Entrevista |

Álvaro Muñoz: “Fue amor a primera vista, tanto para el club como para mí, y aquí segimos”

El capitán y alero del Obradoiro, está disputando su cuarta temporada en Santiago

Álvaro Muñoz manejando el balón frente al Cazoo Baskonia en Sar /ACB

Álvaro Muñoz manejando el balón frente al Cazoo Baskonia en Sar /ACB / André Couce

Álvaro Muñoz Borchers (Ávila, 1990), capitán y alero del Obradoiro, está disputando su cuarta temporada en Santiago. Con el equipo está viviendo una temporada excelsa donde han superado con creces las expectativas y están afrontando con calma el segundo tramo de la temporada, acumulando diez victorias, con siete por encima del descenso y ocupando la décima plaza.

Es su cuarta temporada en Santiago, ¿se siente un compostelano más?

Este año he aprendido lo que significa picheleiro, así que creo que ese es un gran avance en mi compostelanismo (risas). Hago mucha vida, salgo con el niño al parque, voy mucho a la ciudad y ya estoy muy acostumbrado. Mi hijo tiene acento gallego, ya estoy bastante acomodado.

¿Le paran muchos aficionados cuando va al parque con su hijo o da una vuelta por la ciudad?

No, como al final estamos los mismos en el parque, ya me conocen casi todos. Es verdad que al ir a algún lugar más por el centro, sobre todo con la cabalgata de Reyes, nos decían “jo, que bien vais este año” y sí que notabas un poco más el apoyo de la gente que lo está viviendo.

¿Se le han pegado algunas cosas de la cultura gallega, más allá de la de Santiago?

Sí, aunque no sé si pegado es la palabra. Alguno del cuerpo técnico me ha dicho que incluso se me está marcando en el acento, no sé si es verdad o no (risas). Al final es una cultura bastante parecida a la de Asturias, donde he estado varios años y sí es fácil para acomodarse.

Ha jugado en varios clubs españoles, ¿qué etapas ha disfrutado más?

Mis dos años en Oviedo fueron muy buenos a nivel profesional y personal también. Por otro lado, el ascenso con Manresa y esos años fueron muy positivos . Al final en el ascenso, en el año siguiente hicimos una campaña muy buena y nos metimos en el playoff. Cuando las cosas van bien a nivel profesional, lo demás acompaña. Es verdad que esta etapa en Santiago la estoy disfrutando también, pero ya desde otro punto de vista. Un poco más de estabilidad, de tener una familia y estar a gusto aquí.

También tuvo una aventura en Alemania, ¿cómo llegó esa opción?

Hice una campaña en LEB Oro bastante correcta y en ese momento no me salía nada interesante en ACB. Entonces, para no repetir en LEB Oro, me apetecía probar otra cosa y decidí irme a Alemania.

¿Qué tal fue esa experiencia?

Dura, la verdad. Yo creo que no lo repetiría. Estando en esa situación me volvería a ir, porque es verdad que es una parte de aprendizaje que me llevo. Creo que me fui en un momento bueno, en el que estaba con mi novia, mi actual mujer, y no teníamos ninguna responsabilidad al no tener hijos. Es bastante fácil acostumbrarte a un país europeo. En cuanto a la liga, es muy dura y muy física, me costó un poco adaptarme, pero bueno, fue una experiencia más del baloncesto. Al final no dejo de ser un privilegiado, porque me pagan por jugar en otro país y, desde ese punto de vista, pues es aprendizaje.

La experiencia de allí, en un país bastante frío, ¿le sirvió para acostumbrarse a Santiago?

(Risas) No, más que el clima o el frío, el problema eran las horas de luz, se notaba bastante. Eso era durillo en invierno, obviamente. Cuando íbamos a entrenar por la tarde, a las seis y media o siete, cuando salías de casa ya era de noche a las cuatro y media, cinco. Eso sí que se hizo duro, el invierno.

¿Cómo llega al Obradoiro?

La campaña con Manresa, como el equipo va muy bien, pues creo que todos salimos un poco revalorizados y surge la opción de venir aquí. Me ofrecen estar tres años, que al final es algo que valoré un montón, porque apostaron fuerte por mí y, sobre todo, buscaba un poco más de estabilidad en la liga. Al final, fue amor a primera vista, tanto para el club como para mí, y aquí seguimos.

Siendo el capitán del equipo, ¿cómo valora esta temporada?

