“Todo lo que merece la pena supone un esfuerzo. Mentir es mucho más fácil que decir la verdad”

fake news
María Almodóvar
En el Proyecto Culebras lanzaron un bulo como el que se ve en la imagen con el fin de analizar su impacto.

El estudio demoscópico realizado en el marco del Proyecto Culebras para analizar el fenómeno de las fake news pone de manifiesto que los gallegos desconfian más de las redes sociales que la media nacional. De este tema hablamos con el responsable de este experimento social.

Ocho de cada diez gallegos, Xurxo, consideran que las redes sociales mienten (un dato que supera a la media nacional), pero no parece que quieran salir de su telaraña.

Es que es una telaraña muy seductora y adictiva. Hablamos de un fenómeno global del que es imposible abstraerse. Por eso es importante marcar cierta distancia de seguridad como usuario y acercarse a ellas con pensamiento crítico. Creo que el dato que ofrece Galicia (dos puntos por encima de la media nacional) es un reflejo de nuestra idiosincrasia. Como el resto de las comunidades autónomas españolas, Galicia está plenamente inmersa en el universo de los social media, nuestra singularidad reside en el gran escepticismo que nos genera sus contenidos.

¿Qué tienen que tanto atrapan?

Por un lado, amplían el papel del ciudadano en el plano comunicativo. Antes de las redes éramos, como mucho, receptores del flujo informativo. Ahora tenemos una doble capacidad como receptores y como emisores. Por otro lado, los contenidos que generamos como emiceptores combinan nuestras preocupaciones más cercanas con una composición de lo que sucede en el mundo y el resultado es una mezcla de éxito. Nos sentimos en el centro de cualquier cosa a un solo clic de distancia. Esto tiene cosas positivas ya que favorece un escrutinio y una transparencia nunca vistos y también negativas, como la proliferación de las fake news. Por eso es importante no tomarse al pie de la letra todo lo que consumimos en redes. Y por eso es bueno que ocho de cada diez gallegos no se crean todo lo que les llega por estos canales.

Sin duda es bueno el dato. ¿Cree que la labor informativa y pedagógica de entidades como el Colexio Profesional de Enxeñaría en Informática de Galicia puede contribuir positivamente a este buen dato?

La única manera de restar recorrido a las noticias falsas es a través de la educación, de la pedagogía. Todos los agentes que puedan sumar activos en esta lucha son imprescindibles, desde las propias plataformas, a las administraciones a los centros de conocimiento o los colegios profesionales que se mueven en el entorno de las redes sociales en particular y de internet, en general.

¿Qué nos puede contar del Proyecto Culebras, del que forma parte este estudio?

El Proyecto Culebras es un proyecto de investigación de Torres y Carrera cuyo objeto de estudio es la noticia falsa. Lo desarrollamos en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid y su fase inicial (julio 2020) consistió en crear cuatro bulos y subirlos a redes para testar su comportamiento tanto en orgánico como con campañas de pago. Ahora nos encontramos inmersos en determinar la relación entre la sociedad y el bulo para ahondar en la fascinación que genera y que propicia su propagación.

A la gente siempre le ha gustado hacerse eco de rumores (en el bar, con los vecinos...), y cuanto más sangrantes, mejor. ¿Forma parte de la genética del ser humano su atracción por las noticias falsas?

El engaño es una herramienta de todas las especies. Aporta capacidad de supervivencia, como presa, como depredador. El problema, en el caso de los humanos, es que hemos elevado el engaño a unos niveles de sofisticación muy elevados. Hemos convertido la ventaja que aporta la mentira en una razón de ser vital. Estamos cruzando una línea de no retorno. Nuestra sociedad enfrenta retos globales muy importantes, y abordarlos desde una base de mentiras no parece la forma más inteligente de resolverlos.

¿Interesa tener conciencia crítica?

Creo que nuestra supervivencia como especie está directamente relacionada con la capacidad de preservar y desarrollar el pensamiento crítico. Tenemos que invertir más tiempo en pensar que en aparentar que actuamos. Seguimos inmersos en una dinámica de lo urgente que está lastrando la evolución de nuestra sociedad a un nivel superior de conocimiento. Sin duda, dentro del reto educativo para combatir los bulos, el pensamiento crítico ocupa un espacio central.

Ahora bien, parece que cada uno sabe muy bien a qué fuente tiene que acudir cuando se trata de información fiable. ¿Es cierto?

El estudio revela que el medio por el que preferimos informarnos es la televisión, aunque los más jóvenes, la denominada Generación Z, la sustituyen ya por las redes sociales. En España se constata una pérdida de ascendente social tanto de la radio como de la prensa. En Galicia, sin embargo, la radio y la prensa son medios más referentes para los encuestados.

Sin embargo, una misma noticia se cuenta de maneras muy diferentes en televisión, en prensa... ¿Existe algún medio que cuente las cosas sin mensajes subliminales?

Siempre existe ajuste. La máxima de McLuhan de que el medio es el mensaje sigue teniendo vigencia. Creo que la verdad es más fácil de distorsionar en temas globales y que, por lo tanto, el mensaje subliminal depende más del ámbito territorial que del tipo de medio. La información local es más fácil de fiscalizar por parte del emiceptor. No se trata de que no genere bulos sino de que es más difícil sostenerlos en el tiempo.

¿El papel tiene los días contados?

Su uso se dimensionará, sin duda. La hoja de ruta de la UE está marcada por el green deal y los objetivos de desarrollo sostenible de cara al 2030, así que no es solo una cuestión estética relacionada con la emergencia climática, sino que está en la agenda política. Europa se quiere postular como referente en sostenibilidad y en transformación digital. La combinación de ambas estrategias acota mucho el espacio del papel.

Me gustaría saber qué conclusión saca de este proyecto y de los consumidores de información.

Todo lo que merece la pena representa un esfuerzo. Mentir es mucho más fácil que decir la verdad. De hecho, la verdad es ingrata y la mentira, a corto, siempre aporta ventajas. Creo que vivimos en un mundo con numerosas alertas encendidas. Si prolongamos la ensoñación de que no sucede nada, de que todo se arreglará como siempre ha sucedido en el pasado, si nos seguimos regodeando en la mentira, las alertas darán paso al desastre. Así que toca pico y pala y trabajar de verdad en defensa de la verdad. Y nos toca a todos, sin excepción.