETICIONES. Tras presentar al patrono de España “la preocupación y el dolor de los habitantes de La Palma, que llevan ya más de dos meses bajo la erupción del volcán”, el cardenal Omella, arzobispo de Barcelona y hombre de confianza del papa Francisco en España, señaló que en la última asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal “hemos compartido otras causas de sufrimiento: los abusos cometidos por algunos miembros de la Iglesia nos causan dolor y vergüenza”. Con esto pidió en nombre de sus hermanos en el episcopado “tu fuerza y tu luz para que en todas las diócesis podamos encontrar, acoger y acompañar, cara a cara, a las víctimas en la sanación de su dolor”.

Acto seguido, también declaró que “en nuestros trabajos en las Iglesias locales vemos las dificultades económicas que van dejando cada vez más personas en situación de exclusión. Somos sensibles a la preocupación por la tierra, el techo y el trabajo, tantas veces señalada por el papa Francisco”. En este contexto, detalló que “los datos que ofrecen Cáritas y otras entidades de la Iglesia nos hablan de que actualmente son ya once millones las personas que se encuentran en situación de exclusión social. Sin olvidar a los más de dos millones y medio de personas en situación de extrema vulnerabilidad”.

RESPUESTA. Por su parte, en su homilía, monseñor Barrio indicó que “el Año Santo es tiempo favorable para curar las heridas, para no cansarnos de buscar a cuantos esperan ver y tocar con la mano los signos de la cercanía de Dios, para ofrecer a todos el camino del perdón y de la reconciliación”, y “para cultivar la memoria penitencial, reconociendo con humildad lo que hemos podido hacer mal y lo que tal vez podíamos haberlo hecho mejor. Es necesario asumir el pasado para liberar el futuro de las propias insatisfacciones, confusiones o proyecciones”, dijo.

Indicó que “solamente la fuerza espiritual de la verdad de Cristo puede vencer la debilidad mental y moral que padecemos, y ayudarnos a recuperar la confianza para no ser triviales en el discernimiento. Con esta confianza no nos recluiremos para tratar de defendernos de la realidad que nos rodea, sabiendo que la Iglesia no debe alejarse del camino de Cristo ni por el temor ni por el halago”. “Pedimos que sea fortalecida la Iglesia, manteniéndose fiel a Cristo hasta el final de los tiempos y que la convivencia en España sea dialogante, fraterna y comprensiva”, concluyó.