Entrevista | RICARDO LLORCA Compositor

“Me fascina ver cómo llegan los peregrinos a la plaza del Obradoiro, es algo emocionante”

El compositor alicantino Ricardo Llorca/ cedida

El compositor alicantino Ricardo Llorca/ cedida / ADRIANA QUESADA

Adriana Quesada

El compositor Ricardo Llorca [Alicante, 1958] estrena este jueves su oratorio ‘Oficio de Caminantes’, escrito a partir de textos del Códice Calixtino, fragmentos de discursos de los papas Benedicto XVI y Francisco y su propia tía, quien peregrinó a Santiago durante 22 días

¿Por qué se le encarga a usted, desde la Catedral de Santiago, este trabajo?

Pues yo tampoco sé por qué me escogieron a mí, pero sé que me llamaron justo cuando empezó la pandemia para hacer esto. Aunque he de decir que conocían mi obra y que mostraron mucho interés por saber mis conocimientos en música religiosa. Además, tengo mucha obra coral, por lo que les envié grabaciones de obras corales y religiosas mías, lo que hizo que al final me hicieran el encargo. También hay que tener en cuenta que les hice una propuesta que les gustó: un oratorio completamente basado en textos de peregrinos.

¿Cómo fue el proceso artístico que siguió para poder componer esta obra?

Fue largo, nunca me había enfrentado a hacer un oratorio. Tuve que investigar muchos textos de la Edad Media, concretamente del Códice Calixtino, e informarme. Sin embargo, me gusta mucho trabajar en orquesta, es como hacer un crucigrama y decidir qué instrumento hace cada cosa, lo que hizo que me sintiera muy a gusto.

¿Cómo consigue juntar fragmentos del Códice Calixtino con cosas dichas por los papas y, además, los textos del cuaderno de peregrinación de su tía?

Todo lo que acaba de citar trata sobre un mismo tema: la peregrinación interior, el mundo interior de los peregrinos. Eso hace que los textos de Benedicto XVI y Francisco tengan algo en común con los de mi tía, así que el trabajo era relativamente sencillo.

Su tía peregrinó a Santiago, ¿pero tiene usted algún vínculo personal con la ciudad?

Lo cierto es que no. Pero tengo que decir que cada vez que voy a Santiago me fascina ver cómo llegan los peregrinos a la plaza del Obradoiro, es algo emocionante. No me canso: son gente que llega después de tanto caminado, vivido y aprendido, así que verlos llegar a su destino me parece algo precioso.

¿Qué destaca del cuaderno de peregrinación de su tía?

El final es muy bonito porque, cuando mi familiar se postra ante el altar, hace una petición de paz, igualdad y hermandad. Es lo que he plasmado en el oratorio. Después de 22 días caminando, decidió no pedir por ella, pedir para el mundo.

Para dedicarle tanto tiempo a algo tiene que haber una motivación, ¿cuál es la suya?

No podría vivir sin la música. Compongo desde los 13 años y es lo que me hace seguir adelante, luchar. Para este proyecto, el mayor aliciente que tuve fue la oportunidad de escribir.

En la música siempre se habla de buscar nuevos sonidos y la modernidad. Sin embargo, lo suyo es un viaje al pasado, ¿por qué?

Es una muy buena pregunta. Durante los últimos 70 años la música ha intentado experimentar, pero bajo mi punto de vista los sonidos que hay ya se han inventado. Considero que para ir al futuro tenemos que viajar al pasado. Hay que tener en cuenta que yo estudié con grandes compositores que eran vanguardistas y buenos profesionales, pero a mí no me llegaba ese estilo. Cuando llegué a Estados Unidos en el 87 conocí a otra gente y sus postulados estéticos, que fueron los que me terminaron convenciendo.

Entrando en algo más técnico, ¿cómo casan los sonidos orientales de la tabla hindú o el gong con la temática del Camino de Santiago?

Para hacer este oratorio le propuse a la catedral de Santiago que usásemos música pregregoriana. Hay que tener en cuenta la zona en la que nace la Iglesia y que la música original era de carácter oriental. Entonces decidí que era interesante hacer la música de la Iglesia más primitiva, que es mucho más parecida a la árabe que a la que entendemos en la actualidad como cristiana.

Al ser un proyecto que realmente estaba pensado para mostrarse con la visita del Papa, cancelada por el inicio de la pandemia, ¿se sintió desanimado o llegó a creer que no saldría adelante?

No, para nada. Tenía plena confianza en que todo iría bien. Desde la Catedral de Santiago me decían que les estaba gustando mucho y que estaban contentos con mi trabajo. Era evidente que el estreno se iba a atrasar, pero no se me pasó por la cabeza que no fuera a hacerse.

¿Qué se siente al tener, después de tanto tiempo de espera, la fecha de estreno tan cerca?

Hay que tener en cuenta que los compositores no sabemos realmente lo que hemos hecho hasta que llega el primer ensayo. Cuando lo vea sabré si el proyecto está o no bien ejecutado, así que lo que siento son muchos nervios y una gran responsabilidad, ya que hay mucha gente esperando ver este oratorio.