Varapalo al populista plan de CA de hacer un ‘referéndum’ en torno a la gestión del agua

El Pleno rechaza asumir los gastos de municipalizar el servicio // Bugallo recuerda al anterior gobierno su gran fiasco con grúa y ORA
Carlos Deaño
La sesión se inició con un minuto de silencio por las últimas mujeres asesinadas. Foto: CdS

La Corporación municipal rechazó ayer someter a una consulta pública la gestión del ciclo del agua, es decir el servicio de abastecimiento y saneamiento. En su intervención, la concejala responsable, Mila Castro, destacó que se trata de un servicio de competencia municipal y un tema de especial relevancia para los vecinos.

De esta forma, frente a la propuesta de recabar la opinión de los ciudadanos sobre la posibilidad de que el Ayuntamiento gestionara directamente el servicio, señaló que debe estar basado en criterios jurídicos, técnicos y económicos objetivos con el fin de conseguir una gestión más eficiente y sostenible, y que además afecta al uso de un recurso público, por lo que consideró que estos criterios no pueden quedar sometidos a una consulta pública.

Por ello, señaló que en el uso de sus funciones, el actual gobierno local había tomado la decisión de continuar con el mismo tipo de gestión, por entender que es la que mejor satisface los intereses de todos los habitantes de Santiago. También, porque recordó que era necesario realizar una inversión muy importante en la renovación de las infraestructuras de una ciudad en la que algunas canalizaciones tienen más de medio siglo de antigüedad.

En esta línea, también cuestionó la petición de CA, recordando que durante sus cuatro años al frente del Ayuntamiento no había tomado ninguna decisión en este sentido, cuando podía haberlo hecho. Al contrario, destacó, lo único que se había llevado a cabo era una prórroga de un año a la actual concesionaria, Viaqua.

Es más, recordó, tampoco se había hecho una consulta popular para la remunicipalización de otro servicio, el de la grúa y la ORA, proceso que recordó que se había llevado a cabo basándose en unos informes favorables que luego no lo habían sido tanto.

Según estos informes, estaba previsto un superávit de trescientos mil euros, que finalmente se convirtió en un déficit de ochocientos mil euros, que podrían incrementarse en un millón de euros más, que es lo que solicita la anterior concesionaria a través de un contencioso.

Con estos antecedentes, señaló, la decisión municipal era mantener el mismo sistema de gestión existente hasta ahora, rechazando la propuesta de someter el tema a una consulta pública para estudiar la posibilidad de que se pasara a gestionar directamente por el Ayuntamiento.

Apoyo nacionalista. La iniciativa de CA recibió también el apoyo del BNG, criticando que el gobierno local se negase a consultar a la ciudadanía sobre un tema como este, que supone una importante inversión.

Un argumento que fue rechazado por el alcalde aludiendo a los mismos argumentos que había defendido la concejala de Servizos Básicos, y recordando que en ninguno de los Ayuntamientos gobernados por el BNG se había realizado ninguna consulta de este tipo para tomar decisiones municipales, y ni siquiera CA durante sus cuatro años de mandato municipal en Compostela.