Más de medio millar de gallegos reciben atención personalizada y cercana en 104 casas del mayor

Costa da Morte, Barbanza y el área de Santiago acogen el 15% de estos centros

El servicio ha favorecido el emprendimiento y el cooperativismo

Permitió además dar una segunda vida a antiguas escuelas unitarias

Un grupo de vecinas y vecinos de Cee en la casa do mayor de Carbaliza, con su coordinadora / colaxe

Un grupo de vecinas y vecinos de Cee en la casa do mayor de Carbaliza, con su coordinadora / colaxe / josé m. ramos

La Consellería de Política Social puso en marcha en 2018 las casas del mayor, un servicio que brinda atención diurna, gratuita y de cercanía a mayores de 60 años en los municipios rurales. Actualmente, más de medio millar de personas asisten a diario a las 104 casas abiertas, a las que se sumarán, en breve, otras 21. De ellas, aproximadamente el 15% están ubicadas en municipios de Costa da Morte, Barbanza y el entorno de Santiago.

Una iniciativa que no solo ofrece una atención personalizada a los mayores, sino que también contribuye a la dinamización de los territorios, ya que favorece el emprendimiento y el cooperativismo, al tiempo que ha permitido otorgar una segunda vida a muchas de las antiguas escuelas unitarias que estaban en desuso y que han sido acondicionadas para transformarse en casas del mayor.

En Costa da Morte, la Red de Cooperativas Colaxe coordina 10 de estas casas, distribuidas por los municipios de Laxe (2), Coristanco (2), Mazaricos (2), Camariñas (2), Cee y Ponteceso. En estas comarcas atlánticas también cuenta con este servicio Muxía, y en el municipio mazaricano están funcionando otras dos gestionadas por otras emprendedoras.

Compartiendo juegos y experiencias en la casa de Camariñas

Compartiendo juegos y experiencias en la casa de Camariñas / colaxe / josé m. ramos

En la comarca de Barbanza el municipio de Carnota también dispone de casa del mayor, y la Consellería de Política Social concedió ayudas también para poner en marcha este servicio en varios municipios del cinturón de Santiago, como Boqueixón, Val do Dubra, Tordoia y Frades.

Natali Asorey, coordinadora de la Red de Cooperativas Colaxe, asegura que es un servicio “super bien valorado por los usuarios”, sobre todo porque se sienten acompañados “y les permite socializar sin desvincularse de su entorno”. Además, en las casas del mayor participan de diversas y variadas actividades físicas y cognitivas “para que se mantegan activos”, al tiempo que “potenciamos hábitos de vida saludables”.

Otro de los beneficios de estas casas, que Natali Asorey define como “un centro de día en el rural”, es que su uso es totalmente gratuito, incluido el transporte. Tan solo deben abonar la comida (5 €). Además, el servicio es compatible con otras prestaciones sociales como el Servizo de Axuda no Fogar (SAF), la teleasistencia, el comedor o la lavandería sobre ruedas, entre otros.

Cada casa tiene limitada su capacidad a cinco usuarios, que son derivados a las mismas por los Servicios Sociales de cada municipio. Deben ser mayores de 60 años, sin dependencia o tener reconocida una situación de dependencia de grado I y II, “aunque actualmente también se da cobertura a personas que estén en una situación de soledad y aislamiento”, según señala Natali Asorey.

Usuarios de la casa de Augalada (Coristanco) realizando actividades y leyendo la prensa / colaxe

Usuarios de la casa de Augalada (Coristanco) realizando actividades y leyendo la prensa / colaxe / josé m. ramos

Los usuarios deben estar empadronados en el ayuntamiento donde se ubica la casa o en los limítrofes si no cuentan con recursos de atención diurna a mayores. Pueden acudir ocho horas al día, de lunes a viernes.

Además del servicio social que prestan, “las casas del mayor actuamos también como motor de la economía local, pues apostamos por las compras de proximidad”, resalta la coordinadora de Colaxe.

La Xunta de Galicia otorga una ayuda a aquellas personas que quieran poner en marcha una casa del mayor en su municipio, siempre y cuando este reúna las condiciones fijadas por la normativa para hacerlo. Si es así, el Gobierno gallego le proporciona una subvecuón para adecuar el local (15.000 euros) y una ayuda anual por prestar el servicio (20.000 €). Para poder gestionar una de estas casas se requiere contar con el certificado de profesionalidad de Atención a Personas Mayores. “Es un trabajo vocacional, no para hacerte rico, pero te permite tener un puesto de trabajo en el municipio en el que resides”, afirma Natali Asorey, quien valora la iniciativa como una oportunidad para fijar población en los municipios rurales.

Acompaña2.0

A raíz de la puesta en marcha de las casas del mayor, la Escola de Tempo Libre Colaxe impulsó también el proyecto Acompaña2.0, una iniciativa pensada para facilitar la conexión intergeneracional entre los jóvenes y los mayores, permitiendo así la transmisión de experiencias y conocimientos, al tiempo que se favorece y fomenta la socialización de ambos colectivos.

El programa fue puesto en marcha a principios de este año y, según Natali Asorey, “aquellas personas que se animaron a participar, todas repiten”. Actualmente, forman parte del proyecto seis parejas de voluntarios menores de 35 años y mayores de 66. Los encuentros se celebran una vez por semana en las casas del mayor de Laxe y Traba. Los jóvenes aportan a los mayores conocimientos para manejarse con las nuevas tecnologías, mientras que ellos pueden acercarse a oficios tradicionales.

“Es una experiencia muy enriquecedora y genera beneficios para ambas partes. En nuestras casas contamos con un cesteiro que aporta sus conocimientos a los más jóvenes sobre esta artesanía, y también personas que saben trabajar la cerámica o elaborar encajes, sobre todo en Camariñas,”, señala Natali Asorey.

Además del servicio presencial, también ofrecen la modalidad de teleacompañamiento “de modo que los voluntarios llaman a los mayores para compartir con ellos un momento y que se sientan atendidos y acompañados”, añade.

Dinamizar el rural

Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Consellería de Política Social tiene además por finalidad dinamizar la actividad en el medio rural y darle mayor visiblidad a las casas del mayor.

A este respecto, Natali Asorey, asegura que “es necesario dar a conocer más los servicios que ofrecen estas casas, pues todavía hay mucha gente que desconoce cual es su finalidad y como funcionan”.