LECHE EN ORIGEN

Los ganaderos gallegos recelan de la competencia de ‘leche’ y ‘carne’ vegana

Perciben que se traslada información “confusa” y avisan: “Nutricionalmente no son comparables” // Temen verse desplazados del mercado si se fuerza un cambio de hábitos

Vacas pastando en una explotación ganadera de la provincia de Pontevedra. bernabé/javier lalín

Vacas pastando en una explotación ganadera de la provincia de Pontevedra. bernabé/javier lalín / ROI RODRÍGUEZ

Los ganaderos gallegos recelan de que los nuevos productos vegetales se asimilen erróneamente a la leche o la carne sin que tengan “nada que ver” ni en cuanto a origen ni a nivel nutricional. También están preocupados porque el auge de esta oferta cambie los hábitos de consumo y les desplace del mercado, tirando a la baja de los precios que perciben en origen. Por todo ello abogan por ofrecer una información correcta.

“El problema es la falta de información al consumidor o que directamente se traslade información falsa”, argumenta el responsable del sector lácteo de Unións Agrarias (UUAA), Óscar Pose, quien ve la mano de un “lobby” importante detrás del crecimiento de esta oferta vegana por el “interés económico” que tiene para la industria. “Son baratos de hacer, se venden a precio muy elevado y por lo tanto tienen mucho margen de ganancia”, indica.

Aunque la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria prohíbe definir como leche a estas bebidas vegetales de soja, coco o arroz, entre otros ejemplos, no son pocos los ciudadanos que pueden estar confusos y entender que son asimilables a la leche de vaca tradicional o se pueden sustituir.

Cuando se analizan esos productos, sostiene Pose, se observa que tienen “una pequeña parte vegetal, nada de leche y una parte muy importante de azúcares para darle un sabor dulce”. Son productos, prosigue, “altamente procesados”.

“Lo que si nos encontramos es con un gran bombardeo de informaciones falsas, en el sentido de propagar que la leche no es tan buena como se decía, en favor de esos nuevos preparados”, indica. En esta línea, pone deberes a los productores: “Nos falta informar de la realidad al consumidor para que no se sienta engañado”, advirtiendo que se está presionando para que se consuman más estas opciones que la leche tradicional. “Hay industrias a las que no les importa ofrecer un producto sano sino la economía pura y dura”.

Óscar Pose no teme que la irrupción de estas bebidas vegetales incida en la cantidad de leche que las industrias compran al ganadero: “Somos deficitarios. No producimos la leche que se consume”, constata. “Como todo producto nuevo tiene su nicho de mercado, pero ningún producto es capaz de suplir a la leche en valores tradicionales. Esa es la realidad”, zanja.

Una opinión que comparte Manuel Villaverde, ganadero de Forcarei (Pontevedra) con una explotación de 50 cabezas y responsable sectorial del Sindicato Labrego Galego (SLG). “En la cantidad de litros que vendemos no incide, porque la leche tiene un montón de usos (yogures, mantequillas, batidos, quesos...)”, pero en el precio sí, según su opinión. “Cuando la demanda de leche líquida baja, sobre todo en Galicia, donde las industrias están más orientadas a su envasado, repercute en el precio”, esgrime. A mayores, también le preocupa el cambio de hábitos que provoca en el usuario hacia otras opciones alimentarias: “Lo que nos desplaza del mercado son las malas formas de alimentar a esa población”, concreta.

Sostiene que la penetración de estos productos se nota más en una ciudad que en el rural. En esta línea también apunta a la distribución, que según su opinión los sitúa en un lugar preferente en las estanterías, algo que también ve con ofertas como las conocidas como hamburguesas veganas. En el caso del sector cárnico cree que su repercusión es aún más notoria para los ganaderos, pues el destino fundamental de la carne es su ingestión, “no tiene tantos usos como la leche”. “En la carne sí que está habiendo mucho desplazamiento”.

“La composición nutricional de la leche y estas bebidas vegetales es completamente distinta y no deben ser sustituidas unas por las otras”, apunta Rosaura Leis, profesora de la Facultad de Medicina de la USC y miembro del Comité Científico de la INLAC, la interprofesional láctea. El consumo de lácteos, explica, se sitúa en la base de la pirámide alimentaria y se aconsejan al menos tres lácteos al día. “Eso no incluye las bebidas vegetales. Hablamos de leche o derivados lácteos. Las bebidas vegetales forman parte también de la alimentación, pero no deben sustituir unas a las otras”, insiste.

Los lácteos, concreta, aportan calcio, que es un nutriente “esencial” para la mineralización ósea a lo largo de toda la vida, en especial la infancia y la adolescencia “porque es cuando tenemos que alcanzar el pico de masa ósea”. Y después para intentar prevenir la pérdida de hueso en una patología como es la osteoporósis, que es una de las enfermedades prevalentes en la edad adulta. A mayores, la leche aporta vitamina D, proteínas de alto valor biológico o grasas. “Con las bebidas vegetales no se puede generalizar. Habría que ver el etiquetado de cada una”, apunta.

Por último, la doctora Leis deja claro que para hacer una recomendación nutricional siempre hay que basarse en la evidencia científica, advirtiendo que hacer una sustitución o restricción alimentaria “no es baladí” y puede tener repercusiones. Para esa responsabilidad apela a acudir a los sanitarios, “ que son los que nos pueden asesorar y recomendar como actuar si se sospecha de una alergia o una intolerancia sin tener un déficit de nutrientes.