La población de Santiago no ‘engorda’ pese al bum inmobiliario en los barrios

En la última década se construyeron más de 400 edificios de viviendas, pero el número de habitantes sube solo a cuentagotas // O Restollal, Cornes y Santa Marta han crecido de una forma espectacular
Martin Fernández
Viviendas en construcción en el barrio de O Castiñeiriño, una zona en la que se están edificando varios bloques. Foto: A. H.

Entre los años 2010 y 2019 se construyeron en Santiago más de 400 edificios de nueva planta para uso residencial, tal y como muestra el informe del Instituto Galego de Estatística (IGE). La secuencia de residenciales nuevos en la capital gallega en los últimos años es la siguiente: 27 en 2019; 54 en 2018; 33 en 2017; 32 en 2016; 19 en 2015; 15 en 2014; 17 en 2013; 39 en 2012; 69 en 2011; y 101 en 2010, para un total de 406. Además, más allá de los datos, solo es necesario pasear por zonas como Santa Marta, Cornes, San Lázaro o Restollal para comprobar que el parque de viviendas en Compostela ha crecido de forma notable en la última década. Sin embargo, este crecimiento no se traduce en un incremento significativo en el número de personas empadronadas en la ciudad. Entre 2010 y 2019, Santiago ha pasado de 94.824 a 97.260 habitantes, es decir, 2.436 censados más en diez años.

En este sentido, los datos del INE reflejan que Compostela camina muy lentamente hacia la cifra redonda de los 100.000 habitantes, un muro que todavía se vislumbra muy lejos dado que la tendencia de los últimos años denota que todavía habrá que esperar bastante tiempo para que se alcance este registro.

Con fecha a 1 de enero de 2020, el padrón municipal de la capital gallega rozaba las 98.000 personas (97.848), según el último balance publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En un año, el censo ha engordado en apenas 588 habitantes: 97.260 en 2019; 97.848 el año pasado.

Además, en la comparativa entre las siete grandes ciudades gallegas, y teniendo en cuenta el último informe, Santiago ocupa el quinto lugar, con 97.848 habitantes, por detrás de Lugo, que se sitúa en el cuarto puesto, con un padrón municipal de 98.519 personas. Mientras, el top 3 lo componen Vigo, con 296.692 habitantes; A Coruña, con 247.604; y Ourense, con una población de más de 105.000 personas (105.643).

Llama la atención que Lugo tenía 88.235 habitantes en el año 2000, mientras que el dato de Santiago se situaba en 93.903 y, sin embargo, dos décadas después la ciudad de la Muralla ha superado a la capital gallega en número de habitantes empadronados.

En este sentido, las cifras muestran que en el año 2005, con 92.298 habitantes, el censo de Santiago marcó el dato más bajo en lo que va de siglo, más de 5.000 personas menos con respecto a 2020.

La modernización del sistema de transporte, que permite conectar las grandes ciudades de Galicia en cortos intervalos de tiempo, o el elevado precio de la vivienda en comparación con otros concellos del área de Santiago son algunos de los factores que influyen en el estancamiento del dato de población en Compostela, incapaz de superar la barrera de los 100.000 habitantes.

El alcalde de Santiago atribuye, además, esta situación a que el tamaño medio de los hogares ha disminuido de forma notable en las últimas décadas. “Las unidades familiares que hace 60 años estaban formadas por seis personas de promedio ahora son de dos personas por la disminución del número de hijos y las familias monoparentales”, señala Xosé Sánchez Bugallo, quien incide en que “el promedio de habitantes por vivienda en Santiago está en la actualidad en 2,47 personas”.

Otro factor decisivo, en opinión del regidor de Santiago, es que el modelo de sociedad ha cambiado con respecto a generaciones anteriores. “Antes no todo el mundo tenía coche, y se buscaba un piso en el lugar donde se trabajaba. Ahora eso ya no pasa, y el concepto de distancia ha cambiado”. Y añade: “Las distancias se miden en tiempo y no en kilómetros. Mucha gente viene a trabajar desde fuera y no se plantea cambiar de residencia, puesto que el tren, por ejemplo, te permite venir a Santiago desde Ourense, A Coruña o Vigo en muy poco tiempo”.

Asimismo, admite que muchas familias han decidido comprar en Cacheiras o en O Milladoiro por una cuestión económica. “Por el precio o menos de lo que cuesta un piso en Santiago, adquieren una vivienda y un coche”. No obstante, Bugallo sostiene que esta situación “también sucede en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o París, que han perdido población con respecto a hace décadas”.