DEBACLE ELECTORAL DEL PSOE

Moncloa creyó que ganaban hasta el domingo: "Están fallando en el análisis de la realidad"

Nadie en Ferraz ni en el núcleo de poder del Gobierno fue capaz de intuir el terremoto político que ha fructificado el 28M

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al fondo, en una comparecencia en la sala de prensa de Moncloa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al fondo, en una comparecencia en la sala de prensa de Moncloa. / José Luis Roca

Marisol Hernández

La guerra de cifras que ha acompañado a las elecciones autonómicas y municipales del 28M ha puesto en evidencia el profundo déficit de Moncloa y de Ferraz en su conocimiento de la sociedad española y la falta de pericia de su análisis electoral. Los números que han manejado, una vez más, estaban equivocados. El mayor centro de poder de España, que es la presidencia del Gobierno, con todos los datos sobre qué piensan los españoles a su alcance, ha demostrado que no es capaz de procesarlos o que si lo hace no consigue entenderlos. "Están fallando en el análisis de realidad", aseguran fuentes del partido.

El Gobierno y el PSOE creyeron hasta el propio domingo, sin ningún género de duda, que iban a quedar al menos un punto por delante del PP en las elecciones municipales, cuando ya estaba circulando que la encuesta de GAD3 que se difundiría al cierre de los colegios, con un acumulado de los últimos 10 días, pronosticaba que ganarían los populares por un millón de votos -han sido 800.000- y que perdían varias autonomías, como sucedió. Los sondeos del PSOE nunca vieron eso. Cuando el sábado surgieron las primeras dudas siguieron manteniendo su vaticino.

Incluso el domingo, pocas horas antes de que concluyera la votación, al núcleo de poder socialista no le cabía en la cabeza que las elecciones pudieran ir mal. No es lo que lo trasladaran a los periodistas, en un intento de vender todavía un relato victorioso, es que lo defendieron a miembros del partido que comenzaron a llamar para preguntar. Fuentes socialistas recuerdan además que los fallos sobre los resultados electorales han sido constantes -Andalucía (en las dos ocasiones desde 2018), Madrid, Castilla y León- y que en ese aspecto no ha cambiado nada con la marcha de Iván Redondo. "Había que echarlos", asegura un experimentado ex responsable del partido. "Si el Gobierno no tiene los datos, entonces quién".

Una crítica que se extiende a Ferraz, tanto a Organización como a Acción Electoral. En todo momento se mantuvo que solo estaba en riesgo La Rioja, y que en el resto de autonomías más ajustadas -la Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón- también iban por delante y había margen. Es cierto que la misma seguridad se transmitía en los territorios. Los tracking eran estables y daban opciones de ganar. Sólo el viernes en algunos lugares se empezó a visualizar un aumento del voto al PP por los casos de fraude electoral o la implicación del número dos de Andalucía en un intento de secuestro. En Génova se disparó la euforia en el cierre de la campaña. Pero los socialistas no parecían preocupados. Por eso el mazazo de la noche electoral fue tan duro. Tanto que a raíz del 28M Pedro Sánchez decidió en horas convocar elecciones anticipadas el 23 de julio.

Las críticas alcanzan a la "falta de dirección de campaña" en Ferraz. Por decisiones como "dejar sola a Reyes Maroto en el Ayuntamiento de Madrid" y "no ofrecerle ninguna cobertura", a pesar de que su candidatura fue una decisión del presidente del Gobierno. O la nacionalización del debate político con la ultra exposición Pedro Sánchez y los anuncios de nuevas medidas, dejando las menos impactantes para el final. Pero, sobre todo, a que "no se reaccionó" o se hizo tarde a la inclusión de etarras en las listas de Bildu o al escándalo del voto por correo. Todo esto contribuyó a que los presidentes y los alcaldes tuvieran más difícil hablar de sus propios temas,

Análisis y datos erróneos

En Ferraz reconocen que sus encuestas se equivocaron y que es una circunstancia que los sociólogos tendrán que "valorar". Pero las miradas del PSOE están puestas también en Moncloa porque en la campaña se exhibieron unas "debilidades" que revelen un fallo de diagnóstico previo. No se explica cómo no han intuido la pulsión de cambio o el rechazo que provoca el Gobierno de coalición con Unidas Podemos o los acuerdos con ERC y Bildu. Y sorprende porque Óscar López, que sustituyó a Iván Redondo como jefe de gabinete, y Antonio Hernando, su número dos, conocen "el partido" y a los "votantes socialistas". Entonces, ¿es que a Sánchez no se le traslada bien la información.

Este punto, admiten distintas fuentes, es problemático. Si el análisis de base es erróneo y los datos electorales también, es complicado acertar en las decisiones. Además, apuntan, Sánchez no es una persona "fácil" para decirle las cosas que no quiere escuchar. La realidad es que en estos momento en la dirección del partido y en la Moncloa creen que el 23J tienen de nuevo "una oportunidad". Aseguran que "no ha habido un movimiento a la contra" del presidente y destacan que el PP les ha sacado 800.000 votos de diferencia, 700.000 de ellos en Madrid donde ha calado el discurso "trumpista" de PP y Vox. El fallo ha sido el hundimiento de Podemos, subrayan. Esto último obvia que mientras el PP se ha comido entero a Ciudadanos, los socialistas no han sido capaces de aglutinar el voto de los morados.

En cualquier caso la decisión es encarar las generales de julio como un test de país. Con un mensaje claro al electorado progresista: "O te movilizas o Abascal a la Moncloa". "Es hora de preguntar a los ciudadanos si quieren recorrer el camino del Brasil de Bolsonaro, la Hungría de Orban o la Italia de Meloni o seguir por la senda de una democracia sana y de progreso que es lo que tenemos desde 1978". "No son unas elecciones más. Es un modelo de país, de sociedad, antagónico", explican en la dirección socialista.

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