Entrevista

Rafael Inglada, experto en Pablo Picasso: "El 'Picasso maltratador' se ha puesto de moda porque es lo que hoy se vende. Esto es terrible y absurdo"

El escritor, especialista en la vida y obra del pintor malagueño, publica la obra 'Picasso a diario', donde relata la vida cotidiana del artista a lo largo de cuatro volúmenes

Rafael Inglada, experto en la vida y obra de Picasso, posando en la biblioteca de la casa natal del pintor en Málaga.

Rafael Inglada, experto en la vida y obra de Picasso, posando en la biblioteca de la casa natal del pintor en Málaga. / EFE

Juan Cruz

Juan Cruz

Rafael Inglada (Málaga, 1963) vive en Málaga, en el centro mismo de la primera memoria de Pablo Picasso, el artista al que él le ha dedicado su vida. Hasta el punto que no sólo forma parte del equipo que lleva adelante el Museo Casa Natal Picasso, sino que se sabe, porque la ha estudiado día a día, el acontecer diario del artista. Serán cuatro volúmenes y se titulará 'Picasso a diario'. La vida cotidiana del artista. Es decir, cada día de la vida, uno a uno, todos los días de los que quedan constancia, están citados en cuatro tomos que a finales de año empezará a publicar ese museo para el que él trabaja.

Ninguno de esos días de los que hay constancia como parte de la vida singular, repleta, que vivió Picasso (desde que nació en Málaga, en 1881, hasta que murió en Mogins, Francia, en 1973, hace 50 años), le ha pasado desapercibido a Rafael Inglada. Mientras aparece el primero de esos cuatro volúmenes de que constará esta obra magna, y singular, acaba de salir a la calle, compilado por el propio Inglada, 'Pablo Picasso. Libro de las conversaciones' (Editorial Cántico. Colección El árbol del silencio). Es, también, una obra insólita, una antología extraordinaria del gran número de encuentros o entrevistas que el malagueño universal tuvo a lo largo de su dilatada vida como artista. Para hablar de ambos acontecimientos le hicimos, por escrito, algunas preguntas al propio Inglada, tan picassiano como los cuadros del artista que fue su paisano.

P. ¿Todos los días de Picasso, Inglada?

R. Eso es imposible, claro. Hay épocas de las que no se sabe nada, pero sí están todos los días de los que quedó alguna constancia… No se sabe demasiado de lo que hizo en la infancia; pero sí estará todo lo que hizo según una cronología bastante intensa de todo aquello de lo que, investigado, queda constancia. Serán cuatro tomos, imagínate pues cuánta actividad. Fíjate que para ordenar el índice onomástico estuve cerca de dos meses…

P. Picasso lo databa todo, por lo que se ve.

R. Fíijate en lo que le dice a su amigo Brasaï: “¿Por qué cree usted que pongo fecha a todo? Porque no es suficiente conocer las obras de un artista. Es preciso saber también cuándo las hizo, por qué, cómo, en qué circunstancias. Sin duda habrá una ciencia, que tal vez se llame la 'ciencia del hombre', que tratará de penetrar más en el hombre a través del hombre-creador. Pienso mucho en esa ciencia y procuro dejar a la posteridad una documentación lo más completa posible. Por eso pongo fecha a todo lo que hago”. Y eso es lo que yo he buscado: lo que está fechado por él o lo que ha sido fechado, pues a lo largo de la vida de Picasso hay como un rompecabezas gigante, en el que aparecen amigos, hijos, amantes, mujeres, viajes… Llevo en esto desde 1996, y el conjunto de los cuatro tomos es lo que resulta verdaderamente original.

"No es suficiente conocer las obras de un artista. Es preciso saber también cuándo las hizo, por qué, cómo, en qué circunstancias"

Pablo Picasso

P. ¿La gran novela de la vida de Picasso?

R. Yo sirvo para la investigación. Yo no sirvo para escribir novelas. Esta será, pues, la vida de Picasso, su diario, y por eso así se llama: 'Picasso a diario'.

P. Ahora publica el 'Libro de las conversaciones' del artista. ¿Qué le hubiera preguntado usted mismo a Picasso?

R. Realmente, no sé si le hubiese preguntado algo. Estoy convencido que me hubiera contestado con un "Puede ser", muy típico de él. Tal vez, con las entrevistas con las mujeres, poetas y marchantes que compartieron su vida habría sacado más información.

