Entrevista | Juan Manuel Vieites Presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia

“No se puede amedrentar al mundo empresarial, que es el que crea riqueza”

El presidente de la CEG, en las instalaciones de El Correo Gallego

Jesús Prieto

Estabilidad política, seguridad jurídica y agilidad en los procedimientos. Son las principales reivindicaciones que, casi a modo de mantra, hace a las Administraciones el presidente de la patronal gallega. Juan Manuel Vieites {Vigo, 1952} rechaza el “intervencionismo” y las “ocurrencias” en las que ve instalado al Ejecutivo central y pidc un trato “amigable” y “sentidiño” al Gobierno de la Xunta que salga de las urnas el 18-F.

Esta va a ser, dice la vicepresidenta Yolanda Díaz, la legislatura de la reducción de la jornada laboral. ¿Va a ser eso un problema para las empresas gallegas?

Puede ser un problema para algún tipo de empresas, pero a mí lo que más me preocupa es el intervencionismo por parte del Gobierno en asuntos que deben ser negociados por trabajadores y empresarios. Yo espero que se busquen las soluciones adecuadas con ese ‘sentidiño’ que tenemos en Galicia. Lo que estamos viendo ahora mismo es que cada día hay una ocurrencia nueva que va en contra del mundo empresarial. Y eso hace que las empresas se vayan a otros países. No se puede amedrentar al mundo empresarial, que es el que crea riqueza y empleo.

Lo que dice el Gobierno es que las empresas van a acabar siendo más productivas que antes...

Puede ser que eso ocurra en algún caso específico. Pero lo cierto es que ya hay muchas empresas con un horario más flexible que el que se plantea. Lo que no se puede es actuar con este intervencionismo e incluso, desde mi punto de vista, con revanchismo, porque se dice: si no quieres el cuatro, te pongo el cinco, como ocurrió con la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). Eso es chulería.

¿Temen que esa subida del SMI afecte al tejido empresarial gallego?

Lo estamos viendo sobre todo en el caso de los autónomos y las microempresas y en sectores como el campo. Y, por otro lado, los subsidios que se están dando desmotivan a la gente para trabajar. Hay mucha gente acomodada y yo lo que quiero es un país donde los trabajadores cobren lo que les corresponde, pero un país basado en el esfuerzo y el trabajo, no en la desmotivación.

Hablábamos del SMI y las pequeñas empresas...

La subida del SMI va a la línea de flotación de sectores como el campo o el pequeño comercio. Y supone un diferencial del 42% con respecto a Portugal. Después nos quejamos de que nuestras empresas se van a instalar al norte de Portugal.

¿Cree que se va a seguir produciendo ese goteo de empresas que se instalan en Portugal?

Espero que no, porque los empresarios gallegos quieren seguir en Galicia, pero si las condiciones a 20 kilómetros son tan favorables y el Gobierno portugués ayuda tanto, al final el empresario lo que tiene que ver es la relación coste-beneficio.

Queda menos de un mes para las elecciones gallegas. ¿Qué le pide la Confederación de Empresarios al Gobierno que salga de las urnas?

Fundamentalmente, que sea amigable con el mundo empresarial. Que las medidas que se tomen busquen la creación de empleo y de riqueza en nuestro territorio y que entienda que el empresario es la solución y no el problema. Últimamente parece que somos el enemigo, sobre todo porque desde el Gobierno de España se apunta al mundo empresarial como el malo de la película. A nosotros no nos gusta echar a nadie. Lo que queremos es crear riqueza y crear empleo. Eso sí, queremos rentabilidad, productividad y ser competitivos.

Dice que el Gobierno gallego cree en el mundo empresarial. ¿El Gobierno central no?

Pues no lo sé, porque con lo que dice en los medios de comunicación y con las medidas que toma desde el punto de vista fiscal, impositivo... hacia empresas muy relevantes. En el Gobierno gallego no veo esas actitudes. Todo lo contrario. En Madrid, parece que, de alguna manera, Galicia es el objetivo a batir. Y eso es algo que nos preocupa, porque queremos ser amigables con todos los gobiernos.

Ha dicho usted que en 2024 se podrían crear en Galicia 15.000 empleos, la EPA sitúa el total de parados en los 115.000 y, al mismo tiempo, la queja recurrente en muchos sectores es que falta mano de obra. ¿Cómo se explican estas discordancias?

