Las ayudas para la rehabilitación rescatan de la ruina las Casas do Remo: 30 de ellas en Rianxo

Viveiro, con 104, es el concello con más viviendas marineras con una característica única: al pie del mar y del ancho de una pala // Se venden por unos 50.000 € // “Compré una y cambié Madrid por Galicia”, señala Consuelo Plata

Interior de una de las Casas do Remo de Rianxo tras su rehabilitación, con vistas al puerto de la localidad

Interior de una de las Casas do Remo de Rianxo tras su rehabilitación, con vistas al puerto de la localidad / Consuelo Plata

Suso Souto

Las ayudas oficiales en el marco de las Áreas de Regeneración y Reordenación Urbana están contribuyendo a rescatar del olvido (y de la ruina) un tipo de vivienda tradicional que vuelve a cobrar vida en las villas marineras gallegas: las Casas do Remo. Construidas por los marineros a principios del siglo pasado, su característica definitoria es que sus fachadas miden de ancho precisamente lo mismo que un remo de largo: tres metros. 

Según el historiador Xesús Costa Rodil, el hecho de que se construyesen estas viviendas tan estrechas se debe a que antiguamente los marineros tenían que pagar un impuesto para poder hacerlas a pie de playa. De modo que, para poder afrontar esos costes, se juntaban varias familias para reunir el dinero, lo que les obligaba a hacerlas muy estrechas para repartirse el espacio.

Lo normal es que tengan dos plantas (baja y primera), pero las hay también de tres o de cuatro, pues algunas se ampliaron con los años. La puerta de la fachada es partida (para ventilar). Suelen tener dos ventanas (una arriba y otra al lado de la puerta) y una argolla en la parte alta en la que se colgaban las redes.

Según el presidente de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural de Galicia, Carlos Henrique Fernández Coto, Viveiro es la localidad que más Casas do Remo conserva (104). La segunda es Rianxo, con más de 80. Allí, unas 30 se concentran en torno a una plaza, la más pequeña de la villa (A Praciña) presidida por el crucero más antiguo, porque está en el lugar también más antiguo de la misma. Y es que hasta allí llegó un día el agua de la ría.

Hoy, A Praciña está integrada en el casco histórico. También existen viviendas de este tipo en A Guarda, Cedeira, Mugardos, Vilagarcía, Costa da Morte, Muros... La propia casa natal de Ramón Cabanillas en Cambados es una Casa do Remo.

Dos Casas do Remo de Rianxo antes de su restauración

Dos Casas do Remo de Rianxo antes de su restauración / Cedida

El de Rianxo es uno de los concellos en los que más fuerte se está apostando por la rehabilitación de las Casas do Remo, a través de la concienciación y de las ayudas a la rehabilitación de la Xunta y el Estado. De las 80 existentes allí se restauraron 30. Muchas fueron adquiridas y restauradas por gente de fuera del municipio, como Consuelo Plata quien, tras descubrir una de las Casas do Remo de A Praciña, la adquirió, la rehabilitó con una subvención y vendió su casa de Madrid para venirse a vivir a esta villa. Poco después, su hermana haría lo mismo con la Casa do Remo colindante.

“Yo soy gallega; nací en Santiago, pero a los 18 años me fui a vivir a Pamplona y luego a Madrid. Venía a Galicia en verano y, al regresar a casa, pintaba mis recuerdos. En 2015 me traje a toda la familia de veraneo a Aldán. Mi hermana y yo soñábamos con comprarnos una casa en Galicia”, explica Consuelo.

Fue entonces cuando una inmobiliaria le ofreció una Casa do Remo en Rainxo, de 42 m2, por 60.000 €. Tras contactar con la propietaria, Consuelo se informó en el Concello de las ayudas a la rehabilitación. La dueña le rebajó el precio a 50.000 € y en octubre ya formalizó la operación.

Las mismas Casas do Remo de Rianxo tras ser rehabilitadas

Las mismas Casas do Remo de Rianxo tras ser rehabilitadas / Cedida

“Me concedieron una ayuda de 15.000 €. En marzo de 2016 ya tenía el proyecto, aunque el Concello no me dio la licencia hasta noviembre. Las obras se iniciaron en diciembre y, en junio de 2017, ya estaba viviendo en Rianxo”, explica Consuelo, quien critica, eso sí, el sistema de pago de las ayudas: a posteriori y con retraso. En su caso, dos años después de acabar la obra. Hoy disfruta de su casa, con suelo radiante, unas excepcionales vistas a la ría de Arousa y un pequeño huerto en la parte posterior. Su hermana Marga compró la Casa do Remo colindante y la restauró. Ella vive en Lanzarote (de momento), pero viene de vacaciones. Ahora son vecinas.

“Las Casas do Remo son muy valoradas porque tienen la superficie de un piso pequeño, pero son independientes: no hay vecinos arriba ni abajo. Cierto que no tienen garaje, pero no suponen un gran desembolso. Se venden por unos 50.000 euros”, señala Fernández Coto.

Sin embargo, advierte que también han ido desapareciendo en localidades como A Coruña, “donde se perdieron casi todas al haberse unido unas a otras”.

“En los concellos donde no hay Oficina de Rehabilitación no existe conciencia sobre la importancia de este tipo de arquitectura como identitaria de las villas marineras. Por ejemplo, en Ribeira o Porto do Son casi todas fueron fundidas, anexionando varias para hacer una casa más grande o incluso un edificio de pisos. En Rianxo, desde que se creó el Área de Regeneración y Reordenación Urbana el Concello no permite juntar dos Casas do Remo, ni siquiera darles más altura”, señala.

Añade que, por contra, “en A Guarda casi todas tienen 4 plantas (las 2 originales y 2 añadidas). Craso error, porque no pueden tener ascensor debido a su escasa superficie (una media de 80-100 metros en dos plantas), lo que supone un inconveniente para las personas mayores”.