P. De lo que él responde a todas las entrevistas que ha ido encontrando, ¿cuáles le parecieron diálogos mejores?

R.Todas las entrevistas-conversaciones tienen siempre un descubrimiento nuevo. No es lo mismo la conversación entre amigos que con el periodista que lo aborda. Personalmente, me quedo con los encuentros con su marchante, Daniel-Henry Kahnweiler. Es inaudito que, por vez primera vez, en el siglo XXI, puedan leerse por vez primera en español.

P. Y de las cosas que Picasso dice, ¿cuáles tienen mayor valor para usted?

R. Probablemente, aquellas que están conectadas con dos temas fundamentales: su compromiso político y los gustos e influencias que ha recibido de la tradición pictórica. Sus opiniones sobre la pintura que lo antecedió son fundamentales.

P. Ha estado toda su vida buscando a Picasso. ¿Ya lo ha encontrado? ¿Se escurre? ¿Es como lo había soñado?

R. Picasso es inabarcable, nunca acabas de encontrarlo. A pesar de tantos años de estudio, tengo una idea cercana de cómo se relaciona su vida con su producción. Pero, al final, no es como lo había soñado por lo diariamente sorpresivo. No obstante, creo tener una base firme para pensar en cómo actuaba en cada circunstancia.

P. A lo largo de los años se ha encontrado muchas versiones sobre su vida y actitudes de Picasso. ¿Algunas de esas interpretaciones sobre su vida han cambiado su manera de verlo, e incluso de relacionarte con su memoria?

R. No, siempre he preferido mirarlo desde lo que, personalmente, he investigado sobre él. Aun así, mis conversaciones con su hija, Maya Ruiz-Picasso, me abrieron una puerta diferente, esto es, me han permitido verlo desde otro ángulo al que lo ven los biógrafos al uso, mucho más cercano, más personal.

P. Las controversias actuales lo señalan como alguien que, en épocas distintas de su vida, tuvo una relación irregular, o reprochable, con las mujeres, y con sus mujeres. ¿Siente que eso es así, o usted encuentra atenuantes para lo que se dice?

R. El 'Picasso maltratador' se ha puesto de moda porque es lo que hoy se vende. Esto es terrible y absurdo. Pero, desde luego, casi siempre fueron relaciones irregulares, a menudo debido a las circunstancias. ¡Y no siempre por parte de él! Algunas de sus mujeres ya venían, cuando entraron en su vida, de estar separadas o alejadas de matrimonios previos (como son los casos de Fernande Olivier o el de Eva Gouel), incluso con hijos, o bien habían 'desembarcado' en Picasso tras relaciones infructuosas anteriores.

P. ¿Cómo contempla ahora la figura humana de Picasso? Como padre, pero también como hijo, como abuelo, como ser humano, en fin.

R. Siempre luchó en su vida privada por lo que creía justo. Probablemente, primero estaba su producción, su creatividad; luego, venía el resto. Los cientos de fotografías junto a sus hijos, sus esposas y amantes dan fe de ello, son la prueba más fidedigna de sus sentimientos hacia este universo familiar que él, tan sabiamente, supo reflejar en su inconmensurable creación. No debemos olvidarnos que hablamos desde el siglo XXI.

Su mundo personal está condensado en su pintura. Desde sus vacilaciones hasta sus impulsos más seguros"

P. ¿La pintura, su pintura, habla de él? ¿Se lo puede conocer, como ser humano, por la pintura?

R. Sus pinturas, sus dibujos, sus cerámicas, sus esculturas... son un único universo. Personalmente, creo que su obra, que es un 'diario' de su vida, no nos engaña. Su mundo personal está condensado en ella. Desde sus vacilaciones hasta sus impulsos más seguros. Con cada relación parece haber cambios sustanciales de estilos, lo cual forma un Picasso poliédrico. Pero, pese a ello, lo que no varió jamás fueron sus motivos, sus temas para crear. Picasso fue un artista obsesivo. Y eso lo contemplamos en sus retratos, en sus paisajes, en sus escenas de un alto erotismo. A través de esta producción conocemos mucho mejor el Picasso privado, incluso sus gustos estéticos y sus limitaciones.

