Llamamiento de arqueólogos e historiadores para identificar restos exhumados en Lousame

Los huesos hallados en una fosa no son del represaliado al que buscaban, el sastre Manuel García Hermo // Todo apunta a que son los de una víctima del triple crimen de Marcelle

Por la izquierda, Fernando Serrulla, Ruiz, Ana Mosquera, Víctor Vicente, Míguez, Hervella y López / suso souto

Por la izquierda, Fernando Serrulla, Ruiz, Ana Mosquera, Víctor Vicente, Míguez, Hervella y López / suso souto / suso souto

El 30 de agosto de 1936, sólo mes y medio después del inicio de la Guerra Civil española, el sastre Manuel García Hermo, natural de A Pobra, salía de su negocio en Ribeira para volver a casa con su mujer y sus nueve hijos, cuando fue secuestrado por tres hombres que le asesinaron y que dejaron su cadáver en una cuneta de Comparada, en el kilómetro 17 de la carretera Noia-Padrón. Tenía 38 años. Los vecinos le enterraron, junto a otros represaliados, en una fosa común del cementerio de Vilacoba (Lousame).

Sus delitos fueron ser de izquierdas, afiliado a la UGT y escribir de vez en cuando artículos para la prensa local. El pasado mes de junio, a petición de sus familiares (entre ellos su hija, de 95 años) solicitaron que se buscasen sus restos en el marco del Plan de Memoria Democrática de Galicia 2021-2024, que hasta la fecha tiene identificadas más de 100 fosas de represaliados (40 investigadas y 5 intervenidas).

Las averiguaciones previas, llevadas a cabo por el grupo Histagra, sobre las víctimas y el espacio, indicaron, en un primer momento, la posibilidad de encontrar a otras cuatro personas enterradas en una o varias fosas en el mismo cementerio. Tres serían las víctimas del triple crimen de Marcelle, asesinados entre el 20 y el 22 de febrero de 1938 en distintos lugares de Vilacoba: Perfecto Félix Vilas Romero; su hermano, Antonio (detenido y asesinado tras asistir al funeral de Percecto); y María Josefa Becerra Laíño (la mujer que les dio cobijo). El otro sería Avelino Méndez Suárez, conocido como El asturiano, huido desde abril de 1937 y que fue paseado y represaliado el 24 de abril de 1939.

Trabajos de excavación en la fosa del cementerio de Vilacoba, en el municipio de Lousame / histagra

Trabajos de excavación en la fosa del cementerio de Vilacoba, en el municipio de Lousame / histagra / suso souto

El equipo de arqueólogos, historiadores, antropólogos y genetistas se puso a trabajar para la localización de la fosa de Manuel (el único al que se buscó, pues ningún familiar de los demás represaliados lo solicitó también, probablemente porque no se enteraron de la iniciativa) partiendo de una importante pista que el cura párroco había dado a los feligreses en una misa en 1973: a la izquierda de la puerta principal del cementerio.

Los trabajos finalizaron el pasado mes de marzo, y las conclusiones fueron presentadas este jueves en Ribeira por Fernando Serrulla (médico forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia y responsable de los estudios antropológico-forenses); Antonio Míguez Macho (doctor en Historia Contemporánea y Profesor en la USC); Conchi López (doctora en Historia Contemporánea y documentalista del equipo); Víctor Vicente (arqueólogo de Tempos Arqueólogos y responsable de los trabajos de campo); la genetista Ana Mosquera; y Gustavo Hervella (gestor técnico de Histagra). Tambien forma parte del equipo Ana Miranda (investigadora del Instituto de Medicina Legal Luis Concheiro de la USC). El acto estuvo presidido por el alcalde, Manuel Ruiz, y asistieron también familiares de Manuel García Hermo.

Dicho equipo multidisciplinar contó con valiosa documentación, pero se encontró con la falta de colaboración del Arzobispado de Santiago que, según lamenta Serrulla, “nos negó el acceso a documentación eclesiástica, lo cual supuso un gran lastre para nuestro trabajo”.

“No sabemos si fueron todos enterrados en la misma fosa o en fosas independientes, y tenemos indicios de que se produjo una exhumación de alguna de las víctimas del triple crimen de Marcelle, quizá en fechas próximas al mismo”, señaló la historiadora Conchi López. Finalmente, en la zona a la que había aludido el párroco, excavada en la roca madre, afloraron unos restos óseos con una cabecera de piedras que quizá los separaba de otra tumba.

UNA BOTA SOBRE LA BARRIGA.

“No hemos encontrado a Manuel García Hermo, sino una fosa quizá reutilizada en la que se enterró a otro represaliado. Son unos restos óseos muy degradados. Los más degradados que estudié en mi vida, por la gran humedad, el PH y la falta de calcio del terreno”, dijo Serrulla. “No era un enterramiento del cementerio, sino clandestino, como demuestra el hecho de que hubiese una bota a la altura de barriga. Tenía un orificio de bala en la cabeza, y había restos de proyectiles dentro del cráneo. Son los restos de un represaliado”, añadió. Sin embargo, como explicó la genetista Ana Mosquera, el análisis de ADN de esos restos no coincide con las muestras que aportó la hija de García Hermo.

“DÓNDE ESTÁ?”.

“Se nos plantean ahora dos cuestiones: ¿De quién son estos restos? ¿Dónde está Manuel García Hermo?”, se preguntó Serrulla, quien hizo un llamamiento para intentar localizar a familiares de las víctimas del triple crimen de Marcelle para ofrecerles la posibilidad de que aporten material genético para contrastarlo con el ADN analizado e intentar identificar así unos restos que, si nadie reclama, deberán volver a ser enterrados en el mismo lugar, como indica la ley.

Pero ningún integrante del citado equipo se rinde. “Propondré seguir interviniendo en Vilacoba. Tenemos un montón de información. Llevo 20 años comprometido con la investigación de fosas y ayudaré para que se declare el cementerio de Vilacoba como un Lugar de Memoria Democrática. Para que no se olvide nunca lo que pasó allí”, dijo Serrulla.

De momento, y a la espera de que el llamamiento de este equipo de antropólogos, arqueólogos, historiadoes y genetistas tenga el resultado esperado, los restos óseos hallados en Vilacoba permanecen custodiados en la Unidad de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga).