Elecciones vascas

El PNV agita ‘territorio abertzale’ en busca de una movilización que evite el sorpaso de Bildu

Las encuestas disparan a Bildu en Guipúzcoa, donde ahora el PNV tiene un escaño más que los abertzales

El candidato a lehendakari, Imanol Pradales (c), junto al actual presidente vasco, Iñigo Urkullu (i), y al líder del PNV, Andoni Ortuzar (d), durante su participación este miércoles en un acto electoral de la formación jeltzale en San Sebastián (País Vasco). EFE/Juan Herrero

El candidato a lehendakari, Imanol Pradales (c), junto al actual presidente vasco, Iñigo Urkullu (i), y al líder del PNV, Andoni Ortuzar (d), durante su participación este miércoles en un acto electoral de la formación jeltzale en San Sebastián (País Vasco). EFE/Juan Herrero / Juan Herrero

Elena Marín

Directo y sin contemplaciones, Iñigo Urkullu lo dice claro ante medio millar de personas en el Boulevard de San Sebastián: "Hoy en Guipúzcoa la abstención es regalar el voto a EH Bildu". Este es territorio abertzale. No tanto Donostia, que también tuvo su alcalde de Bildu, pero sí la provincia. La capital guipuzcoana es el consuelo que le quedó al PNV en las últimas elecciones municipales de mayo cuando este territorio se tiñó prácticamente de verde abertzale. EH Bildu dobló en concejales al partido jeltzale. Pero aunque sea una tierra históricamente abonada para la izquierda abertzale, en las elecciones autonómicas un escaso margen de votos puede marcar la diferencia entre un resultado casi empatado en escaños o una distancia amplia que aleje al PNV de Ajuria Enea. Si Álava puede ser crucial, este territorio también, señalan en el PNV.

Los jeltzales agitan a sus simpatizantes en esta provincia con el objetivo de movilizarlos y evitar el sorpaso de Bildu. Las encuestas dan una diferencia global de apenas un par de escaños entre ambos. Por eso pelear hasta el último escaño se ha vuelto crucial. "Hay partido", insiste Andoni Ortuzar en cada mitin, "hay partido en Guipúzcoa". Y lo repiten también en el partido sin cámaras delante. El margen de voto entre un partido y otro es relevante, cerca de 3.000 en favor del PNV en las elecciones autonómicas de 2020, pero luego llega el recuento y la traducción en escaños, y ahí la cosa se reduce.

El PNV obtuvo 10 y EH Bildu 9. Eso son 4 puntos de diferencia, 36,4% frente a 32,25%. En las elecciones municipales de mayo, aunque el número de concejales fue infinitamente mayor para los abertzales -462 frente a 261-, en porcentaje de voto había 3 puntos de distancia.

Participación mínima necesaria

"La clave está en la movilización", relatan en la formación jeltzale. Quedarse en el 60% de participación o apenas llegar a él es para ellos perder las elecciones, explican. En Bildu la fidelidad del voto es del 90% y se va "a comer" todo lo que deja Podemos. Tienen a los suyos movilizados, esperando este momento con su papeleta en la mano desde las elecciones municipales de mayo. “Nosotros tenemos a la gente en casa, indiferente, porque las cosas en el fondo van relativamente bien”, eso es lo que inquieta en Sabin Etxea. Y en Gipuzkoa, por mucho que este haya sido históricamente un terreno en el que la izquierda se ha hecho fuerte, llevan desde 2011 casi empatados en escaños aunque el porcentaje de voto sea favorable a Bildu.

Las últimas encuestas de la EiTB muestran que Bildu se ha disparado en esta provincia y que el PNV va en dirección contraria. El triunfo sobre el PNV en las municipales fue arrollador y eso aún pesa, perdieron importantes plazas. Si se cumple lo que predice este estudio de la televisión vasca, las dos formaciones van a pasar de llevarse apenas un escaño de diferencia a 3, de apenas tres puntos hasta más de diez en porcentaje de voto. Los jeltzales tienen el miedo metido en el cuerpo, pero están convencidos de que tras un inicio de campaña "sin sustancia", se está produciendo un viraje y un interés en las elecciones según se acerca la fecha, y los votantes descontentos o "indiferentes" hasta hace unos días pueden darles la sorpresa.

Polémicas de fin de campaña

Ortuzar no dudó ayer en agitar las "inaceptables declaraciones de Otxandiano" sobre ETA para asustar con el lobo a esos votantes indecisos que pensaban quedarse en casa. Tampoco en recordar el ataque con gas pimienta sufrido por su candidato, Imanol Pradales, y usarlo en su favor para destacar su "templanza". Lo que sea para el "arreón final" que necesitan para movilizar a los vascos para que el domingo cojan su papeleta.

En la izquierda abertzale han optado por no mirar a los lados, ignorar el ruido en torno a las polémicas y seguir adelante con un discurso centrado en criticar la gestión del PNV y realzar su perfil social. "Decían que faltaba tensión y algunos han querido subirla", apuntaba Otxandiano desde Santurtzi (Vizcaya). Pero ellos siguen "tranquilos", sin mostrar públicamente sus inquietudes ni preocuparse por "ataques desmedidos".