Piden licencia para un parquin junto al Clínico, pero siguen sin respuesta

La familia Álvarez Blanco solicitó a Raxoi autorización para abrir un aparcamiento al aire libre en enero // El terreno, frente al recinto hospitalario, tiene una superficie de 8.000 metros cuadrados
Problemas aparcamiento
Brais Fernández
archivo. En 2009, abierto el parquin privado, se les obligó a cerrar su finca. Foto: Susana Formoso

De sobra es sabido que el Hospital Clínico Universitario de Santiago (CHUS) presenta, desde su estreno, una grave carencia de plazas de estacionamiento. Las instantáneas con vehículos encima de aceras o colocados en lugares inverosímiles se han convertido en comunes dentro de un recinto que, si bien no para de crecer a nivel de instalaciones, no ha incrementado la oferta para automóviles en los últimos 20 años. Por ello, como alternativa, la familia compostelana Álvarez Blanco ha solicitado licencia para abrir un parquin en sus terrenos, una autorización que sigue sin recibir respuesta, ni afirmativa ni tampoco negativa.

En este sentido, los citados herederos disponen de un conjunto de propiedades que, en su conjunto, rozan los ocho mil metros cuadrados, una superficie amplia en la que se daría cabida a un importante número de coches. Con el acuerdo de todos los descendientes, el pasado 28 de enero presentaron en el registro del Concello un documento para “recibir información sobre licencia provisional para parking al aire libre” en diferentes parcelas, adjuntando para ello una cartografía catastral.

Este solar, sin edificaciones, se encuentra situado en la confluencia entre Volta do Castro, Rúa da Cantaleta y Travesía da Choupana, esto es, a solo unos metros del recinto hospitalario, en un terreno que, durante 2009, fue utilizado como leiraparking, mientras se construía el actual aparcamiento subterráneo. Obligados a cerrarlo, dada la ilegalidad del mismo, ahora pretenden que ese mismo espacio se pueda emplear de manera legal, pero para ello precisan de un acuerdo institucional que no da llegado, ante la desesperación de todos.

Cabe destacar que las licencias urbanísticas municipales acumulan actualmente retrasos insospechados, una lentitud en las tramitaciones que ya ha sido criticada por la oposición y que provoca largos compases de espera para aquellos que necesitan del beneplácito de Raxoi para llevar a cabo una obra o para abrir un establecimiento.

Por todo, desde la familia Álvarez Blanco no entienden cómo se puede demorar tanto una simple contestación para un servicio que, entienden, paliaría los significativos colapsos que se producen en el Clínico, especialmente durante las principales horas.

De este modo, sin duda, la capacidad que tendría este terreno permitiría incrementar en gran medida el número de plazas. Además, a tenor de lo indicado por los demandantes, se produciría una oferta de lugares a bajo coste, en contraste con los altos precios del garaje bajo tierra, el cual incluso triplica los importes de los aparcamientos privados de otros hospitales gallegos.

EXPERIENCIA COMO ESTACIONAMIENTO. Estas propiedades, como se ha citado, ya funcionaron en el pasado como espacio para aparcar vehículos. Este empleo se llevó a cabo en 2008 y 2009, durante la edificación del parquin privado, ya que se vio con buenos ojos que unos particulares cediesen sus propiedades para una necesidad común.

Sin embargo, abierto el aparcamiento del CHUS, todo cambió, ya que se le obligó a cerrar su finca. En ese punto, la familia decidió abandonar su modelo ilegal, aunque mantuvo la entrada disponible para aquellos que la quisiesen utilizar, sin cobrar por ello. Con todo, Raxoi realizó varias notificaciones de sanción para que se impidiese ese uso, hasta que a finales del 2009 se bloqueó el acceso a la finca.

Ahora, trece años más tarde, los mismos responsables pretenden ayudar a la carencia de espacios con un disuasorio al aire libre, pero para ello precisan de la necesaria autorización municipal.