PEDRO RASCADO, Miembro de la Junta Directiva de la Semicyuc e intensivista en el CHUS

“No hay por qué tener miedo, sino precaución y cumplir las normas ”

La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) fue creada en 1971 como asociación científica, multidisciplinaria y de carácter educativo. Está formada por especialistas en Medicina Intensiva, con la misión de promover la mejora en la atención al paciente críticamente enfermo. En la actualidad cuenta con más de 2.600 socios
María Almodóvar

Los intensivistas están habituados a ver a los pacientes más graves, cuya vida corre peligro. ¿Durante esta pandemia, han vivido alguna vez la sensación de impotencia?

Bueno, es verdad que sí somos especialistas y nos dedicamos a atender pacientes graves. Por eso hacemos una formación de cinco años tras el MIR para manejarnos en esta situación de gravedad. La sensación de impotencia la tienes en más momentos, no solo durante la pandemia, sino siempre que estás atendiendo a un paciente que no se recupera a pesar de todo lo que estás intentando.

En estos momentos, quizá se haya exacerbado un poco más por varias razones, por la sobrecarga asistencial que hace que haya más pacientes y eso provoca más estrés, y otras circunstancias que también influyen en la relación con las familias (visitas restringidas, contacto telefónico), que dificultan una de las partes de nuestra atención más fundamentales, como atenderlas.

¿En algún momento han visto que una vida corría más peligro por la escasez de material o el CHUS no ha pasado por esto?

No, yo creo que aquí no tuvimos nunca ese problema. La toma de decisiones sobre los ingresos en las ucis se han hecho como siempre y no tenemos esa dificultad que está comentando. En cualquier caso, hay pacientes que no se pueden recuperar a pesar de todo lo que hacemos. Y eso a cualquier profesional le genera una sensación de impotencia.

¿Cómo han hecho para ponerse al día con la covid-19?

Es una enfermedad nueva, que conocemos desde hace poco más de cuatro meses, tenemos alguna referencia de patologías similares, pero la realidad es que la formación continuada y la puesta al día es algo habitual en todos los médicos en general y en los intensivistas en particular.

Las fuentes de información siempre son las mismas: las más fiables son las revistas científicas que publican los resultados de los ensayos clínicos y los trabajos científicos revisados por expertos.

En esta situación de necesidad de formación continuada y más rápida, la Semicyuc lleva a cabo más actividades formativas para colaborar con nuestros compañeros, estamos haciendo toda la semana formación continuada, compartimos datos y conocimiento... Esto es lo habitual, pero de una manera más rápida porque tenemos que dar una respuesta a muchos pacientes.

¿Qué han aprendido de la pandemia los médicos y personal intensivista, doctor Rascado?

Creo que más que aprender hemos reforzado algo que ya sabíamos, la necesidad de trabajo en equipo, que es fundamental. Es algo de lo que se debería salir reforzado de esta pandemia. Y la otra cuestión es que hay que estar siempre preparado ante situaciones en un momento de carga asistencial.

¿Cómo deben prepararse las ucis ante la desescalada?

Sabemos que venimos de una situación en la que algunas de las unidades de hospitales de comunidades autónomas tuvieron sobrecarga grande. Eso supuso que hubiese que abrir nuevos espacios, incluso que se atendieran pacientes en otros. Las unidades de reanimación colaboraron mucho.

En el proceso de desescalada hay que tener en cuenta que las unidades deben estar preparadas para un aumento de las necesidades de atención de enfermos y un posible rebrote. Y para eso, aunque sabemos que lógicamente el resto de especialidades también tienen que continuar con su trabajo, creemos que los lugares nuevos que se han habilitado en algunos hospitales deben quedar así por si hay que utilizarlos en las próximas semanas.

Muy pocas universidades tienen la asignatura de su especialidad e imagino que eso genera algunas dificultades cuando llega alguien nuevo a la unidad... Es un trabajo muy exigente.

Es verdad que no muchas universidades tienen la especialidad de Medicina Intensiva. Nosotros desde la Semicyuc estamos trabajando para que se incluya en los programas formativos.

De todas formas, cuando alguien llega a una uci, lo hace después de haber aprobado el MIR para iniciar su formación.

Desempeñan una labor importantísima, incluso en la donación y el trasplante de órganos, donde España es líder y un ejemplo para el resto de países. ¿Pero se sienten lo suficientemente reconocidos?

Opino que reconocidos sí. Es frecuente que los pacientes agradezcan la atención que les damos, al igual que lo hacen con el resto de especialidades. Probablemente, seamos una especialidad menos conocida, porque todo el mundo sabe de alguien que haya ido al cardiólogo, al neumólogo..., pero es menos frecuente ingresar en la uci. Es verdad que a veces se relaciona con los programas de donación y que la mayor parte de los coordinadores son intensivistas, pero hacemos muchas cosas más atendiendo a todos los pacientes críticos.

Ante esta situación, el reconocimiento está siendo mayor, pero es un trabajo que llevamos haciendo muchos años. Normalmente, los pacientes y las familias reconocen nuestro trabajo.

Comentaba al principio de la entrevista que una de sus preocupaciones es el contacto con los familiares. ¿Puede mejorarse, doctor?

Esa es una de las cosas complicadas y uno de los problemas que nos provocó la pandemia y la situación de confinamiento es la restricción de las visitas... Esa no es la forma que nos gusta para hacer las cosas, nos gusta el contacto personal. Hemos sido líderes en los proyectos de humanización con la apertura de las unidades de cuidados intensivos para que al menos algún acompañante pudiera estar la mayor parte del tiempo con sus familiares enfermos. Y ante esta situación hemos tenido que cambiar.

Probablemente, hay que revisar estos temas y en esta fase de desescalada, revisarlo y ver en la medida de lo posible el permitir que la información sea más directa y que en algún momento los familiares puedan ver a los pacientes ingresados.

¿Cómo ha evolucionado la especialidad?

Como tal en España tiene más de treinta años, está consolidada y cuenta con una formación específica. La evolución fundamental que hemos tenido es tecnológica.

Ahora la gente se piensa más acudir a Urgencias. Tanto, que hay personas que no se atreven a pisar el hospital teniendo otra patología. ¿Qué hacer en este caso? Todos tenemos miedo.

Es verdad que han disminuido los pacientes que acuden a Urgencias y también es verdad que a veces llegan pacientes con problemas que podrían resolverse sin necesidad de acudir a este servicio.

Entiendo que la gente tiene miedo, pero lo que hay que tener es precaución, atender a las recomendaciones de las autoridades sanitarias y cumplir con las normas. Y si alguien tiene dudas, que las consulte en los números de teléfono habilitados.

Con relación a cuando uno tiene que ir a Urgencias, hay patologías como infarto, ictus..., que necesitan una atención inmediata... Se han hecho muchas campañas para que esos pacientes que tengan dolor torácico o una parálisis acudan de manera inmediata a Urgencias.

ANTE LA DESESCALADA...

Medidas y recomendaciones Los intensivistas abogan por mantener preparadas las nuevas estructuras habilitadas, pero devolver cuanto antes las de otras especialidades a sus antiguas funciones. Las plantillas de las unidades que se han ampliado deben mantener su número más allá de la vuelta a una situación precovid-19, de cara una organización del trabajo que permita asegurar el descanso y la formación continua de los profesionales. El equipamiento de seguridad ha de mantenerse en torno al 200 % y asegurarse un circuito rápido de reposición.

La desescalada tiene que acompañarse de una revisión de las medidas respecto a las visitas de los familiares y mantener el contacto telemático, siempre que se pueda.