Entrevista | Fernando Zurbriggen Jugador de baloncesto del Obradoiro

“El momento ‘prime’ fue después de ganar a Baskonia”

Imagen de archivo de Fernando Zurbriggen manejando el balón / ACB

Imagen de archivo de Fernando Zurbriggen manejando el balón / ACB / André Couce

Fernando Zurbriggen (Santa Fe, Argentina, 1997) ha sido uno de los artífices de la magnífica temporada que ha vivido el Monbus Obradoiro al quedar en el puesto 11 en la Liga Endesa. El base argentino ha vivido una campaña extraordinaria, lo que le valió un premio a jugador del mes de enero dentro del club, siendo elegido por los aficionados.

¿Cómo está llevando las vacaciones? ¿Tiene algún plan para este verano?

Bueno, lo primero y lo más importante era desconectar el cuerpo de la temporada y de la sensación de perseguir objetivos y la búsqueda constante de un poquito más. Se terminó, se apagó. Y bueno, el verano de momento va muy bien porque hay buen clima (en el lugar en el que estuvo de vacaciones), así que estoy contento. Aunque es verdad que estuve de vacaciones los últimos 10 días y se nota en mi piel que está bronceadita. Eso es importante (risas).

Después de la última victoria del ante el Fuenlabrada, ¿les queda la espina de querer ese décimo puesto y que no se concrete porque al final los resultados no acompañaron?

Cuando uno hace el balance de la temporada siempre te queda la sensación de “si hubiese pasado en tal partido”. Rápidamente se viene el partido con Valencia en casa que se perdió o Unicaja, pero al mismo tiempo creo que es disminuir la gran labor de haberle ganado a Barcelona y a Baskonia. Pero bueno, dentro del balance creo que es positivo, hemos igualado la segunda marca histórica en cuanto al récord del club.

¿Cómo vive, en contraposición a la temporada anterior, el finalizar esta de forma tan positiva, superando claramente el objetivo que había al principio?

A nivel personal, super contento porque la terminé jugando. El año pasado terminé lesionado. Y a nivel grupal, creo que la sensación de tener un grupo tan talentoso y con tantas capacidades como el que era el de esta temporada, te da una nostalgia de decir: un poquitito más. Pero yo creo que con el correr del tiempo, tanto la organización como el grupo de personas que integrábamos el equipo, nos vamos a dar cuenta que hicimos un tremendo trabajo.

Esta temporada recibió el premio al jugador del mes de enero del Obradoiro. ¿Veremos a un Fernando Zurbriggen que va a seguir creciendo y dando mayor nivel?

Lo del premio creo que, siendo honesto, no me parece que haya sido estadístico, sino porque la afición me quiere. Es cierto que jugué durante varios partidos a muy buen nivel, pero yo creo que estadísticamente a Kassius (Robertson) nadie le saca nada este año, porque estuvo por sobre el nivel del equipo, de la liga y de él en su carrera. Y con respecto a mi carrera, sí. De hecho en verano voy a hacer una transformación física y a seguir puliendo detalles a nivel técnico-táctico que creo que necesito para seguir creciendo en mi carrera. Al final soy un jugador de 25 años.

¿A veces, por la responsabilidad que tiene el puesto de base, es difícil gestionarlo anímicamente cuando no salen las cosas?

Si el base está mal, el equipo lo siente mucho, porque justamente es el que coordina el esfuerzo de los otros jugadores. Dentro del esquema que ha planteado Moncho en estos últimos años que jugué para él, (el base) tiene un rol incluso más importante todavía. Es el director de juego, el jugar en esquema... y por ahí queda más expuesto cuando un base no se luce. Ni siquiera te digo jugar mal, te digo no se luce. Cuando juega un partido correcto pasa totalmente desapercibido. Por ahí, a nivel de sensaciones como jugador es complejo. Pero bueno, también es una manera distinta de jugar, de aprender y sobre todo es una faceta más que tiene que tener el jugador. En este caso, en la posición del base.

¿Que le trajo a Santiago en su momento?

Me trajo la idea del proyecto que me plantearon, que lo hablé en su momento con José Luis Mateo. Y la dinámica de la ciudad, ya que no conocía Galicia, de pronto me di cuenta que es un lugar que me encanta. En los últimos dos años invertí un montón de energía en querer aprender de los gallegos, su cultura, su gastronomía e incluso la lengua.

¿Qué es lo que más le gusta de la ciudad?

A mí, el pulpo (risas).

A Todos los jugadores del Obradoiro les gusta...

A mí me gusta el pulpo, las vieiras, zamburinias. Y para Navidad como los centollones y los bueyes. ¿Qué es lo que a mí más me gusta? La gastronomía. Pero porque después no soy una persona que se considere a la moda. No compro ropa ni nada. Así que si la gastronomía está bien. Me gustaría poder mejorar un poco el clima. Es verdad que el invierno se hace un poco duro, sobre todo para los amantes del sol como yo.

Antes mencionó a José Luis Mateo. ¿Atisba un futuro positivo para el club con el nuevo director deportivo? ¿Cómo vive el cambio?

Siempre que hay un cambio está la búsqueda de la mejora de algo o simplemente de reorganizar las piezas. En el caso de José Luis Mateo, me parece que es alguien histórico dentro de la institución e igualar su trabajo es muy complejo. Para mí el error está en entrar en comparaciones. Hay que admirar y aplaudir a la persona que sale y darle la mano para que la persona que entra nos pueda incluso dar más, porque José Luis Mateo, después de tantos años, estoy seguro que es alguien que está comprometido emocionalmente con el club y va a querer que a la persona que venga le vaya bien.

¿Cómo ve la opción de entrar en Europa?

Hay que dimensionar lo que significa jugar en una competición europea. Hay que dimensionar, dentro del plano internacional en Europa, cómo posicionaría el club y el esfuerzo que requeriría. Creo que todavía no se han puesto ni la proyección, ni los planos, ni el tiempo y ni se ha armado la plantilla. La ilusión está. El jugador que te diga que no quiere jugar a un mejor nivel o a un nivel internacional te está mintiendo. Claro que quiero, pero hay que ser muy cauteloso y consciente de lo que significa.

En relación a la acción con El Corte Inglés, ¿cree que será más difícil gestionar un grupo de niños si hay alguno revoltoso o jugar un partido de ACB?

Honestamente, las dos cosas me salen de manera natural. De hecho, he salido en situaciones difíciles adelante con respecto a los niños y jugando al basket también, así que hay una simetría. No sabría decirte, la verdad que estoy contento también de hacer una actividad así. Cuando a uno le reconocen lo que hace y lo ve en la ilusión de la gente... Yo ahora voy a cenar y la gente viene a felicitarme por la temporada que hicimos, por la linda sensación a través de los meses, que es algo que se extrañaba también. Es muy reconfortante y yo creo que la actividad de mañana va a ser para los niños, pero también voy a saber absorber esa ilusión que tienen.

Hablando de ilusión, ¿Cuál fue el momento de la temporada más especial?

El momento prime de la temporada fue después de haber ganado en casa a Baskonia. Nosotros jugábamos un domingo al mediodía y teníamos que esperar el resultado de Valencia a la tarde. El éxtasis durante esas horas... es decir, si Valencia pierde con Zaragoza entrábamos en Copa. Estar todos pendientes de si se da el resultado. Creo que fue ese porque había mucha ilusión y para mí es lo más importante. Es lo que te mueve. Así que si tengo que buscar un momento son esas cuatro horas de transición, desde que le ganamos a Baskonia jugando un partidazo a esperar resultados.