Felipe VI recibe un baño de afecto en el Camino y sella su credencial de peregrino

El rey conoció de primera mano el dispositivo de la Guardia Civil para garantizar la seguridad en los itinerarios jacobeos // Centenares de personas aclamaron al jefe del Estado, con uniforme de capitán general, en la segunda visita de un monarca a Sarria
Xacobeo
Uxío Santamaría
Efectivos de la Benemérita en formación para recibir al rey

El rey Felipe VI tiene desde ayer sellada su credencial de peregrino del Camino de Santiago, que ha recibido en el cuartel de la Guardia Civil en la localidad luguesa de Sarria, punto de partida para cubrir la distancia mínima que se necesita para obtener la compostela, acreditación de atestigua la realización de la Ruta Jacobea. Más de un siglo después, un monarca español ha regresado a Sarria. Felipe VI pudo conocer de cerca la localidad que sus bisabuelos Alfonso XIII y Victoria Eugenia visitaron en 1912 con motivo de su desplazamiento a Ferrol para asistir a la botadura del acorazado España.

El motivo de la visita ha sido conocer el cuartel de la Guardia Civil en Sarria, donde fue guiado por una exposición de los equipos y herramientas que forman parte del dispositivo especial de vigilancia que despliega el Instituto Armado en los Caminos de Santiago, que este año celebran la segunda parte del Año Santo compostelano, tras la prórroga concedida por la Santa Sede a raíz de la pandemia.

Felipe VI aterrizó en helicóptero a la hora prevista, las 11.00 horas, para dirigirse al puesto de la Guardia Civil, donde aguardaban su llegada centenares de personas, muchos de ellos niños y adolescentes, además de autoridades como el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda; la directora de la Benemérita, María Gámez; y el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones.

Recibido con vítores y aplausos, el jefe del Estado, vestido con uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, se detuvo durante más de diez minutos a saludar a los congregados a las puertas del cuartel sarriano, en torno al que se habilitó un importante dispositivo de seguridad. Antes de ingresar en las instalaciones, el rey firmó autógrafos y recogió algunos regalos de manos de los grupos de escolares presentes en la localidad luguesa.

Ya en el recinto, Felipe VI pasó revista a un grupo de agentes, incluidos efectivos de cuerpos de seguridad de países vecinos, como Portugal, Francia o Italia, que participan en el despliegue en el Camino; un acto protocolario que se cerró con el himno de España. Esto dio paso a la visita al puesto de la Benemérita, que se inició con un encuentro entre las autoridades y los mandos del cuartel. Mientras esto ocurría, la lluvia hizo acto de presencia en Sarria, lo que no desanimó a centenares de personas para aguantar hasta el final y despedir al monarca.

SEGURIDAD. Ya con el resto de autoridades sumadas a la comitiva, como el presidente del Parlamento gallego, Miguel Ángel Santalices, el alcalde de Sarria, Claudio Garrido, o el presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé; el rey pudo visitar una muestra de los elementos que forman parte del dispositivo especial de vigilancia que la Guardia Civil lleva a cabo en los Caminos de Santiago.

Así, conoció las motos, elementos disuasorios o los equipos tecnológicos —como drones o herramientas de última generación del equipo contra los delitos informáticos— que la Guardia Civil emplea para velar por la seguridad de los caminantes que realizan las Rutas Jacobeas. Tampoco dudó en entrar en una de las tiendas de campaña del puesto de mando.

Además, Felipe VI, quien desde 2018 ostenta la distinción de primer embajador vitalicio del Camino de Santiago, recibió una credencial de peregrino en la que fue impuesto un sello conmemorativo con la fecha de este 26 de abril, además de otro cuño que, a partir de ahora, será el que se estampe a los caminantes que acudan a los cuarteles de la Guardia Civil.

El colofón al recorrido por la exposición fue el saludo del monarca a varios agentes, con los que mantuvo una breve conversación telemática desde una carpa instalada en el interior de la casa cuartel.

Cumplidas las dos horas de la visita, en torno a las 13.15 horas, Felipe VI abandonó las instalaciones, donde todavía aguardaban centenares de personas para despedir al segundo monarca que visita Sarria en 110 años. Lo cierto es que Felipe VI se le pudo ver muy contento en medio del baño de cariño y afecto.