Pablo Picasso y su marchante Daniel-Henry Kahnweiler. / ARCHIVO


P. Usted es malagueño, como el artista. ¿Qué significó en Picasso esa procedencia? Hoy en día, ¿de qué modo ha asimilado Málaga la figura de Picasso?

R. Su nacimiento en Málaga lo creo fundamental para comprender muchas claves de sus obras, especialmente por el contacto con el Mediterráneo. Este mar es el que abarcó buena parte de su producción, y la cercanía de los faunos, de los centauros, la 'joie de vivre' hasta estas costas no son sino un simulacro de aproximación al mar de su infancia. Es en la poesía de Picasso en donde, realmente, se mueve todo lo malagueño, todo lo andaluz y español que él supo conservar en su dilatada vida.

Málaga, aunque ha costado largas décadas de esfuerzo, ha asimilado a Picasso, por fin, como una seña de identidad. No ha sido nada fácil convencer al malagueño de a pie, que le inculcaron falsamente a un Picasso que no amaba a su ciudad natal. Creo que los grandes esfuerzos de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, del Museo Casa Natal Picasso y del Museo Picasso Málaga han merecido la pena para fomentar esta recuperación.

P. Un artista malagueño, por ejemplo, Antonio Banderas, lo llevó al celuloide. ¿Fue esta una explicación suficiente de la figura de Picasso o hay matices que se le escaparon a quienes realizaron el filme?

R. Bien, yo no soy crítico cinematográfico. No me gustan demasiado este tipo de biografías en el celuloide, y menos de Picasso. Pero es un defecto mío, porque lo veo desde otra perspectiva: la del conocedor de su obra, de su vida, y siempre creo que surgen escenas forzadas o se inventan datos sin contrastar, personajes que no se parecen en nada a la realidad... Pero, pienso, también se pone en valor una figura tan universal como es la de este artista. Y Antonio Banderas hizo en ello un enorme esfuerzo.

P. ¿Y Málaga siempre lo ha tenido en consideración? ¿Cuál ha sido su relación con la ciudad en la que nació, y qué le devuelve ésta a él?

R. No. Málaga no lo ha tenido siempre en consideración (y aquí también entran temas de carácter político). Como dije, ha sido un proceso lento, pero que, pienso, ha culminado felizmente. Aún hay mucho trabajo por delante para hacer. Jamás se terminará de 'atrapar' a Picasso, y ahí estriba lo maravilloso de su personalidad.

Aunque Picasso se fue de Málaga con casi 10 años —y luego regresó varios más hasta su partida definitiva en 1901—, jamás olvidó su ciudad natal. Ya sus propios biógrafos y amigos se encargaron de desvelar, a través de conversaciones y de encuentros, el amor que siempre profesó por su ciudad natal, lo que yo llamo el 'paraíso perdido'. Debemos tener en cuenta que, tras su marcha, al contrario que sucedió con Barcelona, Picasso no dejó aquí familia directa. Es más: los amigos de toda la vida los forjó en Cataluña, que es desde donde impulsó su primera aventura a París.

P. Es admirable lo que ha hecho por él, por su conocimiento, y también en pos de aquellos que se han dedicado a su obra, como se ve en este libro que acaba de publicar. ¿Ha pensado alguna vez que quizá usted tiene dentro de esa admiración también una pasión como si hubiera sido usted mismo amigo o émulo de Picasso?

R. Esto es como Picasso dijo cuando ingresó en el PCF: es como quien va, de forma natural, a una fuente. No, no, no soy émulo de nadie ni de nada. He llegado a pensar que, en mi caso, es una forma de vida, y desde hace casi cuarenta años la he elegido así, y fue de forma casual. No se trata de una afición, sino de una manera de vivir a través de la creación de otra persona.

P. Eres una persona que se atreve a buscar día a día la vida de Picasso, sin fallar ni un día. Simbólicamente, ¿qué significa para ti esa dedicación?

R. Bueno, muchos días no sabemos lo que pasó, ¡y esto es algo lógico! Mi intención con 'Picasso a diario' es seguir el ritmo de su biografía a través de su obra especialmente. Darle al lector-investigador la vida de un hombre condensada en un único trabajo. Comencé en 1996 y aún continúo descubriendo datos que para muchos parecen insignificantes, pero que para mí engrandecen más su figura. Un gran rompecabezas que nunca, jamás tiene fin y de ello soy plenamente consciente.