Amicos visibiliza el autismo a través de la evolución de Ángel, un niño de seis años

Acude al CPR Bayón y al Centro de Educación Especial de la entidad, y pronto irá a la piscina 

El pequeño Ángel Romay, con sus padres

El pequeño Ángel Romay, con sus padres / Cedida

Suso Souto

La asociación de personas con discapacidad intelectual Amicos puso en marcha una campaña informativa sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Este año, la entidad organizó una exposición itinerante para dar a conocer el autismo entre el vecindario del Barbanza, formada por tres monolitos informativos que irán recorriendo los concellos de la comarca hasta mediados de mayo.

Tras su inauguración en Ribeira, este lunes la muestra llegó a Porto do Son, donde permanecerá hasta el domingo 14.

Y, como lo mejor para conocer el autismo es acercarse a la historia de alguna de las 27.000 personas que se calcula que tienen TEA en Galicia, Amicos quiso dar a conocer la historia de Ángel Romay, un niño autista de 6 años que asiste al Centro de Educación Especial de Amicos en modalidad combinada con el CPR Bayón.

Karen Lira, su madre, destaca la importancia de una atención temprana y un apoyo especializado y coordinado con las familias para el desarrollo de los niños. “El camino hasta alcanzar un diagnóstico no fue fácil. Al principio, el desarrollo de Ángel siempre entró dentro del normal. Comenzó a andar a los 12 meses y a decir sus primeras palabras, pero a los dos años dejó de evolucionar en el habla. Lo llevamos al pediatra, que nos decía que no nos preocupásemos y que esperásemos, pero veíamos que pasaba el tiempo y no había evolución”, explica la madre del chaval.

Los padres de Ángel comenzaron entonces un recorrido incesante buscando una segunda opinión, recorriendo las consultas de pediatras y logopedas. “A los tres años comenzó en el CPR Bayón, donde el equipo nos animó a seguir buscando respuestas, hasta que un neurólogo pontevedrés nos dio el diagnóstico de TEA”, añade.

“Una vez tuvimos el diagnóstico lo llevamos al colegio, puesto que es necesario para ofrecerle apoyo personalizado y una cuidadora. También fuimos a un neuropediatra, este ya por la Seguridad Social, que confirmó el diagnóstico. A partir de ahí continuó durante dos años con apoyo en la escuela y logopeda y terapia ocupacional por las tardes”, comenta Karen Lira.

En 2023, las profesoras se pusieron en contacto con Amicos y le dieron a los padres del niño la idea de visitar su Centro de Educación Especial. “Fuimos a conocer el centro y nos gustó. Ángel comenzó a ir a terapia individual por privado, ya con cinco años, y avanzó muchísimo. A medida que iba allí notábamos mucha diferencia”, destaca.

Una vez cumplidos los 6 años y con el inicio de la Primaria, tramitaron el colegio combinado, que empezó este curso. Ángel acude de lunes a miércoles al colegio de referencia y los jueves y viernes al centro de Amicos. Le encanta el agua. Pronto irá a la piscina.

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