Momento disruptivo

Las empresas españolas ganan protagonismo en la nueva era espacial

La guerra de Ucrania ha supuesto un replanteamiento geoestratégico por parte de los países y mayores posibilidades de inversión

Imagen virtual de la futura red de nanosatélites de Sateliot.

Imagen virtual de la futura red de nanosatélites de Sateliot.

Eduardo López Alonso

El sector aeroespacial español vive un momento de grandes expectativas y potente pugna empresarial. La guerra de Ucrania ha supuesto un replanteamiento geoestratégico por parte de los países y mayores posibilidades de inversión. La irrupción de iniciativas privadas como la de SpaceX, de Elon Musk, y la próxima red satelital Kuiper de Amazon de Jeff Bezos encarnan un contexto disruptivo para el sector. Miles de pequeños satélites empiezan a colonizar el espacio captando datos y fotografías de cualquier rincón del planeta. 

En opinión de Jordi Hereu, presidente del operador de satélites de participación pública Hispasat, "el espacio es el campo de batalla del siglo XXI. Es por tanto un ámbito estratégico y global que va a necesitar la colaboración de todos, empresas veteranas y nuevas empresas". HIspasat es el tercer operador de satélites en tamaño de Europa.

Carlos Fernández de la Peña, consejero delegado en España de la multinacional italiana Telespazio, recuerda que hace solo una decena de años el sector espacial era coto de grandes empresas del tipo Airbus y la influencia de agencias espaciales estatales como la NASA, (la agencia espacial estadounidense). Explica que desde entonces se ha ido configurando el denominado 'New Space', concepto que engloba la actividad espacial en torno a satélites más pequeños y baratos. Según cálculos de Hispasat, las inversiones recibidas por este sector privado han sido de unos 252.900 millones en 10 años en Europa, para 1.694 empresas.

Esa entrada de capital privado ha provocado una explosión de 'startups', que ligada a la reducción en el coste de fabricación lanzamiento de satélites de pequeño tamaño produce una reducción de las barreras de entrada financieras. Las empresas del sector, tanto grandes como pequeñas, rehuyen del concepto 'New Space' al entender que el pastel espacial va a tenerse que repartir en función de los servicios ofertados y no del tamaño de los satélites o la distancia de su órbita. SpaceX es una empresa del 'New Space', pero también es el actual líder mundial en lanzamiento de satélites. Telespazio participa en buena parte de los proyectos europeos de desarrollo espacial.

Iris2

El anuncio esta semana del proyecto espacial europeo Iris2 para la creación de una constelación de satélites supone la conexión definitiva entre el 'New Space' y las grandes compañías vinculadas al sector espacial. El plan está dotado con 6.000 millones de euros y aspira a la licitación un consorcio que integran Airbus SE, Thales Alenia Space SAS, los operadores de satélite Eutelsat Communications, SES, Hispasat, Deutsche Telekom, Orange, OHB, Hisdesat Servicios Estratégicos, Telespazio y Thales. 

Pero otros proyectos espaciales están en marcha. Frente a los grandes satélites geoestacionarios que orbitan a 36.000 kilómetros y pesan varias toneladas, los nuevos nanosatélites que encarna 'New Space' pesan poco más de una decena de kilos y orbitan a 500 metros de altitud. Esa 'democratización' del espacio parece tener los días contados ante futuros procesos de concentración empresarial y a la apuesta de grandes empresas por el ámbito de los pequeños satélites. También por el desarrollo y crecimiento rápido de las 'startups' mejor situadas.

La nueva tecnología en torno a los nanosatélites ha abierto la veda de los satélites autonómicos. En el País Vasco se ha lanzado uno, en Catalunya dos y hay otros dos en camino, Andalucía está a punto de lanzar uno, en Canarias hay uno a punto de lanzarse y otro en marcha. Mientras en Catalunya se ha contratado el servicio satelital, que es propiedad de la firma Sateliot, en Andalucía o Canarias se ha elegido ser el propietario del nanosatélite. Esas iniciativas van a seguir, pero los procesos de concentración empresarial van a ser imparables en los próximos años y la velocidad de puesta en marcha de las redes satelitales será fundamental. 

Agencia Espacial

'New Space' y la nueva Agencia Espacial Española ha permitido que muchas nuevas empresas refuercen sus proyectos. El Gobierno ha elevado este año en un 20% la aportación de España a la Agencia Espacial Europea (ESA), hasta los 300 millones de euros. Desde 2019, el Gobierno de España ha aumentado su contribución a la ESA un 50%.

La red satelital del Atlántico, que prevé el lanzamiento de 16 satélites (ocho de ellos de Portugal) es el proyecto estrella de la agencia española y destino de buena parte del Perte aeroespacial(que movilizará 4.533 millones de euros entre 2021 y 2025 en inversiones público-privadas).

Pero también está, por ejemplo, la red de la firma española Sateliot, llamada a ser la primera red mundial de satélites 5G. Y está prevista también otra red privada española, BeetleSat, constelación basada en satélites de menos de 200 kilos para conectividad global en banda Ka para comunicaciones seguras punto a punto.

