La Audiencia Nacional asume la investigación por terrorismo del ataque a hachazos de Badalona

El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha aceptado investigar por un delito de terrorismo el ataque perpetrado por el ciudadano paquistaní Hamza Warris con un hacha contra el escaparate de un McDonald’s en el centro comercial Màgic de Badalona el pasado 27 de marzo. El magistrado hace así suyo el informe remitido en la tarde del jueves por la fiscalía al Juzgado Central de Instrucción número 6.

En un principio se pensó que Hamza Warris, que se encuentra en prisión provisional desde el pasado día 29 por orden del Juzgado de Instrucción número 4 de Badalona, ante el que compareció en un primer momento, sufría algún tipo de desequilibrio, pero de forma espontánea manifestó en inglés a uno de los agentes que le iban a detener que ese día había “visto un vídeo en el que mataban a niños palestinos" y que había atacado "el McDonald’s, porque es norteamericano”, como si estuviera realizando algún tipo de "acto de represalia", señala el magistrado en su resolución.

Al proceder al registro de su vivienda se comprobó que había documentos de contenido yihadista y referencias a la muerte de niños por Israel en Gaza. El juez Gadea destaca que, además, el imputado había grabado un vídeo de despedida dirigido a su familia en Pakistán, en el que decía que era probable que no la volviese a ver, en una actuación que suele ser habitual entre 'muyahidines' y los terroristas conocidos como lobos solitarios.

Tanto el informe fiscal como la resolución del juez consideran indicios de terrorismo que el investigado se dirigiera al Màgic con "un pañuelo palestino en la cabeza a modo de liturgia previa y portando un hacha de grandes dimensiones con la que en medio de la vía pública, en un lugar y hora donde se encontraba una gran concurrencia de público, se dirigió al establecimiento McDonald’s del centro, donde, una vez en el interior comenzó a blandir el hacha, acometiendo con ella un expositor y fracturando los cristales de una de las lunas, causando un clima de terror e histeria colectivas".

Tras estudiar los atestados remitidos por los Mossos, la fiscal Raquel de Miguel también defendía que la Audiencia asumiera la investigación explicando que el hombre había tenido que ser "interceptado por un ciudadano que tuvo que esquivar la acción de éste con el hacha, logrando inmovilizarlo" hasta la llegada de los agentes que procedieron a su detención.

La Audiencia Nacional decide investigar lo ocurrido, porque "en este momento procesal, y sin perjuicio de la necesidad de continuar la investigación a los efectos de su corroboración, existen indicios de que la actuación del investigado pudo estar motivada por su intención de obrar en apoyo y siguiendo los postulados de organizaciones terroristas yihadistas, como demostrarían sus propias manifestaciones, la forma de actuación dirigida un objetivo por su supuesta identificación con los valores occidentales y el porte de un arma blanca de grandes dimensiones".

El juez, que añade que "todo ello, causó un clima de histeria y de terror, además del riesgo concreto para la integridad física de los allí presentes", recuerda que "la atribución a la Audiencia Nacional de la competencia para el enjuiciamiento de delitos cometidos por personas que no están integradas en una organización terrorista, pero que, pese a ello, actúan en apoyo de sus principios o directrices, ha sido una constante en la jurisprudencia del Tribunal Supremo". En este caso "resulta claro" que "el solo hecho de obrar en apoyo de las consignas de una organización terrorista es motivo suficiente para atribuir la competencia de la Audiencia Nacional", asegura.

Problemas mentales

Las fuentes consultadas por El Periódico de Cataluña, del mismo grupo editorial, señalan que la posibilidad de que se trate de una persona desequilibrada no supone un obstáculo para que los hechos que se le imputan se investiguen en la Audiencia Nacional, si en ellos hay indicios de terrorismo yihadista, al ser el tribunal especializado en este tipo de delitos. Su dolencia lo que hace es modular o, en un caso extremo, anular su responsabilidad penal, pero en cualquier caso correspondería a la Audiencia determinarlo.

En este sentido, recuerdan los problemas mentales que presentaba el presunto yihadista marroquí que asesinó a un sacristán en Algeciras e hirió a varias personas durante su ataque en tres iglesias de la localidad gaditana. Yasin Kanza, de 25 años, se enfrenta a una petición fiscal de 50 años de cárcel, por dos asesinatos terroristas, uno de ellos en grado de tentativa, y lesiones, por su ataque con un machete al grito de "muerte a los cristianos" y "Alá es grande".