Turismo

El turismo español se enfrenta al golpe de los cambios de hábitos de los viajeros en pleno boom

Funcas advierte de la incertidumbre para las empresas del sector por el descenso de la duración de las estancias y por la pérdida de peso de los viajeros de los países que más gastan.

Turistas en el Aeropuerto de Málaga.

Turistas en el Aeropuerto de Málaga.

David Page

El turismo acelera hacia un año histórico. El sector impulsa su plena reactivación y anticipa nuevos récords en casi todos los registros tras el desplome total sufrido durante la pandemia de covid. La industria turística está aprovechando el boom de la demanda de los viajeros extranjeros y nacionales y también la fuerte subida de los precios a pesar de que la inflación general ha empezado a contenerse.

Tras haber completado ya el año pasado la recuperación de los niveles de actividad previos a la pandemia y ahora marcando nuevos máximos históricos de negocio, ingresos y empleo, el sector turístico español se enfrenta con incertidumbre a cambios en los patrones de consumo de los viajeros que pueden afectar al grueso del negocio.

Funcas, el 'think tank' económico de la asociación bancaria CECA -la antigua confederación de cajas de ahorros-, alerta en un estudio del futuro incierto de la actividad turística. por ajustes en el gasto turístico, estancias cada vez más cortas o el golpe de la desaceleración económica de los países europeos. Unos cambios en los comportamientos de los turistas que amenazan con afectar a la demanda de servicios que ofrece el sector.

“Entre los empresarios del sector se atisba cierta preocupación y recelo ante el futuro próximo. Esa inquietud está relacionada con las perspectivas de desaceleración de la economía europea y con la creciente competitividad del mercado turístico internacional, pero también con signos indicativos de posibles cambios en los comportamientos de los turistas que redundarían en perjuicio de la demanda de servicios que proporciona el sector”, advierten los analistas de Funcas. “Hay indicios de ajustes de gasto turístico por persona y de cambios en el patrón temporal de consumo que, unidos a las poco favorables perspectivas macroeconómicas en Europa -y en particular en Alemania y Reino Unido-, introducen incertidumbre en el sector”.

Caída de mercados clave

El turismo está registrando cambios en el consumo de países emisores clave, por su enorme peso en el total de llegadas y de ingresos del sector. Durante este año (entre enero y julio) se está registrando un descenso de los viajeros procedentes de Reino Unido (-6,3%), Alemania (-8,7%) y los países nórdicos europeos (-13,2%) en relación al mismo periodo del 2019 precovid.

Una caída que puede resultar crucial en el sector porque se trata de los mercados emisores con un mayor gasto medio por cada turista (1.427 euros en el caso de los nórdicos; 1.188 en el de alemanes; y 1.106 euros en el de los británicos). Además, la demanda de servicios turísticos de ciudadanos del Reino Unido y Alemania presenta menor estacionalidad que la media. Esto es, los turistas de ambos países visitan España fuera de temporada alta estival en mayor medida que los de otros países y regiones, lo que resulta particularmente favorable para el sector para alargar la actividad, para evitar derroche de recursos y para favorecer el mantenimiento del empleo.

En paralelo, la duración de las estancias de los turistas internacionales están descendiendo. Las estadísticas muestran una progresiva reducción de las estancias de dos semanas que realizan los viajeros internacionales y un incremento del peso de los viajes de entre 4 a 7 días. “Probablemente, este acortamiento de las estancias obedece a ajustes en los presupuestos domésticos en razón de la inflación. De consolidarse esta tendencia al acortamiento de las estancias, podría contrarrestar el efecto positivo de la recuperación en el número de viajes sobre los ingresos totales del sector, toda vez que las estancias más cortas suponen, en general, gastos más moderados”, apunta Funcas.

Un año récord

Tras el derrumbe por la pandemia, el sector ha mostrado una capacidad de recuperación más rápida de lo esperado y ha vuelto a convertirse en el motor económico de la economía nacional. Este año seguirá confirmándose como tal. El PIB turístico escalará en el conjunto del año hasta un récord de más de 178.800 millones de euros, con un crecimiento del 12% en relación al año pasado y un 13,6% más frente a los niveles del 2019 precovid, según las estimaciones de Exceltur, el lobby que agrupa a una treintena de las mayores compañías del sector (entre ellas, Meliá, NH, Iberia, Globalia, Riu o Amadeus). Unos registros que consolidarán al turismo con puntal económico nacional, elevando su aportación hasta un 12,6% del conjunto del PIB español, igualando el peso que tenía antes del covid.

El fuerte crecimiento de la actividad turística viene aupado en gran parte por la subida de las tarifas que están aplicando las compañías de manera generalizada. De hecho, descontando el efecto del aumento de precios, el PIB del sector aún se encuentra ligeramente por debajo de los niveles prepandemia en términos reales. Sin el impacto de la subida de tarifas, el PIB turístico aún es un 1% inferior al de 2019, según subraya el servicio de estudios de Exceltur.

Los ingresos por turismo del país -lo que gastan los viajeros internacionales durante su estancia y que efectivamente repercute en la economía española- pulverizarán los niveles previos a la pandemia y marcarán un nuevo máximo histórico con 82.000 millones de euros durante este año, según Exceltur. La nueva cota esperada para este año supone un incremento del 18% en relación a los 69.100 millones de euros alcanzados durante el año pasado y un alza del 15% frente al anterior récord de 71.200 millones registrado en el 2019, el último año completo sin pandemia. La mayor inyección económica de los visitantes foráneos se produce por el efecto combinado del boom de demanda y de subida de las tarifas.