La padronesa Cortizo impulsa la arquitectura sostenible a través de una nueva red que estrenan Uxama e Inasus

La multinacional padronesa del aluminio Cortizo da un paso más en su compromiso con la arquitectura sostenible firmando nuevas alianzas con los agentes del sector para reducir la huella del carbono de la edificación. Dentro de esa estrategia de construcción verde, anuncia la creación de la red Infinity Partner, un sello que distinguirá a los fabricantes e instaladores que promuevan el uso del aluminio 100 % reciclado posconsumo de Cortizo en sus proyectos y que estrena la lista con las firmas Uxama e Inasus

“Inaugurar la red Infinity Partner con dos de los fachadistas de referencia del país es una declaración de intenciones de lo que pretendemos con esta iniciativa; apostar no solo por cerramientos energéticamente eficientes, sino también por envolventes con muy baja huella de carbono en obras de gran envergadura”, asegura Gonzalo Brea, director del departamento de Ingeniería de Grandes Desarrollos de Cortizo.

Por su parte, el director general de Inasus, Xabier García, celebra la adhesión de su compañía a la red que les permitirá “contribuir a una demanda creciente tanto en la sociedad como en el sector, que es el desarrollo de una construcción sostenible”. Gracias a este proyecto, señala, podrán otorgar “una nueva vida” a las ventanas, puertas, fachadas y barandillas que se recuperen de las rehabilitaciones. “Toda esa chatarra enviada a las fundiciones de Cortizo se reincorporará al proceso productivo a través del reciclaje, cerrando así el ciclo del aluminio, un material que puede ser reciclado infinitas veces sin merma alguna de sus propiedades”, explica.

Desde Fachadas Singulares Uxama, su gerente, Gorka Sagarduy, apunta otra de las ventajas de esta alianza. “Desarrollamos para nuestros proyectos muros cortina de gran superficie y con muchas ventanas. Si esos elementos constructivos los fabricamos con aluminio 100 % reciclado posconsumo no solo conseguiremos minimizar considerablemente las emisiones de CO2, sino que también ofreceremos valor añadido a unos edificios que aspiran a lograr las certificaciones internacionales de arquitectura sostenible más prestigiosas”.

El tocho Infinity se produce en la fundición de Cortizo en Galicia y se hace, en su totalidad, a partir de chatarra posconsumo; por ejemplo, ventanas, puertas, barandillas, fachadas o cualquier producto elaborado con aluminio que, una vez terminada su vida útil, es recuperado para generar materia prima. Este proceso, certificado por Bureau Veritas, implica una reducción de más del 95 % de las emisiones de carbono y del consumo energético demandado en la producción de tocho primario.