Cuando septiembre se convierte en el mes del renacer

Ana Iglesias
David Perdomo

A ver, gente de bien que estos días andáis empeñados en convencer al prójimo de que el año empieza en septiembre... Me temo que tengo que deciros que no, y que el efecto de nueva vida tras agosto, dejando atrás el desorden vital típico del verano, ya se pasa en octubre a lo más tardar, cuando uno se da cuenta de que no apetece ir al gimnasio, el entretiempo no existe, el otoño no es tan bonito como lo pinta El Corte Inglés, y la barriga parece haberle cogido gusto a formar parte de tí y no hay dieta que la haga desaparecer ni batido detox que te quite la sensación de hastío. Y por si fuera poco, ya vuelves a estar a las carreras para llegar malamente a todo, aunque te juraste que este año (que ya se acaba en nada) no lo ibas a hacer.

Siento la bofetada de realidad, pero el año no empieza ahora. Comienza el curso, que ya es bastante, y quizá los comienzos, así en general y con mayúsculas, son los que nos invitan a querer cambiar, librarnos de lo malo y rectificar el rumbo.

Pero por mucho que la vecina rubia se empeñe, y allá cada cuál con sus trampas mentales para sobrellevar las temporadas de la vida, que todas me parecen válidas, mucho me temo que al 1 de enero nadie le puede sacar la etiqueta ni el sentimiento de ser el día de los buenos propósitos por excelencia, del comienzo con mayúsculas y del renacer. Así, como suena, que parece que pasadas las campanadas empieza otra vida, aunque la verdad sea que te vas de fiesta y no existes hasta el 2 o 3.

Pero bueno, que sí, que empieza el curso (esperemos) y que el deseo de dejar atrás lo malo (este año mucho) forma parte del sentimiento colectivo de septiembre. Con permiso de los que nos vamos de vacaciones este mes (bieeeen), a los que aún nos quedan unos cuantos kilos para engordar y unas cuantas siestas que darnos antes de volver a coger la agenda, apuntarnos al gimnasio y tratar este tema de nuevo.

OTROS QUE TAMBIÉN TIENEN CLARO LO QUE SIGNIFICA SEPTIEMBRE son los de la plataforma de comercio global eBay, para quienes es el mes de la vuelta a la rutina, por muy atípico que sea este año. Y por ello, han publicado una lista con los artículos más demandados de esta temporada.

Por lo visto, nos preparamos para tener un home office propio en toda regla, adquiriendo una amplia gama de productos que van desde los escritorios a las entanterías, pasando por un buen flexo para iluminar la estación de trabajo. Así mismo, pensamos en la vuelta al cole, ya sea para un retorno a las aulas, como para estudiar desde casa. adquiriendo muebles auxiliares apropiados y entre los que destaca una silla de gaming lo suficientemente confortable como para trabajar en ella, y poder jugar a la consola después, según reza su publicidad, además de portátiles, tablets de todo tipo y convertibles, y para los analógicos, bolígrafos, agendas y libretas.

También están en la lista de productos más demandados todos los relacionados para entrenar y montarse un gym casero: ropa deportiva, airpods, airdots, mancuernas, barra de dominadas, bicicleta estática, máquinas de musculación y esterillas y balones de yoga.

A mí me dirán lo que quieran, pero solo faltan los accesorios de cocina para hacer postres y pan, y ya tenemos el kit confinamiento al completo. ¿Oh no?

ASÍ QUE LLEGADOS A ESTE PUNTO, YO CONFIESO que voto por seguir viviendo. Con prudencia y precaución, cumpliendo las normas, que para algo se ponen, y disfrutando de lo que se puede hacer. Y más que se podría, yo creo, si la gente tomase conciencia en su justa medida. Yo, desde el respeto, ni entiendo a la gente que no sale de casa porque vive atemorizada, ni a la que sale pasando de todo como si el covid-19 no existiese.

La gente muere en accidentes de tráfico, y no por ello nadie deja de coger un coche y de conducir. Si no que lo hace y debe hacerlo siguiendo las normas de seguridad vial, que para eso existen. Malo es que te venga un kamikaze de frente y malo es que algún inconsciente con positivo diagnosticado te contagie. Pero sigues andando en coche y debes seguir viviendo.

Vayamos al cine, al teatro, a las terrazas de los bares, a los conciertos. Viajemos dentro de nuestras posibilidades, tomemos el sol en la playa mientras hace buen tiempo, apuntémonos a los planes que nos hagan felices. Riámonos a carcajadas y socialicemos, aunque sea con mascarilla, sin besos y a 2 metros de distancia.