El Breogán planta su bandera en Santiago

El partido entre el Obradoiro y los lucenses destacó por la intensidad propia de un derbi gallego, donde los dos equipos brillaron // La Caldeira de Sar reunió a seis mil aficionados que hicieron resonar el `Miudiño´.

Una disputa por un rebote durante el encuentro

Una disputa por un rebote durante el encuentro / JESÚS PRIETO

El mundo del baloncesto gallego se detuvo este sábado para vivir su segunda gran cita de la temporada: el derbi gallego. Obradoiro y Breogán enfrentaban sus dos temporadas, sus dos estilos, y lo hacían ofreciendo el mejor aliciente posible, ya que ambos equipos llegaban con el mismo número de victorias, con uno detrás del otro. Los dos se jugaban la corona gallega.

Este impresionante duelo abría sus puertas a las cerca de 6.000 voces que se reunieron en el templo obradoirista, que llegaban listas para alentar a sus dos equipos y con ganas de celebrar una victoria que es más que baloncesto.

Desde los instantes previos, la afición santiaguesa demostró que estaba preparada para hacer hervir la Caldeira, recibiendo a su equipo entre aplausos y a los lucenses con silbidos, favoreciendo el pique entre ambos conjuntos. La rivalidad histórica se ponía en juego, pero antes, ambas aficiones se aunaban para cantar el himno gallego y, poco después, el obradoirismo cantaba al unísono el Miudiño.

La primera pequeña victoria caía del lado celeste, que capturaba el balón en el salto inicial por medio de Ethan Happ, que además anotaría la primera canasta del partido. El Breo comenzaría enchufado en ataque e impondría un parcial de 0-7. Mientras, el Obradoiro tenía la actitud, pero no el atino, llegando los primeros puntos desde la línea de personal de manos de Thomas Scrubb, quien anotó dos de sus tres tiros.

Pese a todo, el Breogán, fiel a su estilo, salió con agresividad defensiva, la cual se incrementó por las emociones del derbi, haciéndolos llegar a las cinco faltas y el bonus en el ecuador del partido. Esta situación llevó a que esa intensidad bajase y el Obradoiro la supo aprovechar, atacando con calma y, mientras intercambiaban canastas, los santiagueses iban remontando. Edgar Vicedo confirmaría el cambio con un triple que los adelantaba por primera vez en el encuentro (14-12), que acompañaría con otro para aumentar la renta a 5. El cuarto se cerraba 17-14, donde ambos equipos mostraron los altibajos y la intensidad propia de un derbi.

Arrancaban los siguientes 10 minutos y si Vicedo cerró en positivo el cuarto anterior, se vestiría de héroe para los locales en el inicio del siguiente, en compañía de Phil Scrubb. Ambos jugadores dinamitaron el encuentro, convirtiéndolo en un festival de triples. Del otro lado, a los lucenses les costaba toparse con la canasta y solo lograban anotar de 2, sin poder seguir el ritmo ofensivo de los locales, que anotaron hasta 7 triples en el cuarto.

Todo fluía en el Obradoiro, sus jugadores se entendían en ataque y perseguían cada bola en defensa. Todo ese trabajo llevó a la mayor ventaja hasta ese momento, con un triple de David Walker que ponía el 40-27. Pese a todo, los celestes respondieron con dos triples, de Sergi García y Stefan Momirov, negándose a ir a los vestuarios por dos dígitos abajo. La última canasta del cuarto llegaría de mano de Kassius Robertson, que anotaría el tiro libre que concedió el árbitro al pitarle técnica al banquillo visitante (41-33).

Ambos equipos se retiraban de la pista para mentalizarse y prepararse para los veinte minutos finales. Vicedo llegaba a los vestuarios con 15 puntos, todos logrados desde el triple, con un acierto espectacular del 83 % (5/6). En los visitantes, el faro del equipo había sido el siempre polivalente Happ, quien consiguió 8 puntos para los celestes deshaciéndose con facilidad en defensa de los interiores obradoiristas.

Comenzaba la segunda parte y los dos equipos entraban con los nervios y tensión. El Breo sería el primero en anotar por medio de Hollatz, al que seguiría Will Magnay con un potente mate. El australiano entraría con ganas de resarcirse de su tibio inicio como titular, mostrando su intensidad defensiva con dos tapones y en el rebote.

