Comuneros de Porto do Son forman y dan empleo con la extracción y venta de resina
En Baroña, con 24.000 pinos, producen al año 55 toneladas que exportan a Segovia // Explotan sólo el 10 % de su potencial por falta de personal // Se usa para cosméticos o componentes electrónicos // Nebra se suma al negocio
La comunidad de montes de Baroña (Porto do Son) ha encontrado un importante nicho de mercado en torno a la extracción de resina, una actividad que intenta fomentar con formación, porque sólo está explotando el diez por ciento de su potencial. La entidad comercializó el año pasado 55 toneladas a su cliente de cabecera: la empresa Resinas Naturales de Segovia, porque en Galicia “ni hay aún suficiente personal cualificado para extraer resina ni una industria que permita asentar empleo en torno a ella”, explica Ovidio Queiruga, presidente de la entidad.
Los 184 comuneros de Baroña gestionan 877 hectáreas de monte, en las que tienen un total de 24.000 pinos resineros. Queiruga explica que, para poder ser destinados a tal fin, los ejemplares deben tener una edad de entre 25 y 30 años y un diámetro de entre 25 y 30 centímetros.
Una vez recogida, la resina se traslada a la fábrica para la destilación y obtención de productos. Los derivados de la resina son la colofonia y el aguarrás, que se utilizan para la elaboración de aditivos, productos fitosanitarios, tratamientos para papel, tintas de impresión, pinturas, neumáticos, cosmética, barnices e incluso para fabricar componentes electrónicos, para la alimentación o para la industria farmacéutica.
El organismo encargado de pactar cada campaña el precio de dicho producto es la Mesa de la Resina, y suele oscilar entre 1 y 1,20 euros.
Para formar a aquellas personas que están interesadas en trabajar en esa actividad, la comunidad de Baroña imparte cada año un curso. El último tuvo lugar en marzo y contó con una veintena de participantes. Cuatro de ellos fueron ya contratados por dicha entidad sonense.
Y es que precisamente ahora comienza la campaña de la resina. En abril se procede a la retirada de la corteza de los pinos para las perforaciones, y en mayo se inicia la extracción, que se prolonga hasta el mes de octubre, porque en invierno tiene lugar la parada vegetativa.
Los comuneros de Baroña llevan ya cinco años desarrollando esta actividad comercial, con la que generan una media de seis puestos de trabajo en cada campaña. “Pero estamos explotando solamente el diez por ciento de lo que podríamos precisamente por falta de personal formado para ello. Ahora tenemos en producción 24.000 pinos resineros, pero podríamos duplicar esa cifra y generar también el doble de empleos con las extracciones”, explica al respecto Ovidio Queiruga.
“La comarca del Barbanza tiene un gran potencial en la industria resinera”, añade, al tiempo que indica que “si bien la campaña comienza ahora, en los meses previos se llevan a cabo trabajos preparativos, que también generan empleo”. Y es que los montes tienen que estar acondicionados para poder llevar a cabo los trabajos, igual que los accesos, para permitir la entrada de maquinaria.
Y, respecto a que el destino del producto sea actualmente Segovia, Queiruga señala que “es una zona importante para esa industria, pero Galicia podría serlo también perfectamente si se apostase más por ella”.
El negocio es tan próspero y tiene tantas expectativas de crecimiento que este año se van a sumar también los cien comuneros de montes de la parroquia sonense de Nebra. Esta entidad gestiona una superficie de 1.200 hectáreas, de la que aproximadamente unas 500 son pinares.
También los comuneros de Nebra le venderán la resina a la citada empresa segoviana. “Este primer año nos lo planteamos como una actividad experimental, para comprobar la viabilidad y nuestra capacidad. De momento, hemos contratado a dos trabajadores para esta campaña”, explica al respecto Iñaki Tomé Pouso, el presidente de la comunidad de montes de Nebra.
Crean una Unidad Cinegética Comercial para gestionar la caza
Los comuneros de montes de Baroña aprobaron en su última asamblea la constitución de una Unidad Cinegética Comercial, con la que pretenden gestionar directamente los recursos para la caza en sus 877 hectáreas, así como las plantaciones y la repoblación de la fauna.
Para ello deberán iniciar antes el trámite de segregación del Tecor al que pertenecen. Un Tecor (Terreno Cinegéticamente Ordenado) es una figura jurídica que suele corresponderse con el ámbito del municipio al que pertenece y para la que se requiere una superficie de al menos mil hectáreas. En el de O Son están todas las comunidades de montes locales. Dado que la comunidad de Baroña no llega a esa superficie mínima, no podrá crear su propio Tecor, pero la figura de Unidad Cinegética Comercial le permitirá igualmente solicitar y realizar batidas (sobre todo para el jabalí) y repoblar sus montes con especies en peligro de extinción.
El Tecor sonense repuebla los montes cada año sobre todo con conejos y perdices, pero en Baroña quieren introducir también ciervos, cabras y liebres. “Abandonamos el Tecor porque creemos que la gestión cinegética se puede mejorar”, explica Ovidio Queiruga.
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