Galicia perdió una cuarta parte de todas las zonas húmedas con las que contaba hace apenas cien años

Ecologistas en Acción censura que la actuación del ser humano y la falta de protección y puesta en valor por parte de la Administración pone en riesgo unos ecosistemas vitales para el ciclo del agua

Vista aérea de la ensenada de O Vao, en el Complejo Intermareal Umia-O Grove uno de los cinco humedales gallegos protegidos / Iñaki Abella

Vista aérea de la ensenada de O Vao, en el Complejo Intermareal Umia-O Grove uno de los cinco humedales gallegos protegidos / Iñaki Abella / Mateo Garrido

Galicia es una potencia a nivel estatal en lo que a cantidad de zonas húmedas se refiere, favorecida por sus casi 1.500 kilómetros de costa y una climatología en la que las precipitaciones son todavía copiosas. Sin embargo, esta riqueza no está exenta de externalidades que ponen en peligro la supervivencia de estos ecosistemas, y aunque por el momento la falta de agua derivada de la sequía no es uno de ellas, sí lo son el aumento de usos de la agricultura y ganadería intensiva, cuya acción incrementa el riesgo de contaminación del agua.

No se trata de una situación novedosa, de hecho la Convención de Ramsar, un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos, denuncia que durante el último siglo desapareció el 64% de los humedales existentes en todo el planeta. Roberto Vilela, responsable de la campaña #HumidaisParaAVida de Ecologistas en Acción, señala que este es un proceso que afectó también a la comunidad que en los últimos cien años perdió una cuarta parte de las zonas húmedas con las que contaba.

Es por ello que desde la organización del tercer sector vienen solicitando una mayor protección para estos ecosistemas, así como un correcto inventariado de los mismos. Urgen a actuar con premura, dado que el avance del cambio climático puede tener una mayor afectación en la comunidad gallega que en el conjunto de España. “Nós non temos reservorios grandes de auga, como poden ter Castela ou Madrid. Necesitamos as precipitacións para acumular auga dentro deses humedais. Coas secas prolongadas que estamos a sufrir, e que parece que van ir a máis co paso dos anos, creo que é primordial actuar canto antes”, señala Vilela.

Un inventario insuficiente

La Dirección Xeral de Patrimonio Natural actualizó en el pasado 27 de febrero el Inventario de Zonas Húmedas de Galicia en el que incluyó un total de cuatrocientos humedales entre las cuatro provincias gallegas.

Contra esta resolución, Ecologistas en Acción presentó un recurso de alzada al entender como insuficiente el número de zonas inventariadas. “Humedais como a Turbeira de Torreiro ou Braña da Serra, en Santa Comba, que é o brezal atlántico máis grande de Galicia quedaron fóra deste catálogo, non pode ser”, apunta Vilela.

Lo cierto es que el Instituto de Biodiversidade Agraria e Desenvolvemento Rural (Ibader) realizó entre 2001 y 2003 un trabajo de identificación y caracterización en el que delimitaron un total de 1.131 humedales en Galicia, lo que supondría que la comunidad contaría con el 26% de este tipo de hábitat existente en España.

Este dato hizo que Ecologistas demandase en su recurso de alzada la inclusión de las 700 zonas húmedas restantes en el Inventario realizado por Patrimonio y constatase la necesidad de realizar “un catálogo real y completo sin más demoras”.

Falta de protección

Formar parte del Inventario, por otra parte, no supone ningún tipo de protección para aquellas zonas que forman parte del mismo, por lo que es necesario un decreto de protección específico.

En esta situación, en Galicia, se encuentran únicamente cinco zonas, al formar parte de la Rede Galega de Espazos Protexidos. Estas son la Ría del Eo, la Ría de Ortigueira y Ladrido, la laguna y playa de Valdoviño, el complejo de playas, duna y laguna de Corrubedo y el Complejo Intermareal Umia-O Grove.

Desde la Administración señalan que la protección llega también a aquellos humedales que forman parte de la Rede Natura 2000. Roberto Vilela, sin embargo, señala que faltan todavía importantes zonas por incluír con esa figura de protección. “Na zona de Aranga, Oza-Cesuras, Curtis e demais, hai unha cantidade de humedales enormes. Un exemplo son as Brañas do Deo. Fixéranse estudos técnicos, estaba todo, digamos, tramitándose para incluír nesa Rede Natura, e ao final quedou todo nun caixón”, explica.

No únicamente peligra el agua

Los humedales destacan como espacios en los que se produce la acumulación de agua, no obstante, no se puede olvidar que son zonas de una gran biodiversidad, “de feito, na inmensa maioría podes encontrar especies que están no catálogo de especies protexidas”, apunta Vilela.

Funcionan, además, como sistemas naturales de control de inundaciones y su presencia cercana al desarrollo de un incendio forestal se ha demostrado que ayuda a minimizar sus consecuencias.

“Temos unha agua cunha calidade excepcional que favorece a biodiversidade”, señala Vilela. Urge actuar y tomar medidas para protegerla y también a nivel educativo para que las bondades de estos abundantes espacios en nuestra comunidad tengan el reconocimiento y la consideración social que merecen.