Estamos evolucionando hacia una economía mucho más digitalizada, verde, circular... Desde hace un tiempo, los oficios se han perdido y la Formación Profesional tiene que adecuarse a la realidad de nuestro mercado laboral y creo que en Galicia se está intentando. Las empresas necesitan 15.000 trabajadores y, paradójicamente, esos puestos no se cubren aunque hay 127.000 parados. ¿Qué está pasando? Pues volvemos a las ayudas, que al final también tienen mucho que ver con que suba la economía sumergida. Y, además, la pandemia cambió mucho la mentalidad de las personas. Ahora ya no se piden tanto aumentos salariales, como más tiempo para ocio. Queremos trabajar menos, pero con el mismo salario. Y eso no puede ser.

En sectores como el agrario, los trabajadores de fuera están siendo la solución...

Sí, pero los que vienen a trabajar. No los que vienen a producir absentismo. Yo no digo que sea todo el mundo igual, pero hay una gran mayoría que vienen acomodados.

Proyectos eólicos paralizados por la justicia, el futuro de Alcoa que preocupa, el Corredor Atlántico Noroeste que va al ralentí, la Ley del Litoral recurrida en los tribunales... A pesar de estas y otras incertidumbres, ¿es Galicia un buen lugar para invertir?

Yo creo que Galicia es uno de los lugares de referencia de estabilidad política, de estabilidad económica, con ‘sentidiño’ haciendo las cosas. Tenemos un Gobierno que cree en el mundo empresarial y eso supone que, aunque haya algún tipo de disfunción, la hoja de ruta sigue estando muy clara. Lo que los empresarios queremos es que haya estabilidad política y que tengamos el campo de juego adecuado para que el mundo empresarial pueda desarrollar todos los proyectos que están encima de la mesa, algunos de los cuales son estratégicos para Galicia. Después no nos podemos quejar de que en Portugal sea más ágiles, si nosotros no hacemos los deberes en Galicia. La macroeconomía no va mal, pero yo estoy preocupado por los autónomos y las pymes, que son mayoría en Galicia y que generan el mayor volumen de empleo.

Preocupación también suscita el futuro de Alcoa, que pende de un hilo desde hace años...

La empresa ha aguantado mucho. Ha propuesto una serie de medidas al Gobierno central y a la Xunta y hasta ahora no se ha hecho nada, sobre todo en relación con el coste de la electricidad. Las empresas tienen que ser competitivas. Si esto no se produce y en otros lugares es posible, tendrán que marcharse. El Ejecutivo tiene que hacer lo mismo que han hecho otros gobiernos europeos apoyando empresas estratégicas como puede ser esta.

Para apoyo el que recibía esta semana Navantia, que va a construir un nuevo buque de la Armada...

Una cosa son los titulares y otra, poner toda la carne en el asador. Yo lo que veo es que con Galicia no se es muy amigable. Hay una deuda histórica con Galicia. Los políticos tienen que creer más en Galicia, porque somos punta de lanza de muchos sectores económicos.

Por ejemplo, el de la energía eólica, paralizada por los recursos judiciales que afectan a más de 50 proyectos. ¿Qué futuro cree que le aguarda al sector?

Creo que irá para adelante, pero hay que buscar un equilibrio. Portugal lo solucionó inmediatamente, tanto en eólica terrestre como marina. Entre la justicia y el Gobierno de España, que ralentiza las cosas, no estamos llegando al foco. Necesitamos agilidad y seguridad jurídica, no que jueces de una tendencia desmitifiquen la actividad...

¿Cree que influye la ideología de los jueces en la paralización cautelar de todos estos proyectos?

No quiero entrar en ese campo, porque no me compete. Pero a veces las interpretaciones que se hacen por parte de algunas personas no atienden, desde mi punto de vista, al derecho jurídico.

No está paralizado, pero sí avanza con retraso el Corredor Atlántico. El ministro Óscar Puente promete agilizarlo....

Lo que le pedimos al Ministerio es agilidad. Sabemos que se ha reunido con empresas del norte y del sur para intentar acompasar todos estos servicios. Nos dicen que están pendientes también de los cambios que pueda introducir Bruselas. La Xunta también está ayudando, pero tenemos que empujar todos, porque en el Corredor Mediterráneo nos llevan cinco años de ventaja. Las empresas también tienen que implicarse en utilizar ese ferrocarril.

¿Cree que incluirá la salida sur de Vigo, como pide la Xunta?

Yo creo que eso es indispensable. Creo que sí que se va a hacer.

Y los fondos europeos, ¿han llegado a los empresarios?

A día de hoy siguen llegando a cuentagotas. Creo que ahora que estamos en período electoral veremosmuchos anuncios. Habrá que ver si luego cristalizan en algo.