Pese a todo, los celestes subían la intensidad ofensiva y se ponían a cinco puntos con una bandeja de Bammforth que forzaba el tiempo de Moncho Fernández. En ese momento volvería Vicedo como revulsivo anotando un triple, pero el Breo no se amilanaría y confirmaría su reacción empatando el marcador (48-48), con mayor acierto en el triple con Momirov como referente.

Esto desataría los nervios en los locales, por lo que Moncho aprovecharía la revisión de una jugada para reunir a sus chicos y alentarlos para volver al buen baloncesto en cierre del cuarto y salir fuertes en el siguiente. El Breo, por su parte, lograba marcharse con una ventaja 51-55 y con todo por decidir.

Llegaba el último cuarto y la Caldeira empujó desde el primer segundo. Los dos equipos entraron serios a la cancha, pero el Breo mantenía su reacción y complicaba la defensa interior del Obra, ya que Magnay cometía su cuarta falta, mientras Marek Blazevic, en el banquillo, tenía otras tantas. Hollatz encestaba el 54-61 y forzaba el tiempo de Moncho.

El partido entraba en una fase de intensidad total y que se llevaría el equipo con más hambre. El Obra reaccionaría a su mal arranque con más trabajo defensivo y decidido en ataque, acercándose a dos puntos (59-61) y con un Breo que comenzaba a mostrar síntomas de nervios tras dos tiros libres fallados de Nenadic. Veljko Mrsic era el que pedía tiempo en el ecuador del partido para tratar que los suyos volvieran a meterse y frenasen a los compostelanos.

El partido entraba en una fase errática en el aspecto ofensivo, forzada por las defensas de ambos equipos, que no pensaban permitir una canasta más, soltando los brazos si era necesario. Pero el Obra, tras anotar un triple de mano de Kassius Robertson, recibiría la respuesta de Nakic y perdería dos balones que se transformaron en contras rivales. El marcado se ponía 62-68 a falta de poco menos de tres minutos de terminar el partido, por lo que Moncho pidió tiempo para tratar de espabilar a sus hombres.

Volvían los jugadores a pista y todo lo que pudo decir Moncho pareció quedar en nada. Pérdida del Obra al regreso y falta al intentar una contra que permitía a Hollatz anotar uno de los dos tiros libres de los que dispuso (62-69). Sar seguía animando, pero el Breo mantuvo la mente fría y el orden en los dos campos para arañar segundos.

Kass, tras casi perder la bola, penetraba y lograba una gran bandeja (64-69) a poco más de un minuto para terminar el encuentro. Era la última chance de los santiagueses, pero el propio Kass cometería una falta que daría un punto más a los visitantes. El canadiense se apagaría, fallando dos tiros libres a continuación, y la afición del Breogán se encendería para celebrar la victoria durante los segundos finales, resonando por encima del obradoirismo.

Un bonito e intenso derbi gallego finalizaba y la victoria se marchaba a Lugo por 67-72. Ambos equipos tuvieron momentos para brillar y demostraron porque están en la lucha por el playoff, sin importar la economía, solo el baloncesto. Paso adelante para Breo. Peldaño abajo para el Obra.

Datos del partido

67. Obradoiro (17+24+10+16): Edgar Vicedo (21), Thomas Scrubb (5), Phill Scrubb (8), Kassius Robertson (19), Will Magnay (2) –cinco inicial– Leo westermann (3), Fer Zurbriggen, Marek Blazevic, David Walker (6), Rubén Guerrero y Alex Suárez (3).

74. Breogán (14+19+22+19): S. Bamfort (13), S. Momirov (12), J. Hollatz (9), E. Happ (10), T. Nakic (7) –cinco inicial– S. García (9), N. Nenadic (12), S. Quintela y V. Arteaga (2)..

Árbitros: Miguel Ángel Pérez Pérez, Juan de Dios Oyán y Raúl Zamorano. Sin eliminados. 

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 24 de la Liga ACB disputado en el Multiusos Fontes do Sar ante 6.000 aficionados.