Quedan siete días: EL CORREO se prepara para su número 50.000

Nos sentimos felices y muy afortunados, porque el próximo martes 16 de junio llegamos al número 50.000, una cifra redonda que merece la pena celebrar.

Hasta ahora, solamente cuatro periódicos pueden presumir de haber llegado a a ella. Hemos tardado nada más y nada menos que 142 años y nueve meses en lograrlo. Y si me permiten la metáfora, esta empresa es como el bambú, y esto implica “trabajar nuestro yo interno, invertir en resiliencia y no tener miedo a doblarnos –no doblegarnos– de vez en cuando, porque al final volveremos a nuestra posición con mayor fuerza”.

Además, por primera vez en España, todos los que formamos parte del Grupo Correo Gallego, aportaremos en un artículo muy personal e íntimo nuestras vivencias en esta Casa, experiencias que, asimismo, compartirán personas muy brillantes, como el periodista y escritor Víctor F. Freixanes, presidente de la Real Academia Galega, o el cineasta Pepe Coira, el guionista Suso Mourelo o la escritora Cristina Sánchez-Andrade.

No ha sido un camino de rosas el que hemos recorrido durante los últimos años, pero nos sentimos orgullosos de haber sido unos valientes guerreros en este oficio tan apasionante como el del periodismo, que evoluciona con la colaboración, más que nunca, de nuestros internautas, presentes en todo el planeta gracias a la democratización de la tecnología.

¡Ojo! Somos conscientes de que las redes sociales son el lugar de cultivo para las fake news, que se han convertido en nuestro caballo de batalla en estos primeros años del siglo XXI. Desde EL CORREO seguimos apostando por el rigor y la verdad.

Durante el confinamiento hemos salido cada día a la calle con el compromiso de informar a nuestros lectores. Cada casa se convirtió en una pequeña redacción gracias a la implantación del teletrabajo en tiempo récord, un desafío.

Y volviendo al símil del bambú, hemos de seguir invirtiendo en paciencia, como él. Si no lo sabían, les cuento que esta planta tarda cerca de siete años en germinar.

Durante ese tiempo “acondiciona sus raíces, absorbe nutrientes y se prepara. Así, una vez emerge del suelo hasta el exterior para ver la luz, nada detiene su crecimiento, es imparable”.

Trabajamos humildemente con ese espíritu, al menos lo intentamos. ¡Ojalá, lectores, lo perciban! Y es que sin ustedes no somos nada.