PEDRO ROCA//Chef del restaurante Caney

“Si los clientes no vuelven, nosotros nos tendremos que ir”

{El regreso} Una materia prima de calidad, la buena mano del chef, la profesionalidad de todo su equipo y un entorno agradable hacen del Caney un delicioso templo gastronómico, que se adapta a las circunstancias de la pandemia para que los clientes podamos saborear con seguridad nuevamente sus platos. Diseño: Carmen Botana
Gastronomía
María Almodóvar

Reconozco que tengo muchísimas ganas de ir al Caney y volver a saborear su cocina. ¡Qué bien que abren el día 25! ¿Pero en qué y cómo va a cambiar, Pedro?

Básicamente y sobre todo en el espacio, al reducir el aforo al 40 % y crear las distancias de seguridad de dos metros entre mesas. También tendremos que acostumbrarnos a las mascarillas y a los hidrogeles si es que aún no lo estamos.

¿Y la carta?

La carta mantiene el concepto Caney adaptándolo a las nuevas circunstancias. Por ejemplo, ofreciendo medias raciones para evitar que los comensales compartan platos. Las tapas que acompañan a la consumición serán en formato individual de la cocina al cliente, evitando manipulaciones intermedias. A mayores tendremos una carta take-away para aquellos que quieran llevarse la comida.

¿Se han visto obligados a invertir mucho tras las pérdidas de todo este tiempo?

Los ingresos de los restaurantes se congelaron de un día para otro por el cierre forzado ocasionado por el estado de alarma. Pero por la propia inercia del negocio los gastos siguen, a pesar del alivio que puedan suponer los ertes, en un porcentaje muy elevado difícil de asumir si no se tienen recursos propios o se acude a un préstamo ICO, con el riesgo de endeudamiento que ello supone.

¿Cómo cree que va a ser el nuevo consumidor, Pedro?

Después de la desescalada y aunque no queramos, todavía nos quedan dos fases más. Una primera que durará el tiempo que tarde en encontrarse una vacuna o una terapia eficiente contra el virus. En este periodo tenemos que aprender a convivir con el covid-19 sin amedrentarnos, simplemente guardando todas las medidas sanitarias que ya conocemos de sobra y que tendremos que habituarnos a ellas haciéndolas cotidianas. Y una segunda fase, poscovid-19, en la que volveremos a ser los que éramos antes de esta pesadilla, pero tal vez algo mas sabios.

¿Es un reto ahora convertirse en un restaurante seguro? Imagino que ahora la categoría de seguridad ante el covid-19 se implantará en las reseñas que los clientes hacemos de los restaurantes...

El riesgo 0 no existe ni en los hospitales ni en la propia casa. Los restaurantes tienen unos protocolos de obligado cumplimiento que los convierten en uno de los sitios más seguros donde se pueda estar. La mejor reseña para el cliente será la seguridad y confianza que le ofrezca el restaurante.

¿Han adoptado alguna medida para incentivar el consumo?

El mayor incentivo es volver a la normalidad y en la medida que lo consigamos, activaremos el consumo igualmente.

¿Considera que a pesar de todas las limitaciones hay aspectos positivos en todo esto?

No podemos decir que de una pandemia con tantas víctimas saquemos aspectos positivos, solamente reconocer los errores que nos llevaron a esta trágica situación para evitarlos en lo sucesivo.

Paliativamente, en el terreno gastronómico, creo que el paro biológico forzado por la inactividad de la restauración supone un alivio para nuestra despensa, particularmente la marina.

La realización de test rápidos ha sido propuesta por algunos hosteleros. Esta medida, que sería fantástica, parece hoy inalcanzable...

Esa medida me parece inviable para los clientes. Actualmente, todos somos corresponsables de nuestra salud y debemos extremar las precauciones y seguir los protocolos establecidos para evitar contagios.

Somos su altavoz: ¿qué les diría a sus clientes?

Que si ellos no vuelven, nosotros nos tendremos que ir.