“Non estamos dacordo en convertir o casco histórico nunha cidade turística”

Bugallo achaca el cierre de muchos locales a la búsqueda de la máxima rentabilidad // También a los elevados alquileres
Carlos Deaño
En el casco histórico son cada vez más abundantes los locales desocupados. Foto: ECG

Tanto el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, como la concejala de Casco Histórico, Mercedes Rosón, destacaron ayer el esfuerzo que se está realizando en este mandato para sacar adelante proyectos de rehabilitación “que non son de agora, senón de fai moito tempo”, en alusión a las críticas por el derrumbe en el pazo de Ramirás, o el cierre desde la pasada década de la sala Yago.

El problema, explicó Rosón, es que la actuación de los poderes públicos se encuentra con la barrera de la propiedad privada, y que muchas veces son éstos últimos los que prefieren mantener el local o el edificio cerrado porque no ven clara la rentabilidad económica.

Por eso, y quizás a la espera de que en el futuro se pueda conseguir una recalificación de los usos del inmueble, hay muchas propiedades inmovilizadas a lo largo de muchos años, con los consiguientes problemas de deterioro.

De esta forma, tal y como explicó ayer a este periódico, Mercedes Rosón reiteró la intención municipal de garantizar por encima de todo la buena conservación de estos inmuebles, y para ello se ha reactivado el registro de solares, un mecanismo que se puso en marcha a comienzos de siglo para inscribir las propiedades en mal estado, dando un plazo de tiempo para su arreglo, y si una vez finalizado no se acometían los arreglos, se expropiaba.

Sobre este aspecto, el alcalde destacó que no solo está actuando Disciplina Urbanística, sino que también se han puesto en marcha campañas como la de limpieza de fachadas en mal estado “na que de momento se apuntaron dezanove edificios”.

También que en diciembre se prevé reactivar la empresa municipal de vivienda y suelo, Emuvissa, para que gestione el registro de solares.

Sin embargo, destacó el “dereito constitucional á propiedade”, y en alusión a la propuesta que ayer recogía este periódico de abrir un café concierto en el casco histórico en la antigua sala Yago para evitar su deterioro, pero “o problema é se a propiedad quere facelo”.

Lo que sí dejó claro es que el gobierno local no es partidario de una turistización del casco histórico, en el que proliferen pisos turísticos y hoteles. En el caso del pazo de Ramirás, explicó que la solicitud de la propiedad era hacer un restaurante, y que cuenta con licencia, “pero o problema é que non o acomete”.

“Temos docenas e docenas de edificios que están nas mans de varios herdeiros, que ademáis non residen en Santiago”, explicó que era una parte del problema. Sobre el otro, el abundante cierre de locales, afirmó que “ten moito que ver cos alugueres que se están pedindo”, porque “se un propietario quere pedir tres ou catro mil euros, ¿que capacidade ten a administración para decirlle que pida menos? Pois ningunha”.

El resultado, concluyó, es que “hai unhas persoas que teñen unhas expectativas de ganancias cos seus locales que o mercado, clarísimamente, non está a cumplir”.

Otra razón para el cierre de locales explicó que era la “transformación” que venía experimentando el comercio y que se había acelerado con la pandemia, es decir, la expansión de la compra online.

“Temos que convivir con elo, pero tampouco nos gustaría que no futuro o casco histórico fora solo locais de hostelería e tendas de recordos”, concluyó el regidor.