Jaume Sanpera, CEO de Sateliot, reconoce el gran potencial de España en el campo espacial, pero advierte de que las nuevas empresas nacidas en torno al 'New Space' van a necesitar mayor financiación pública para evitar que caigan en manos de inversores extranjeros. "Deberíamos estratégicamente apostar por las empresas con recorrido, que tengan propiedad intelectual, tengan patentes y que añadan valor. En conjunto no son más de una decena. Hay que apostar por ellas, por posibles campeones globales. Las inversiones necesarias para consolidar el crecimiento de las nuevas firmas del espacio españolas son de 'solo' centenares de millones de euros. Calculo que con unos mil millones de euros de dinero público sería posible afianzar el futuro de las nuevas firmas New Space españolas y a partir de estas impulsar todo el ecosistema de empresas proveedoras que serán los siguientes campeones a apoyar".

Los nanosatélites de órbita baja abaratan proyectos espaciales y nacen nuevas compañías, que necesitan financiación pública para consolidarse

Falta de financiación

La falta de financiación es el gran problema para el desarrollo de las nuevas firmas del espacio. Al ser una actividad estratégica, cualquier fondo de inversión internacional exige que la sede social se traslade al país del accionista de referencia. Por ello, en el sector se respira la sensación de que habrá movimientos empresariales en los próximos tiempos, a medida que el nanosatélite forme parte también de los planes de los grandes operadores.

Pero mientras llegan las fusiones empresariales, las empresas españolas del sector tienen grandes expectativas. Sanpera opina que los crecimientos de dos dígitos van a seguir en el sector: "Cualquier compañía que no crezca a ese ritmo es que está perdiendo cuota de mercado", opina Sanpera. 

Usos militares

La guerra de Ucrania ha evidenciado la importancia de los servicios satelitales en el ámbito de la defensa. En España, una empresa de referencia es Hidesat, el operador gubernamental en el ámbito militar. Pero también tienen protagonismo otras empresas que fabrican componentes o ofrecen servicios especializados de observación o de telecomunicaciones. "Tenemos una gran oportunidad en España para liderar en la OTAN las aplicaciones de Defensa relacionadas con internet de las cosas y las comunicaciones seguras", explica Sanpera. De la misma opinión es Hereu: "España puede aportar experiencia en el ámbito industrial y de operaciones y también en innovación con las nuevas empresas que están liderando iniciativas de lanzadores y nanosats".

Fernández de la Peña opina que "para España es importante lograr la independencia tecnológica para poder lanzar satélites al espacio, y disponer de programas propios de comunicaciones, navegación y observación de la Tierra". En la filial de Telespazio trabajan ya 120 personas y la firma ejecuta un plan de crecimiento para triplicar su tamaño. Esta empresa italiana factura unos 700 millones y emplea a 3.000 personas en Europa.

Fernández de la Peña destaca que el sector espacial español es básicamente civil. El área de defensa es el gran cliente de las imágenes de alta resolución tomadas desde el espacio (más del 60%). Un gran campo de desarrollo para las empresas españolas es el de las aplicaciones de análisis de esas imágenes mediante radar combinadas con las tomadas por drones terrestres o nanosatélites de órbita baja.

Mercado civil

Rafel Jordà, CEO de Open Cosmos, reconoce el momento dulce que vive el sector espacial en España, pero reivindica que el gran campo de desarrollo para el futuro es más el mercado civil que el militar, más reservado éste a grandes compañías públicas. En su opinión, España destaca en que por primera vez estará en condiciones en los próximos años de afrontar misiones espaciales completas. Tener capacidad para lanzar satélites y diseñar e integrar todas las tecnologías asociadas comportará un cambio radical en los próximos años. 

Destaca Jordà que Open Cosmos está centrada en aplicaciones satelitales destinadas a sostenibilidad, análisis de cambio climático y monitorización de recursos naturales: "Lo que prima en estos momentos es la utilidad de los satélites, al margen de que sean de órbita alta o baja. No creo que toda la tecnología del espacio sea de uso dual (militar y civil). Muchos de los satélites que se hacen son viables sin tener necesariamente una aplicación integrada para servicios de defensa, como la mayoría de los proyectos de la ESA", explica Jordà.

Jordà opina que en una decena de años España dispondrá de capacidad completa para afrontar proyectos espaciales de manera integral. Pero lo más importante será el salto en la capacidad de análisis de los datos obtenidos: "El futuro va por ahí, no solo por el desarrollo de infraestructuras espaciales sino también por el diseño de algoritmos para el tratamiento óptimo de datos generados por los satélites", analiza.

Según los últimos datos disponibles del ICEX y la patronal sectorial Tedae, el sector aeroespacial factura en torno a 12.000 millones al año y emplea a más de 50.000 personas. Pero no se segregan datos del sector espacial. La inversión en I+D supone el 10% de la facturación, que ha crecido un 42% en 10 años. El sector exterior es clave, ya que el 80% de la cifra de negocios del sector espacial español se obtiene en el extranjero. El 75% de los empleados del New Space tienen título universitario. Es un indicador que apunta a una industria de gran valor añadido y nivel de productividad elevado.

Alén Space es una firma especializada en productos y componentes estandarizados para pequeños satélites y CubeSats con sede en Pontevedra. Se centra en acortar las fases de desarrollo de todo tipo de misiones espaciales. Esta compañía, con 15 años de vida, tiene presencia en 16 países y en su carta de presentación siempre destaca que ha tenido un 100% de éxito en todas las misiones en las que ha participado. Fuentes de la empresa destacan que la clave en el futuro del sector espacial español será la financiación de los planes de expansión y el mantenimiento de potentes equipos humanos y técnicos: "Un 'know-how' que refuerce la independencia tecnológica; la confianza de clientes y socios en el trabajo realizado, y un respaldo inicial de instituciones públicas o privadas que apuesten claramente por este sector".