Creo que otros años hemos tenido también equipos muy buenos, muy competitivos, pero este año ha habido un cambio de chip, de ganar dos o tres partidos apretados, sobre todo al principio de liga. Eso, al inicio, mentalmente te ayuda a entrar en una dinámica buena. Otros años hemos estado muy cerca de conseguir lo de este año, de encadenar victorias, no sufrir y estar un poco más alto en la tabla clasificatoria. Pero al final, cuando entras en la dinámica de perder partidos apretados, de que las cosas no te salgan al final, aunque hagas un partido muy bueno y de repente en dos minutos se te vaya, es muy complicado salir de ahí. Le ha pasado a equipos este año, como Manresa, Betis o Zaragoza, que tienen buenos equipos y buenas plantillas, pero al final te entra esa sensación de no ganar y no ganas. Sin embargo, este año encadenas dos o tres, de repente ganas al Barça en casa y te lo empiezas a creer un poco, te parece que la vida es más fácil.

¿Sentís que ahora mismo tenéis la capacidad de poder vencer a cualquier equipo?

Sí, yo creo que sí, es lo que creemos y sobre todo en casa, que es donde nos sentimos muy cómodos y muy fuertes. Nuestra mentalidad es distinta y es verdad que al jugar sin la presión de tener que conseguir victorias sí o sí, para no descender, juegas un poco más tranquilo y salen mejor las cosas. En general, todo el mundo juega mejor.

Pese a la racha positiva, también han tenido varios problemas. ¿Cómo llevan que haya habido tantas lesiones en el equipo?

Es algo que es parte del negocio. Cada año hay lesiones, cada año hay altas y bajas y momentos de forma. Creo que tanto el cuerpo médico como el equipo lo hemos llevado como algo normal, algo natural, y cuando se lesiona un compañero, pues hay otros once que intentan ayudar al equipo para que vaya hacia delante y, en ese aspecto, creo que nos hemos repuesto bastante bien a los problemas que ha habido. Otros años hemos tenido también esos problemas, pero al final esa dinámica positiva que llevamos ayuda a que sea más fácil el poder llevar estas lesiones.

¿Hasta dónde cree que podrían llegar esta temporada?

Lo marcará un poco nuestro trabajo, que ahora está siendo igual de bueno, pero es lo que comentaba, entras en esa dinámica de ganar partidos y parece que las cosas pueden ir bien, pero se te puede dar la vuelta en cualquier momento. Yo creo que no tenemos que obsesionarnos con los objetivos de final de año, sino que debemos ir como hasta ahora, con los objetivos a corto plazo y pensar en cada partido.

¿Por qué se decidió a jugar a baloncesto y no a fútbol siendo nieto de Feliciano Rivilla?

Yo quería jugar a fútbol (risas). Empecé jugando a fútbol y me pase a baloncesto en cadete de primero, bueno, en infantil de segundo en el cole y cadete ya en un equipo. Fue porque jugaba al fútbol y todo el mundo me decía que debía probar en baloncesto, que era muy alto. Yo no quería y luego lo probé porque mis amigos empezaron a jugarlo en el colegio y, a parte de que se me daba mejor que al fútbol, me gustaba más y ya me quedé.

¿Se veía más de delantero o de central?

De aquella jugaba de central, yo no soy nada bueno con los pies (risas). Así que central defensivo, a dar leches, repartir.

Conquistó un bronce con la selección española sub-20, ¿qué supuso para usted?

Fue increíble, de los mejores momentos de mi carrera. Nunca había entrado en ningún radar hasta la sub-19, que me llamó la selección. No había ido a la selección de Castilla y León, no había estado en ningún sitio, estaba en Ávila muy a gusto. Cuando me llamó la sub-19, me pareció increíble estar entre los 12 mejores de la generación. Luego, el año siguiente no fue muy bueno a nivel personal, jugué en LEB Plata, cambié a Fuenlabrada y me reconvertí un poco de cuatro a tres. Cuando me llamó la sub-20, con el equipazo que teníamos, conseguir un bronce fue impresionante y lo recuerdo con mucho cariño.

Will Magnay.

El Obradoiro regresa este fin de semana a la competición y lo hará este domingo, a las 17.00 horas, recibiendo al vigente campeón de la Liga Endesa, el Real Madrid.

Después del parón por la Copa del Rey y las Ventanas FIBA, el equipo compostelano cuelga el cartel de ‘entradas agotadas’ y se asegura una Caldeira a rebosar frente a los merengues.

La única posibilidad de que en los próximos días aparezca alguna entrada a la venta será porque los abonados que saben que no pueden venir a este partido hayan devuelto la entrada de su abono.

Aquellos abonados que se decidan por esta opción, en el caso de que la entrada sea vendida, el 50 % del importe de dicha venta se le ingresará al socio en su monedero virtual. El descuento de este importe se podrá aplicar en su abono de la siguiente temporada.

Agotadas las entradas para el Obra-Madrid

El pívot australiano por el que se ha decidido el Obradoiro está únicamente pendiente de pasar el reconocimiento médico en el HM Rosaleda, para así ser presentado por la entidad santiaguesa e incorporarse a los entrenamientos junto al resto de sus compañeros.