Manuel Senra, 70 años creando arte en madera desde Outes

La cruz y el Cristo de la iglesia de Santa Mariña de Esteiro, en Muros, es una de sus últimas obras

Con sus manos talló también el Viacrucis del templo de San Xoán de Roo

Cumplidos los 80 sigue usando la trencha a diario

Réplica de un molino de agua realizada por el ebanista

Réplica de un molino de agua realizada por el ebanista / JOSÉ M. RAMOS

Miembro de la tercera generación de una familia de ebanistas y carpinteros, Manuel Senra, vecino de Roo de Abaixo (Outes) que acaba de cumplir 80 años, lleva más de setenta creando arte en madera. Una pasión que “foi e é a miña profesión”, afirma, recordando que desde que tenía 8 años todos los días pasa por la carpintería, al frente de la cual está ahora su hijo Ricardo. “Ao principio meus pais non me deixaban, porque querían que fose á escola, pero cando chegaba á casa de volta eu tiña que ir ao taller”, recuerda.

Réplica de un molino de agua realizada por el ebanista

Cruz realizada por el ebanista de Outes / JOSÉ M. RAMOS

Siempre tuvo claro que él quería dar continuidad al oficio de sus antepasados y así fue. Además de los conocimientos adquiridos en el taller familiar, su padre quiso que se formase como tallista, un arte que aprendió con un reputado profesional de Santiago que vivía en Noia. “Xa naqueles tempos meus pais pagaban 30 pesos (150 pesetas) todos os meses, que é mais do que custa hoxe estudar unha carreira”, afirma.

Y a partir de ahí, su vida giró en torno a las trenchas, gubias y otras herramientas del oficio, con las que talló y dio forma a multitud de piezas en madera, “pero como esto non daba para gañarse a vida, tiven que dedicarme tamén á carpintería en xeral”. Eso no impidió que dejase de lado su gran pasión ni que su buen hacer pasase desapercibido.

Así, durante la pandemia, el párroco de Esteiro (Muros) acudió a Manuel, porque “lle falaran ben de min”, para pedirle que hiciese la cruz y el Cristo, de más de cinco metros de alto que hoy preside el altar de la iglesia de Santa Mariña.

Manuel Senra Rey en su taller con la maqueta de la cruz y el  Cristo que creó para Esteiro /Cedida

Manuel Senra Rey en su taller con la maqueta de la cruz y el Cristo que creó para Esteiro /Cedida / JOSÉ M. RAMOS

Casi un año le llevó concluir la obra, creada en madera de castaño en cuatro piezas. Es una imagen inspirada en el Cristo de la Buena Muerte, tal y como le pidió el párroco, “aínda que non era a idea que tiña eu nun principio, porque non me gustaba moito, pero adapteime ao que me pediu”. La parte más difícil, explica, “foron as pernas, as uñas e os dedos, aí hai moita delicadeza”.

Un largo proceso de trabajo que el párroco, “que agora é moi amigo meu”, fue supervisando paso a paso. “Ao principio parece que desconfiaba algo porque non o vía claro, pero cando foi collendo forma e xa o recoñecía entón xa quedou máis tranquilo”, señala Manuel con ironía.

La obra gustó y mucho, no solo al párroco, sino también a los feligreses. Quienes deseen contemplarla tan solo tienen que acercase al templo parroquial de Esteiro. Esta no es la única pieza que Manuel Senra elaboró para iglesias, pues las imágenes del Viacrucis de San Xoán de Roo, además de lámparas y bancos, también llevan su firma artística.

A sus 80 años, Manuel sigue acudiendo a diario a la carpintería familiar. “Levántome pouco antes das dez e despois do almorzo vou para o taller ata o medodía”, afirma. Allí sigue creando arte con gubias y trenchas. “Sen isto acabaría indo para o bar, e non pode ser”, afirma.

Cuatro generaciones

No solo mantiene viva su pasión por un oficio que además fue su medio de vida, sino que se encargó de que la tradición familiar de ebanistas y carpinteros tenga continuidad, al menos, con la cuarta generación.

“O meu fillo ao principio quería ser mecánico, pero a min gustábame que continuase co oficio que tivemos as xeracións pasadas, e logrei convencelo. Agora gústalle”, afirma con orgullo Manuel, aunque aclara que “el dedícase á carpintería moderna; pois hai que ir cos tempos”.