“Los sanitarios lucharon sin poder aferrarse al salvavidas del cariño y del abrazo en casa”

COVID-19
María Almodóvar

Carlos, con tu documental no pude evitar llorar y ver, por primera vez, la crudeza y la tragedia verdaderas. Ahora me hago una pequeña idea de lo que la COVID-19 puede hacer. ¡Cuánto cuidado hemos de tener!

Y deberíamos seguir con muchísimo cuidado. Como decía en el documental, bastaría con estar un solo minuto en uci para darte cuenta de que el coronavirus es demoledor y es para tener el miedo más radical a caer enfermo.

Quizás el problema es esa doble vertiente del virus que existe (hay personas que pasan asintomáticas o con muy pocos síntomas, y otras que lo sufren de una manera muy severa). Pero si entra por tu puerta y te abate de forma seria, al final el dolor, el sufrimiento, el caos que genera es absolutamente salvaje. Por tanto, mientras no haya una inmunidad de rebaño, deberíamos seguir teniendo mucho cuidado y a la vista está que estamos provocando la cuarta ola y, pronto, vendrá la quinta.

Era muy fácil caer en el amarillismo, en el morbo, pero has sido respetuoso, empático, elegante en el fondo y en la forma. Tu homenaje a las víctimas es inmenso. ¿Cómo te sientes después de haber hecho un trabajo como este?

Pues te agradezco mucho que me hagas esa pregunta, porque para mí lo más importante era el enfoque de cómo íbamos a contar esta historia sin caer en el morbo y buscando el respeto más absoluto. Y a veces era muy difícil, porque grabar en uci era algo muy dantesco. Las imágenes de por sí eran muy duras y era muy complicado buscar planos que contaran la historia sin caer en ese punto morboso. Con lo cual, después del resultado y sobre todo por la aceptación, la opinión y el agradecimiento de los sanitarios, me siento muy feliz porque nos dan las gracias continuamente de una manera preciosa por dejar testimonio de lo que ellos hicieron y vivieron, hasta el punto de que el Colegio Oficial de Médicos de Madrid lo ha avalado como el que cuenta la historia del coronavirus con una visión respetuosa y adecuada.

Pienso que El lado humano deberían ponerlo en institutos, en televisión... para que todos tomásemos conciencia de lo que es el dolor, la incertidumbre, la pérdida...

Lo cierto es que creo que debería verlo todo el mundo por dos motivos. Primero porque es un homenaje a todas las personas que lucharon en primera línea y segundo porque creo que sigue habiendo una parte de esta historia que no se conoce.

En parte, y debido al desconocimiento, le hemos perdido el miedo y el respeto al virus, pero creo que esto ha sido un acontecimiento histórico y tenemos la intención de hacer giras de charlas y conferencias por institutos, facultades. Opino que, como tú bien dices, todo el mundo debería tomar conciencia del dolor, del sufrimiento y, sobre todo, de la pérdida. Hoy en día hablamos de datos y de fallecimientos de 200 personas diarias y parece que es muy poco si las comparamos con las miles de personas que morían cada día en la primera ola. Sigue siendo una auténtica locura y, a veces, tanto hablar de cifras y de datos, hace que restemos un poco el valor y que sobre todo no seamos capaces de dimensionar la tragedia y, de alguna manera, hemos deshumanizado un poco lo que ha ocurrido con el coronavirus en el mundo y en nuestro país, pero creo que la gente también debería conocer la parte emocional de las historias, de los pacientes que sobrevivieron, la lucha de los sanitarios, la unión y la fortaleza que mostraron. Es un homenaje al trabajo tan importante que hicieron.

Te confieso que hubo un momento del confinamiento en el que ya estaba cansada de aplaudir a las ocho de la tarde. Lo veía incluso una estupidez. Ahora me doy cuenta de que me equivocaba y que merecen un aplauso continuo porque mientras cuidan a los enfermos de COVID-19, ¿quién los vela a ellos y a sus familias?

La verdad es que eran algo muy bonito. Cuando llegamos a Madrid y vimos la dimensión de los aplausos, era algo mágico, que te conmovía muchísimo. Al principio era algo como verdadero, luego tuve la sensación de que fueron transformándose en un desgaste emocional importante que acabó por demandar mucho más los minutos de silencio. Nadie podrá agradecer jamás el trabajo de todos los que estuvieron en primera línea.

Y la pregunta del millón: ¿quién los cuida a ellos y a sus familias? Porque quizás lo más duro que vivían los sanitarios al llegar a casa es que no tenían la opción de abrazar a su marido o a su mujer o a sus hijos. Debían luchar sin poder aferrarse ni un solo momento del día al salvavidas del cariño, del amor, de los abrazos. Y probablemente, en ese sentido, la pandemia fue el ladrón más importante de abrazos, contacto emocional y el apoyo emocional que se necesitaba en aquel momento.

En El lado humano aparecen representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, bomberos, UME y el SUMMA 112, el movimiento ‘maker’, los trabajadores de los supermercados, el hospital de Ifema, conductores de autobuses... ¿Fue difícil, además de arriesgado, filmar este documental, conseguir los permisos y la colaboración de personas anónimas?

Evidentemente, aparte del riesgo –porque entramos en ucis sin equipos de protección individual, sobre todo al principio– en mi caso tuve un infarto y un amigo mío me aconsejaba que no grabara, que me fuera a mi casa porque si me cogía el virus me podía matar, pero ese nunca fue un problema para mí, no fue nunca una preocupación porque la historia era tan poderosa que estaba muy motivado para contar lo que estaba pasando y tenía muy claro que si me contagiaba y acababa muriendo, era parte de mi trabajo. Creo que de alguna manera tuve la misma sensación que un reportero de guerra cuando trabaja en una zona de conflicto. Pero este documental fue muy complicado de grabar porque éramos solo dos personas. Y muchas veces solo podíamos pasar uno. Pero sobre todo lo más difícil fue la producción de conseguir que nos dejaran entrar en cualquier sitio. Estaba todo muy blindado y la colaboración de la gente al principio era complicada porque todo el mundo estaba muy asustado, muy irascible. Al final nos fueron abriendo las puertas prácticamente en todos los sitios. Este es el trabajo más duro que hice.

El documental está actualmente seleccionado en siete festivales tanto nacionales como internacionales. ¿Te esperabas este resultado?

Estamos gratamente sorprendidos porque apenas llevamos un mes de recorrido en festivales, y quien conoce esto, sabe que es un camino muy largo para poder tener un recorrido serio y bueno. Sin duda está siendo un éxito y nos sentimos orgullosos y muy satisfechos.