Dentro de un mes El Correo Gallego cumplirá 145 años

La quinta cabecera más antigua de España se enfrenta a un concurso de acreedores voluntario y con proceso abreviado, según auto de la jueza María Salomé Martínez Bouzas //El administrador concursal, FCH, ha tomado posesión del cargo y ya mantuvo reuniones con directivos, trabajadores y letrados de la empresa editora// El plan de liquidación contiene una propuesta escrita vinculante de varios inversores para adquirir la unidad productiva que garantice su continuidad
Comunicación
E.C.G.
club financiero. Feijóo entrega a EL CORREO el Premio a la Excelencia, que recibió Alberto Tajes. Foto: ECG

La magistrada María Salomé Martínez Bouzas, titular del Juzgado de lo Mercantil nº 2 de A Coruña, ha declarado en concurso voluntario de acreedores a la entidad Editorial Compostela, S.A., al considerar que ha acreditado su estado actual de insolvencia. En el auto, fechado el 22 de junio pasado, insta a todos los acreedores a comunicar la existencia de sus créditos a la Administración Concursal en el plazo de un mes a contar desde el día siguiente a la publicación del edicto en el Boletín Oficial del Estado.

Además, ha acordado abrir la fase de liquidación del concurso por petición de la empresa y ha suspendido durante esta fase las facultades de administración y disposición del concursado sobre su patrimonio. También ha decretado la disolución de la entidad y el cese de los administradores sociales, quienes han sido sustituidos por la administración concursal, y declaró vencidos los créditos concursales aplazados y la conversión en dinero de los que consistan en otras prestaciones.

Ha sido designado administrador concursal el despacho coruñés FCH, de acreditado prestigio. Tras tomar posesión del cargo ya esta semana ha celebrado diversas reuniones de trabajo con el cuadro directivo de la empresa editora, plantilla y letrados, con el fin de coordinar la hoja de ruta que se realizará con carácter de urgencia.

Una vez abierta la fase de liquidación, la letrada dio traslado del plan presentado por el deudor para que sea informado en el plazo de diez días por la administración concursal y, también, para que los acreedores puedan realizar las alegaciones pertinentes.

El concurso se tramitará por el procedimiento abreviado habida cuenta, según la magistrada, sobre las circunstancias del mismo. También señala que “han acompañado junto con la solicitud de concurso un plan de liquidación que contiene una propuesta escrita vinculante de adquisición de la unidad productiva en funcionamiento”.

Insta, también, a “presentar a partir de ahora un plan para la realización de los bienes y derechos integrados en la masa activa del concursado”. Si bien existe una propuesta para adquisición de la unidad productiva, se abrirá un plazo legal que permitirá la adjudicación a cualquier otro interesado siempre que mejore las condiciones del primer ofertante.

El administrador concursal ya hizo acto de presencia en una junta ordinaria de accionistas celebrada ayer en la sede de la sociedad, en Costa Vella. Con presencia del 79,34 % de los accionistas, todos los puntos tratados en el Orden del Día fueron aprobados por unanimidad y en el capítulo de Ruegos y Preguntas se hicieron votos para que la empresa salga fortalecida de la crítica situación.

Nada más tener conocimiento de la obligada decisión que afecta a la quinta cabecera más antigua de España han sido numerosísimas las muestras de solidaridad y afecto hacia una “plantilla de héroes”, como fueron calificados los trabajadores de la empresa por su director en el número 50.000 del 16 de junio de dos años atrás.

Autoridades, representantes de los sectores empresarial, universitario, político, cultural, compañeros de profesión y personas que llevan décadas de estrecha vinculación con el periódico –lo reciben cada mañana en su domicilio o lo adquieren en el kiosco habitual– enviaron mensajes de apoyo y los mejores deseos de continuidad. Quizá la frase más expresiva vino de un conocido científico al señalar “Compostela, si pierde su periódico, no será nunca lo que es”.

Fuentes de la empresa reconocen que durante dos largos años de pandemia, y una crisis económica y social acrecentada por la guerra en Ucrania, han sido el detonante de una situación dramática que afectó a la inmensa mayoría de los grupos periodísticos españoles y de otras latitudes. La reducción de más de un tercio de los ingresos mientras, paradójicamente, los costes de reducción de plantilla se incrementaban, fueron la puntilla a una gestión que prometía un resultado extraordinario tras el primer trimestre de 2020, y acabó con los recursos de la mayoría accionarial y su músculo financiero, frustrando un proyecto periodístico que tocó fondo pero saldrá a flote.